Mons. Bernardito Auza, Observador Permanente en las Naciones Unidas

Observador Permanente en las Naciones Unidas (Fotografía de archivo)

Auza: ‘Los organismos de las Naciones Unidas aumenten la transparencia’

El observador vaticano ante la ONU, interviniendo en la 70ª asamblea, ha insistido en cambiar el modelo de desarrollo actual que reduce los seres humanos a medios de producción

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Un auténtico desarrollo sostenible que no trate a las personas como medios de producción. Es lo que ha pedido monseñor Bernardito Auza, observador permanente del Vaticano ante las Naciones Unidas, interviniendo en la 70ª sesión de la asamblea general en Nueva York. En su discurso –publicado por Radio Vaticano– el prelado puso el acento sobre la necesidad de cambiar el “modelo de desarrollo” actual que, por demasiado tiempo, se ha visto “solo en términos de crecimiento económico y de acumulación de las riquezas”.

Esto se revela por tanto “insostenible” ha afirmado Auza, “ya que reduce a los seres humanos a medios de producción” y amenazada la tierra a través de la explotación de sus recursos. “Con esto, ni las personas ni el planeta podrá sobrevivir mucho tiempo”, ha advertido el prelado, que citando la Laudato Si’ del papa Francisco, ha pedido “cambiar” este “proceso de desarrollo que pertenece al pasado”.

El observador vaticano ha denunciado también la “cultura del descarte” y de la consecuente “crisis ecológica” que pesa de forma desproporcionada sobre los pobres. Es necesario pasar de una cultura del derroche a una cultura de solidaridad que integre las dimensiones económica, social y ambiental, ha asegurado.

Monseñor Auza ha comentado también el método de trabajo en las Naciones Unidas y en particular del Consejo de Seguridad, pidiendo que todos los Estados miembro tengan “una parte igual de influencia, especialmente en el Consejo de Seguridad”. Después ha evidenciado la urgencia de los “debates abiertos” en los que todas las voces sean consideradas así para que crezca la legitimidad del Consejo, y ha pedido que los organismos de las Naciones Unidas aumenten la propia transparencia.  

Remarcando después que “la responsabilidad de proteger a todas las personas” de atrocidades y “crímenes contra la humanidad” es hoy un principio reconocido por todos, también si “no siempre de fácil aplicación”, el diplomático vaticano ha subrayado que “los inaceptables costes humanos de la inacción” hacen que la aplicación de este principio “deba estar entre las prioridades más urgentes de las Naciones Unidas”. Finalmente, en otra intervención en la ONU, monseñor Auza ha exhortado a la comunidad internacional a dotarse de una efectiva jurisdicción universal para contrastar los crímenes contra la humanidad.

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ZENIT Staff

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