(ZENIT – Ciudad del Vaticano) Los obispos Paraguay han enviado un saludo “a todas las mujeres paraguayas en su día» y recuerdan «el papel histórico que han tenido y siguen teniendo en la construcción de la sociedad y la cultura”. Cada 24 de febrero se celebra el Día de la Mujer Paraguaya en conmemoración de la primera Asamblea de Mujeres Americanas realizada en 1867, en el marco de la Guerra de la Triple Alianza, durante la cual las mujeres del país demostraron un excepcional valor.
Aprovechan esta ocasión para repudiar “los actos de violencia machista hacia las mujeres, niñas y adolescentes como uno de los grandes males de nuestra sociedad”. Por eso hacen una exhortación “a las instituciones competentes a actuar con firmeza ante estos hechos, a mejorar las políticas públicas y la significación de la mujer contra todo tipo de atropello en sus derecho”. Del mismo modo, hacen una invitación a “todas las personas de buena voluntad a promover la vida y la dignidad humana, y particularmente la de las mujeres”.
En un comunicado publicado en la página web de la Conferencia Episcopal, toman las palabras del papa Francisco y reafirman que “las mujeres paraguayas tienen la memoria y la genética de aquellas que reconstruyeron la vida, la fe y la dignidad de nuestro pueblo, siendo llamadas con razón las más gloriosas de América”. Pese a las situaciones difíciles que siguen viviendo muchas de ellas –aseguran los prelados paraguayos– son ejemplo cotidiano de lucha y fortaleza.
Asimismo, aprovechan la ocasión para recordar que “la presencia de las mujeres es también esencial en la transmisión del Evangelio y en toda la labor pastoral de la Iglesia”.
Son muchas, precisan los obispos, las mujeres santas, madres, educadoras, discípulas y misioneras de Jesús, promotoras de la paz, que esta tierra paraguaya vio nacer.
De ahí que hagan un llamamiento a “seguir testimoniando la fe y la esperanza, bajo el amparo de María Santísima, en una sociedad que necesita reflexionar sobre los valores humanos y cristianos para seguir adelante”.
Durante la guerra de 1864 a 1870, Paraguay enfrentó a Argentina, al imperio de Brasil y a Uruguay, viendo exterminada en los combates a más de la mitad de su población, y al 90 por ciento de los hombres adultos.
El Santo Padre ha manifestado en varias ocasiones su admiración por las mujeres de este país. Hasta el punto que el Pontífice pidió a los obispos de Paraguay “buscar a una madre paraguaya de vida y virtudes ejemplares para elevarla a los altares”. Así lo indicó el obispo de Caacupé, monseñor Claudio Giménez, tras el viaje apostólico a Paraguay.
