El santo padre Francisco ha recibido este lunes en audiencia, con motivo de la felicitación por el nuevo año que inicia, a las autoridades italianas que se encargan de la seguridad entorno al Vaticano, en la plaza de San Pedro y en los viajes del Papa por Italia.
Los funcionarios y agentes de la Inspectoría de la Seguridad Pública coordinan en Roma a las diversas fuerzas de seguridad italianas y trabajan en estrecha colaboración con los dos cuerpos de vigilancia de Estado-Ciudad del Vaticano: la Gendarmería Vaticana y la Guardia Suiza. Una tarea de particular importancia tomando en cuenta que el Vaticano es un objetivo extremamente sensible en materia de seguridad, en un período de amenaza terrorista generalizada.
“Renuevo mi aprecio por el trabajo que realizan con profesionalidad y sentido del deber” les dijo el Santo Padre y les agradeció además “por la presencia en las visitas pastorales que realizo en Italia”. El Papa calificó el encuentro “aún más significativo” porque “se coloca en el contexto del Año Santo de la Misericordia, evento de relevancia espiritual que ha visto ya en estos primeros días la afluencia en la ciudad de Roma de muchos peregrinos provenientes de diversas partes del mundo”.
Les recordó también que en este momento ellos “están llamados a un empeño más grande para lograr que las celebraciones y los eventos relacionados con el Jubileo extraordinario se realicen en modo regular y positivo”. Y haciendo referencia el pesebre aún presente en la plaza de San Pedro, el Santo Padre les invitó “a custodiar dentro de nosotros, siguiendo el ejemplo de la Virgen María, el misterio que hemos celebrado”.
“María nos ha ofrecido –les indicó el Francisco– a Jesús como principio de vida nueva. Ese Niño es el verdadero consolador de los corazones, la luz verdadera que ilumina nuestra vida venciendo la oscuridad del pecado. En Él hemos contemplado el rostro de la misericordia de Dios Padre y hemos recibido una nueva invitación a convertirnos al amor y al perdón”.
Así les ha deseado que esta experiencia espiritual les acompañe durante todo el Año Santo: “Que el Jubileo de la Misericordia sea para todos un tiempo fuerte del espíritu, un tiempo de reconciliación con Dios y con los hermanos”.
El Santo Padre les recordó también que “todos nosotros tenemos necesidad de reconciliarnos, todos. Todos tenemos algo con un hermano, en familia o con un amigo… Y este es el tiempo de la reconciliación y para hacer paz”, y así les invitó a que puedan “experimentar esa consolación interior que sintieron los pastores de Belén”.
Al concluir les deseó que “el Señor les proteja en el cumplimiento de las tareas” y que María madre de Jesús y nuestra “les esté siempre cercana en el momento de dificultad”. Y aseguró que cuando les ve reza siempre por ellos “y lo hago de corazón”.
Policía y Carabineros en el Vaticano
El Papa agradece a las fuerzas del orden de Italia su empeño en este Año Jubilar
Les invitó a que este Año de la Misericordia sea para todos tiempo de reconciliación con Dios y con los hermanos