Francisco: la santificación del sacerdote está unida a la de su pueblo

El Santo Padre indica, en su discurso al Congreso organizado por la Congregación para el Clero, que tiene miedo de los sacerdotes rígidos y pide a los obispos que sean misericordiosos y tengan «residencia» siempre en su diócesis

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En su encuentro de hoy con los participantes del Congreso organizado por la Congregación para el Clero, el santo padre Francisco trató diversos puntos, entre ellos ha recordado que el sacerdote es un hombre “en medio de los otros hombres”.

En este punto ha advertido a los obispos sobre la importancia de la cercanía con los propios sacerdotes. Les ha pedido que estén siempre disponibles para ellos aunque tengan mucho trabajo. “Un obispo siempre está ocupado, gracias a Dios. Pero si tú, obispo, recibes una llamada de un sacerdote y no puedes recibirle porque tienes mucho trabajo, al menos toma el teléfono y llámalo”, ha pedido el Papa. Y además de la cercanía les ha pedido “residencia” en la propia diócesis. “Si no tienes ganas de permanecer en la diócesis, dimite. Y da la vuelta mundo haciendo otro apostolado muy bueno. Pero si eres obispo de esa diócesis: residencia”.

Cercanía, entrañas de misericordia, mirada amorosa. Con este testimonio de vida –ha indicado el Papa– podemos evangelizar, hacer experimentar la belleza de una vida vivida según el Evangelio y el amor de Dios que se hace concreto también a través de sus ministros.

Al respecto, el Papa ha hablado del confesionario. “Siempre se pueden encontrar caminos para dar la absolución, recibir bien, pero algunas veces no se puede absolver. Pero algunos sacerdotes dicen: ‘no, de esto no te puede absolver. Vete’. Y ese no es el camino. Si no puedes dar la absolución, explica: ‘Dios te ama mucho, Dios te quiere. Para llegar a Dios hay muchos caminos. Yo no te puedo dar la absolución, te doy la bendición. Pero vuelve, vuelve siempre aquí. Cada vez que vuelves te dará la bendición como signo de que Dios te ama’. Y ese hombre, esa mujer se va lleno de alegría porque ha encontrado el icono del Padre, que no rechaza nunca”.      

Finalmente, el Pontífice ha invitado a los presentes a preguntarse dónde tienen su corazón y les ha pedido que no tengan “espacios privados” porque tienen que estar siempre disponibles para las necesidades de los fieles. “Un sacerdote no puede tener un espacio privado. Siempre está con el Señor o con la gente”, ha afirmado. Para concluir su intervención, ha deseado que este Congreso ofrezca una ayuda a la formación de los sacerdotes, “los que son y los que el Señor quiera regalarnos”.

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Rocío Lancho García

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