En la web de la Conferencia Episcopal el arzobispo de Miami indica que además de la regulación es necesario fortalecer los servicios a personas con problemas mentales [caption id="attachment_61103" align="alignleft" width="507"]US President Barack Obama speaks at an end-of-year press conference in the briefing room of the White House in Washington El presidente Obama durante el discurso[/caption] El presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, el arzobispo Thomas G. Wenski, dijo que "durante mucho tiempo, los obispos de Estados Unidos han pedido políticas razonables para ayudar a reducir la violencia armada". Sus declaraciones fueron publicadas después que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el martes pasado, medidas para regular la venta de armas de fuego, en las que recordó el triste récord de su país con 30 mil muertes al año por accidentes, superior a cualquier otra nación del mundo. Recordó también la cantidad de dramas familiares que se registran y que la legislación debería obligar que las armas tengan nuevos mecanismos de seguridad, tipo password o de huellas digitales, como lo tienen las tabletas y esto se puede hacer. Al concluir el discurso, Obama, visiblemente emocionado evocó el tiroteo en diciembre de 2012 en la escuela Sandy Hook de Newtown, donde fueron asesinados 20 niños y seis mujeres. En el comunicado publicado en la web de lo obispos de Estados Unidos, el arzobispo de Miami reconoce que "la violencia en nuestra sociedad es un tema complejo con muchas facetas, teniendo muchas formas". Y si bien "ninguna medida puede eliminar todos los actos de violencia que involucran armas de fuego, damos la bienvenida a los esfuerzos razonables destinadas a salvar vidas y hacer que las comunidades más seguras". "Esperamos --concluye Mons. Thomas Wenski-- que el Congreso se ocupará de esta cuestión de una manera más sólida, teniendo en cuenta todos los variados aspectos involucrados". Por ello, "además de la regulación razonable", el arzobispo indicó que "las conversaciones deben incluir el fortalecimiento de los servicios sociales para las personas con enfermedad mental".