Un fuerte temblor ha sacudido este lunes el noreste de Afganistán, Pakistán y el norte de la India. El servicio geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) ha señalado que se trata de un terremoto de magnitud 7.5 con origen a 196 kilómetros de profundidad en la provincia de Badakhshan, al norte de Afganistán, en el macizo montañoso de Hindu Kush.
En Pakistán, fuentes oficiales han asegurado que al menos 135 personas han muerto y varios cientos han resultado heridas en el noroeste del país, sobre todo en áreas fronterizas con Afganistán. El Gobierno ha decretado el estado de emergencia y la movilización de todas las agencias para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
En Afganistán, las primeras cifras apuntan a varias decenas de víctimas mortales. En la ciudad de Taloqan, fuentes oficiales han confirmado que al menos 15 alumnas han muerto al intentar abandonar la escuela donde se encontraban y otras 35 están heridas; en la provincia de Takhar, otras 12 personas han fallecido y 30 han resultado heridas, según el portavoz del gobernador regional; en Nangahar, el director del hospital provincial ha confirmado al menos 8 fallecidos y decenas de heridos; otras nueve han perecido en Badakhshan, tres en Parwan y dos en Baghlan, tal y como ha declarado el portavoz del Ministerio de Sanidad.
En Srinagar, en la provincia india de Cachemira, algunos edificios han sufrido grietas y las líneas de teléfono se han caído.
El temblor se ha notado en las principales ciudades de los tres países, incluidas las tres capitales, Kabul, Islamabad y Nueva Delhi.
Esta región conoce bien los terremotos. El último de gran magnitud, hace seis meses, golpeó Nepal y causó más de nueve mil muertos y 22 mil heridos. Hace dos años, un terremoto de 7.7 golpeó la provincia paquistaní de Baluchistán, matando a 376 personas y hace una década el país fue azotado por otro de 7.6 en el que perdieron la vida más de 70 mil personas.
Además, estos días se cumplen diez años del seísmo de Cachemira que afectó también a Pakistán, la India y Afganistán, que dejó 75 mil muertos y graves daños materiales, con edificios destruidos y ciudades completamente arrasadas.