Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reconocieron ayer domingo, en un acto privado, su responsabilidad por el ataque del 2 de mayo de 2002 contra el municipio de Bojayá, donde murieron 79 personas y más de un centenar resultaron heridas. Las víctimas se protegían en el templo de los combates en curso entre las desmovilizadas Autodefensas Unidas (paramilitares) y la guerrilla de las FARC.
En un comunicado, el Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá indicó que el acto privado de reconocimiento y responsabilidad de las FARC «ha sido dedicado a las víctimas». El encuentro no contó con la presencia de medios de comunicación «por su solemnidad y por respeto al dolor de las víctimas» y estuvieron presentes familiares, autoridades y miembros de las FARC.
«Lloraron –indicó el texto leído en nombre de las FARC por el guerrillero alias Pablo Catacumbo– los habitantes de Bojayá y lloramos también nosotros, debemos decirlo sin ofensa alguna, con transparencia y honradez, pues en dicho suceso fatídico murieron inocentes, hombres, mujeres, ancianos y niños, también entre ellos amigos y familiares de los propios insurgentes, quienes tuvieron que vivir ese horror en toda su complejidad y oscuridad».
El evento se realizó en Bellavista, sede del Municipio de Bojayá, bajo la organización y coordinación de las Naciones Unidas.
El Gobierno estuvo representado por el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, y la delegación de las FARC fue encabezada por Pastor Alape que llegó a Colombia procedente de La Habana (Cuba), con el acompañamiento del Comité Internacional de la Cruza Roja (CICR).