La Conferencia Episcopal de Ecuador ha destacado la gran cercanía del Santo Padre durante su estadía en el país, “al igual que la respuesta del pueblo ecuatoriano, llena de entusiasmo y sencillez”. Asimismo, los obispos ecuatorianos aseguran que “impresionó la masiva presencia de personas no solo en los eventos programados, sino a lo largo de las calles y en espacios públicos; de igual manera, el interés suscitado por su presencia tanto en los medios de comunicación como en los diálogos entre las personas”.
Así lo han indicado en el mensaje publicado tras la reunión de la Asamblea Plenaria, que se celebró en Loja, del 26 al 30 de octubre. Los prelados aseguran que “ha sido un momento de gracia, así como de profunda unidad y fraternidad, en el que abordamos diversos temas”.
Los obispos de Ecuador invitan a “recoger y aprovechar la riqueza de los mensajes que nos dejó. De esta manera, nos fortaleceremos en la fe, nuestras familias ciertamente se renovarán y toda la sociedad crecerá en solidaridad, gratuidad y subsidiaridad”.
Otro tema relevante abordado durante la plenaria ha sido la preparación del Año de la Misericordia, convocado por el papa Francisco, y que iniciará el próximo 8 de diciembre. “Se han propuesto diversas iniciativas, tendientes todas a favorecer la experiencia de la misericordia de Dios, así como nuestra misma actitud de misericordia tanto hacia los cercanos como hacia todos aquellos en especial situación de sufrimiento, herida o marginación. Se ha destacado en este sentido las obras de misericordia corporales y espirituales”, afirman. Del mismo modo animan a los fieles “a vivir con ilusión y esperanza este Año Jubilar, abriéndonos al Dios misericordioso que nos ofrece su acogida y su perdón, y entusiasmándonos por hacer sentir la misericordia a nuestro alrededor”.
Por otro lado, indican que han recibido el informe de los obispos delegados de Ecuador en el reciente Sínodo sobre la Familia, quienes también les compartieron “sus vivencias personales”. El objetivo del Sínodo –explican en el mensaje– fue destacar la belleza del plan de Dios sobre la familia y el don que es la misma familia para la humanidad, así como proponer múltiples iniciativas de atención y promoción de la familia en su contexto y problemática actual. Por ello animan a los fieles “a confiar que todos los esfuerzos que hagamos para consolidar nuestra vida familiar serán siempre un gran bien y una experiencia de rica humanidad”.