Un día antes de que diera comienzo el Encuentro Mundial de las Familias tuvo lugar en el Centro de Convenciones de Filadelfia el Primer Encuentro Hispano Latinoamericano de Familias, convocado por el Subcomité para la Iglesia en América Latina y el Subcomité de Asuntos Hispanos de la USCCB, la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, responsables de la organización del mismo, junto con el Departamento de Familia y Vida del CELAM, Consejo Episcopal Latinoamericano.
Se aprovechó que los distintos países estarían representados en el Encuentro Mundial de las Familias, en la misma sede. Asistieron al mismo 145 participantes, 70 de América Latina, en representación de 12 conferencias episcopales, y 75 personas de Estados Unidos, por las diferentes regiones episcopales del país.
Tres obispos dieron breves charlas de 15 minutos cada una, a los efectos de ubicar a los presentes en el contexto del encuentro. Estos prelados son: Mons. Eusebio Elizondo, obispo auxiliar de Seattle y presidente del Subcomité para la Iglesia en América Latina de la USCCB, Mons. Gerald Barnes, obispo de San Bernardino y presidente del Subcomité de Asuntos Hispanos de la USCCB y Mons. Oscar Cantú, obispo de Las Cruces y presidente del comité de Justicia y Paz Internacional de la USCCB. Posteriormente se dio lugar a un diálogo enriquecedor en grupos entre todos los presentes.
Mons. Rubén Antonio González Medina, obispo de Cagua, miembro del Departamento de Familia y Vida del CELAM, representando a dicho Consejo, buscando caminos de integración, habló de la necesidad de los inmigrantes de integrarse a la Iglesia en Estados Unidos, y de poner sus talentos al servicio de todos. Expresó también que es importante ofrecer formación en la fe a los inmigrantes para que puedan utilizar sus talentos en forma eficaz.
El P. Juan Molina, sacerdote trinitario, director del Departamento Para la Iglesia en América Latina por la USCCB, expresó que una de las metas de este encuentro fue el tender lazos de amistad y acción entre las conferencias episcopales nucleadas en el CELAM y la Conferencia de Obispos de EEUU. “Si bien las realidades en los distintos países difieren”, aclaró, “es importante, como hermanos, potenciar todo lo que tenemos en común como hispanos, y encauzarlo hacia proyectos de trabajo que nos permitan integrarnos y trazar proyectos de trabajo tendientes a dar respuestas integrales a las necesidades de nuestros países, en el sentido de Aparecida.”
Por su parte, Mar Muñoz-Visoso, española, directora ejecutiva del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia, por la USCCB, remarcó el espíritu de compromiso de los participantes del mencionado encuentro, que demostraron con su energía y alegría, un profundo deseo de colaborar y servir al proyecto común de integración y trabajo comunitario. “Impactó”, afirma, “que todos buscaran con pasión el bien de la familia en el continente.”
Alejandro Aguilera- Titus, subdirector del Subcomité de Asuntos Hispanos de la Conferencia Episcopal de EEUU, repasó los temas principales del Primer Encuentro Hispano Latinoamericano de las Familias, de cuyo proyecto es el director: “La idea principal de esta jornada fue el encontrarnos, conocernos, compartir experiencias, perspectivas y ver cómo podemos caminar más juntos en el futuro los hispanos de América, en el campo de la pastoral familiar y matrimonial”, afirmó. Sobre la pastoral de familia, expresó que “la iglesia se renueva en la familia. Hay que salir al encuentro de las familias en sus formas varias. Ser misioneros en la familia. Se habló sobre el Sínodo Extraordinario de la Familia y los 62 puntos de reflexión que emergieron del mismo, y cómo los hispanos de América podemos prepararnos de la forma más efectiva para recibir las enseñanzas del sínodo en Roma del 4 de octubre, y que culminará el 25 del mismo mes. Las palabras del papa Francisco de crear una nueva projimidad entre la iglesia y la familia es quizás el punto de mayor relevancia, exigencia e inspiración.”
Aguilera-Titus expresó que los temas que surgieron como comunes parar los hispanos del continente, en el encuentro, son las causas y efectos de la migración, la inseguridad, la pobreza, el individualismo, la cultura de consumo y la necesidad de modelos nuevos en pastoral familiar.
A la par del encuentro de adultos, tuvo lugar una jornada paralela para 10 niños y 10 adolescentes presentes, en la que se amenizó con cantos, juegos y arte, todo relacionado con los valores de la familia. Sobre la posibilidad de que surja un próximo encuentro, afirmó Aguilera-Titus que “Hay un gran interés de muchos de los participantes de continuar el diálogo y la colaboración. Se creará un grupo de conexión via e-mail entre todos los participantes para avanzar en la implementación de las sugerencias en el campo de la pastoral familiar en América. El encuentro avivó un profundo sentido de esperanza y de colaboración continental”.