El cardenal arzobispo de Valencia, monseñor Antonio Cañizares Llovera, afirma en una carta titulada “Adviento, ante las elecciones del 20 de diciembre” que “el momento apremiante que vivimos reclama de los cristianos estar en primera fila en la tutela, promoción y testimonio de la familia y de su verdad, en la defensa y promoción de la vida, y de cuanto haya que hacer ante la emergencia educativa que padecemos y ante la urgencia de una cultura fiel a sus raíces, en un proyecto común”.
En el escrito dirigido esta semana a los fieles de su diócesis, el purpurado recuerda que la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha llamado a “colaborar decididamente en políticas sociales y económicas responsables y promotoras de la dignidad de las personas, que propicien el trabajo para todos”, así como “la justa distribución de las rentas, corrijan errores y atiendan a las necesidades de los más vulnerables”.
Todo ello “entra dentro de la caridad, con su dimensión social y política”, apunta el arzobispo de Valencia, quien también señala que el tiempo del Adviento que vivimos “pide estar vigilantes y despiertos, no cruzados de brazos como espectadores: exige preparar los caminos al Señor que llega, lo cual también comporta cooperar decididamente en la regeneración humana, moral, social, política y cultural de nuestro pueblo”.
A este respecto, el cardenal Cañizares precisa que “todos tenemos la responsabilidad de votar, es un deber y un derecho”, y asegura que “todos anhelamos y deseamos lo mejor para nuestra querida España, para el bien común de ella, en la precisa situación en que se halla”.
<p>Así, el purpurado destaca que “la llamada que en estos precisos momentos escuchamos los cristianos es a caminar a la luz de Jesucristo, a dejar las obras de las tinieblas y de la oscuridad, es decir, a dejar de una vez: el egoísmo, el rencor, el medro personal por encima de todo, el afán y ambición de poder, la pasión de acumular para sí por encima de los otros, el olvido del bien común y la falta del respeto debido a la dignidad personal e inalienable que tiene todo ser humano, la búsqueda de bienestar a costa que de lo que sea y de quien sea, la mentira, el engaño, el relativismo, la injusticia, el cerrar las entrañas ante la necesidad y miseria del hermano necesitado, del inmigrante o del refugiado, la destrucción de la familia o de la vida, el vivir de espaldas a Dios o como si Él no existiera”.
Por último, el cardenal arzobispo de Valencia dice que “los cristianos podemos y debemos hacer mucho, en cuanto cristianos, en la hora crucial y crítica que vivimos”. De hecho, los cristianos “somos muchos en España, la mayoría” y “la fe y esperanza que anuncia el Adviento, nos impele a ser consecuentes con lo que somos y esperamos”, concluye.