La flor de loto, símbolo del budismo. (Wiki commons cc- Peripitus)

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Cristianos y budistas unidos en la defensa del medio ambiente

El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ha enviado una felicitación a los budistas en ocasión de la fiesta de Vesakh

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(ZENIT – Ciudad del Vaticano). –  El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ha enviado una felicitación a los budistas en ocasión de la fiesta de Vesakh, que conmemora tres eventos significativos de la vida de Buda: el nacimiento, la iluminación y la muerte. De este modo, envían un deseo de paz, tranquilidad y alegría en “vuestros corazones, en vuestras familias y en vuestros países”.
El mensaje, firmado por el cardenal Jean-Louis Tauran y Miguel Ángel Ayuso Guixot, MCCJ, presidente y secretario del dicasterio, se inspira en la Encíclica Laudato si’. De este modo, recuerdan que también los budistas han manifestado su preocupación por la degradación del ambiente en dos documentos concretos. Y ambos, observa el dicasterio vaticano, “subrayan la reflexión común y compartida que en el centro de la crisis ecología esté, de hecho, una crisis del yo, expresada por la avaricia, el ansia, la arrogancia y la ignorancia del ser humano”.
Nuestros estilos de vida y nuestras expectativas — observa el mensaje– deben por tanto cambiar para vencer el deterioro de lo que nos rodea.
Asimismo, señala que delante del cambio climático producido también por la actividad humana, “nosotros, cristianos y budistas, debemos trabajar juntos para afrontar el tema de una espiritualidad ecológica”. Del mismo modo, indica que la aceleración de los problemas ambientales globales ha aumentado la urgencia de la cooperación interreligiosa. La educación a la responsabilidad hacia el ambiente y la creación de una “ciudadanía ecológica” requieren una ética ecológica virtuosa que tenga respeto y cuidado por la naturaleza.
En el mensaje, se precisa que es una necesidad urgente que los seguidores de todas las religiones superen sus fronteras y se unan en el construir un orden social responsablemente ecológico basado en valores compartidos.
Por otro lado, se asegura que en los países donde budistas y cristianos viven y trabajan juntos, “podemos promover la salud y la sostenibilidad del planeta a través de programas educativos comunes dirigidos a desarrollar la conciencia ecológica con iniciativas conjuntas.
Finalmente, se recuerda que “podemos colaborar juntos para liberar la humanidad de los sufrimientos causados por los cambios climáticos, y contribuir al cuidado de nuestra casa común”.

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Rocío Lancho García

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