El santo padre Francisco ha abierto este domingo la Puerta Santa de la basílica de San Juan de Letrán, una de los cuatro templos pontificios y catedral de Roma.
Después de rigurosos controles antes de entrar en la plaza, en los que colaboró la Guardia Civil Española, miles de fieles se congregaron para el evento, en este soleado y gélido domingo de diciembre.
Francisco en cuanto Obispo de Roma, vestía paramentos claros con mitra, báculo y trial, una capa que envuelve el cuerpo, de color rosa como se requiere por el tiempo litúrgico del tercer domingo de Adviento, con una cruz morada. El coro de la Capilla Sixtina cantaba el Kyrie.
El Santo Padre después de las oraciones iniciales y del acto penitencial en el atrio de la basílica, delante de la Puerta Santa, de bronce con una imagen de María, permaneció en silencio mientras se escuchaba el canto del Veni Creator Spiritu.
Tras abrir la puerta de bronce que representa a Cristo, el Papa entró y volvió a quedarse en silencio algunos instantes. A continuación caminó en la basílica hacia el altar, en donde celebró la santa misa. Una ceremonia muy simple, esencial y emocionante.
El himno de entrada compuesto especialmente para la ocasión, inicia con las palabras ‘Misericordiosos como el Padre’, tomadas del evangelio de Lucas.