La segunda reunión plenaria de la Pontificia Comisión para la tutela de los menores, ha tenido lugar en Roma del 9 al 11 de octubre. Este organismo fue instituido por el papa Francisco para hacer frente a los casos de abusos por parte del clero. La plenaria indició con la participación a la misa matutina celebrada por el Papa en la Casa Santa Marta, según indica una nota publicada este lunes.
Los trabajos de los miembros del equipo, guiado por el cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston, se han centrado en las intervenciones presentadas por los grupos de trabajo, constituidos el pasado mes de febrero. Entre los temas afrontados: las líneas guías para la tutela y la protección de los menores, el apoyo a las víctimas y sus familias, la formación de los sacerdotes y los religiosos.
Los miembros de la Comisión –explica el comunicado– han formado parte en conferencias y seminarios sobre la protección de menores, que se han celebrado en varios países: Irlanda, Reino Unido, Francia, Nueva Zelanda, Islas del Pacífico y recientemente en Filipinas. En esta última han participado 76 obispos. El próximo mes, los miembros de la comisión tendrán un encuentro con todos los prelados de Centroamérica, mientras que la próxima reunión plenaria se celebrará en febrero de 2016.
Asimismo, se informa que “la participación de la Comisión en dichas iniciativas ha generado pareceres muy positivos y su contribución se considera como un recurso para la Iglesia local en todo el mundo. Al mismo tiempo, las Conferencias Episcopales siguen poniendo a punto pautas concretas y culturalmente eficaces que reflejan la realidad local”.
Los grupos de trabajo se ocupan de proporcionar directrices para la salvaguardia y la protección de los menores, curación y atención a las víctimas, a los afectados y a sus familias, formación de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa y educación de los líderes de la Iglesia, educación de las familias y las comunidades, teología y espiritualidad y normas civiles y canónicas.
Los grupos de trabajo –explica la nota– se interesan especialmente de la evaluación y formación permanente de los candidatos al sacerdocio y a la vida religiosa del uso de los informes forenses de las personas acusadas de un delito y de la provisión de materiales litúrgicos para la atención pastoral de las víctimas, los afectados y las comunidades. La Comisión no se ocupa de casos individuales, no ejerce supervisiones y no es un órgano de toma de decisiones.