Usa palabras sobrias y específicas el rabino jefe de Roma, Riccardo Di Segni, para expresar su espera para la visita del 17 de enero del papa Francisco al Templo Mayor. El tercer Pontífice después de Juan Pablo II en 1986 y Benedicto XVI en el 2010, o mejor dicho el cuarto, “recordando que el primer Papa que entró en un Sinagoga fue San Pedro”, como subraya. Precisamente el recuerdo de las visitas de los Papas precedentes será el hilo conductor de la visita del Papa Francisco este domingo, que asumirá nuevos significados en el contexto histórico y geopolítico marcado por la violencia y el fanatismo religiosos. Será, por tanto, una señal en contra respecto a quien hoy usa la religión para destruir el mundo”, afirma el rabino, que señala algunos desafíos dente a los que judíos y cristianos pueden hablar “a una sola voz”. En primer lugar la vida y la dignidad humana. A continuación, la entrevista.
El papa Francisco es el tercer Papa que visita un Sinagoga (a excepción de san Pedro). ¿Qué expectativas y deseos hay para esta visita del domingo, por su parte o de la comunidad judía de Roma?
–Rabino De Segni: Se trata de un encuentro importante que nunca es un encuentro ordinario, aunque sea el tercero. Precisamente el hecho de que sea el tercer Papa que hace una visita a la Sinagoga significa que hay una consolidación de la tradición y la comunidad lo espera con gratitud por este gesto de simpatía hacia nosotros. Esto quiere mostrar, en una escena mucho más amplia de la loca, un deseo de dos mundos religiosos de establecer y consolidar relaciones pacíficas respecto a los ejemplos negativos y mortales que nos vienen desde otros horizontes religiosos.
¿Cómo podemos enmarcar esta visita del Papa en un momento tan marcado por los extremismos y violencias?
–Rabino De Segni: La señal contrasta respecto a quien usa la religión para destruir al mundo. Nosotros queremos usar la religión para hacer algo bueno.
La visita nace de una invitación que usted ha realizado al Pontífice.
–Rabino De Segni: Sí, ha sido una invitación necesaria, formulada en seguida para poder programarlo con calma, sin urgencia Con el papa Francisco, desde el momento de su elección, tenemos una relación cordial y hemos tenido y tenemos ocasión de conversar bastante frecuentemente, también por teléfono. Siempre he encontrado, por su parte, una gran disponibilidad a la escucha.
También tenía buena relación con Benedicto XVI, hacia quien ha expresado gran estima en varias ocasiones…
–Rabino De Segni: Sí, tenemos buena relación. Ya no nos hemos visto desde su renuncia y no hablo con él, pero a menudo nos mandamos cartas.
¿Y con Juan Pablo II? Usted estaba presente en la visita a la Sinagoga del 16 de abril de 1986: la ‘histórica’ visita que fue un antes y un después para el diálogo judío-cristiano. ¿Qué recuerdos tiene?
–Rabino De Segni: Sí, estaba presente entre el público como espectador impresionado de lo que estaba sucediendo. Ciertamente, ha sido necesario el tiempo para asimilar y entender el alcance de ese momento. Después tuve ocasión de conocer más de cerca a Juan Pablo II y tener con él una relación directa. En particular, me acerqué a él cuando estaba ya muy enfermo…
Haciendo memoria de la visita del 1986, si tuviera que hacer un balance de los últimos 30 años, ¿qué ha sucedido? ¿Ha habido un cambio? ¿A mejor o a peor?
–Rabino De Segni: diría que ha habido una mejora progresiva, gracias también a la aclaración de cuestiones abiertas. No han faltado incidente, pero siempre ha habido forma de afrontarlos y resolverlos. Cuando ha sido posible…
Hablando sobre el Jubileo, que es un evento que tiene su origen en la cultura hebrea, ¿cómo lo vive la comunidad judía de Roma?
–Rabino De Segni: El Jubileo, así como se celebra, es un evento absoluta y totalmente cristianos que nosotros consideramos con respeto y atención.
El mes pasado la Comisión vaticana para las Relaciones Religiosas con el judaísmo redactó un documento por el 50 aniversario de la Nostra Aetate en el que se afirma que, “con las reservas necesarias” se puede llegar a hablar de “diálogo intra-religioso” o “intra-familiar” entre cristianos y judíos. ¿Comparte esta expresión?
–Rabino De Segni: El documento –que permanece un documento extremadamente importante– representa el punto de vista de la visión teológica cristiana. Por tanto, el hecho de que subraye en particular la relación que existe entre cristianismo y judaísmo es importante respecto a la historia precedente. Y, por tanto, en esta óptica, nosotros podemos decir que estamos satisfechos.
¿Es por tanto recíproca esta interpretación fraterna de la relación?
–Rabino De Segni: No hay dudas de que sea una relación de fraternidad. Las cuestiones teológicas no son recíprocas, sino diferentes por naturaleza.
En su opinión, qué aspectos del diálogo entre judíos y cristianos aún tienen que ser profundizados y desarrollados?
–Rabino De Segni: Hay muchos campos de actividad, más allá de los meramente teológicos, que aún tienen que realizarse: proyectos paralelos o comunes en los que es necesario trabajar mucho.
¿Puede ser más específico?
–Rabino De Segni: Sí. Nosotros decimos siempre que tenemos que trabajar juntos. Pero.. ¿qué debemos hacer juntos?
Dígamelo usted…
–Rabino De Segni: Es una pregunta abierta sobre la que reflexionar. ¿Cuáles son los valores para presentar a la sociedad? ¿Qué modelos? La primera cosa es que nos hablemos, que es un signo importante en el momento histórico que estamos viviendo?
Por ejemplo, ¿hay temas de actualidad sobre los cuales los cristianos y los judíos pueden hablar a una sola voz?
–Rabino De Segni: Una sola voz, depende de los temas… Ciertamente la defensa de la vida y la dignidad humana son problemáticas esenciales sobre las cuales podemos y debemos proceder juntos.
A propósito de la violencia y la persecución religiosa, en Israel continúan sucediendo actos vandálicos y escritos blasfemos hacia los cristianos. Para usted, ¿cuáles son las raíces de este odio creciente?
–Rabino De Segni: En primer lugar reitero mi rechazo hacia estos gestos que son aislados y que no se pueden justificar. Nacen de un contexto dramático y por tanto entran en un marco más general de malestar de la sociedad que está ‘envenenada’ por un conflicto. Es necesario trabajar en esto.