La voz de la artista jerezana María José Santiago y las cuerdas de la guitarra de Paco Cepero han llenado de flamenco y palmas el Aula Pablo VI del Vaticano, ante el Papa y unos 5 mil gitanos de todo el mundo.
La actuación de hoy ha marcado un antes y un después en su vida, ha asegurado a ZENIT la artista. “Esto ha sido lo más importante que yo he vivido en mi vida, lo más, ya no hay más nada. Porque yo he cantado delante de gente muy importante, en muchos teatros, en muchos países, pero este regalo que Dios me ha dado, ha sido un regalo muy fuerte. Dios me ha dicho ‘estoy contigo y no te abandono’”, ha relatado aún emocionada tras el encuentro.
Del mismo modo, reconoce que a veces se viene abajo porque “soy una clase de artista que llevo una línea que a las revistas del corazón no le interesa. Y si no sales en las revistas y en las televisiones, es como si no existieras, aunque yo siga haciendo mis conciertos”. Por eso muchas veces, asegura María José Santiago, se pregunta “Dios mío, ¿tú qué quieres de mí? Si me has dado un don…”. Son tentaciones –ha observado– muy humanas. Pero hoy “me ha hecho un gran regalo”, ha afirmado aún con lágrimas en los ojos.
También ha sido una actuación memorable por el público presente en el aula, una comunidad de miles de gitanos procedentes de todo el mundo. “Ha sido importante por supuesto por el Santo Padre, pero también porque ha sido una cosa colectiva. Creo que no he recibido más felicitaciones de gente que no son de mi idioma en mi vida. Obispos, curas, monjas… todo el mundo. ¡Me han pedido hasta que rece por sus familias!”, ha indicado.
Por otro lado, la artista flamenca ha contado que tiene una prima hermana, que es como una hermana, que es monja de las hermanas de la Cruz. Y haciendo mención a la reciente canonización de la Madre María de la Purísima, de este mismo instituto religioso, y del concierto benéfico que realizó para las hermanas, ha asegurado que “han sido unas semanas muy emocionantes”.
A propósito del discurso del Santo Padre, ha indicado que “a pesar de no haber entendido mucho porque habló en italiano, he estado muy pendiente de todo lo que nos decía para entender lo que pudiera y le he aplaudido mucho porque el Papa es maravilloso”.
Para finalizar, la artista jerezana ha dejado un mensaje a la comunidad gitana: “Hay que seguir el ejemplo del beato Ceferino. Y quererse, quererse mucho dejando rencillas y complejos. Y ser Jesucristo en la tierra porque somos parte de Él”.
Asimismo, su marido y representante, que la acompañaba ha confirmado que hoy han vivido algo “muy bonito, muy impactante” y el saludo de María José al Santo Padre ha sido “algo muy natural” aunque al principio no sabía bien cómo acercarse, finalmente el mismo Francisco fue quien la abrazó.