(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- El papa Francisco ha recibido esta mañana en el Vaticano al jefe mundial de la comunidad de los Bektashi, Baba Edmond Brahimaj. Se trata de una confraternidad musulmana de derivación sufí, fundada en el siglo XIII en Turquía y difundida hoy sobre todo en Albania. Como todas las comunidades religiosas albanesas también los Bektashi sufrieron persecuciones bajo el régimen comunista.
Han sido varias las ocasiones en las que han participado en eventos promovidos por la Santa Sede, como algunas Jornadas de Oración por la Paz en Asís y la beatificación de la Madre Teresa en el 2003. Asimismo, estuvieron con el papa Francisco en septiembre de 2014, con ocasión de su viaje a Albania.
Baba Edmond Brahimaj explica, en una entrevista en Radio Vaticano realizada después del encuentro, que ha sido un “maravilloso” en el que el Papa, dejando de lado el protocolo, “se ha acercado de hermano a hermano, con una gran cordialidad”. Del mismo modo precisa que ha sido un mensaje de fraternidad, “hemos reafirmado el valor del diálogo, del encuentro fraterno y de la importancia que las comunidades religiosas tienen para la sociedad actual”.
Sobre el encuentro con el Santo Padre indicado que le ha conmovido sobre todo el “recuerdo indeleble de la visita apostólica que ha realizado en Albania” y “las imágenes que conserva en el corazón y en la mente: la juventud y la fuerza de este pueblo y de este país”.
El Santo Padre –cuenta el jefe de los Bektashi– ha recordado los cementerios, con las tumbas de las personas que sacrificaron su vida siendo perseguidas. El Papa también ha recordado el trabajo del Consejo de las comunidades religiosas en Albania que se encuentra con regularidad precisamente para conservar la convivencia pacífica y constructiva en el país.
Asimismo, el Pontífice ha hecho mención al encuentro que tuvo con todas las comunidades religiosas en Albania, “donde ha visto una firme voluntad del encuentro, del diálogo fraterno, sincero, franco, para transmitir a todos los creyentes el camino del amor, del encuentro y de la paz que el Señor nos ha dejado, porque no hay alternativas al camino de la paz y del encuentro”.
A propósito de la comunidad Bektashi, su responsable máximo subraya que “es un corriente del misticismo islámico, que transmite la paz, la fraternidad y la fe en el Señor”. Es un puente de unión –añade– entre occidente y oriente.
De este modo señala que el camino que ha recorrido y recorre el Bektashismo es el de la paz y la fraternidad, como único camino que conduce al Señor, que hace encontrar a los hombres como hermanos delante Dios. También precisa que el Bektashismo ha luchado por la familia y la defiende como fundamento de la sociedad. Recordando que el hombre y la mujer gozan de la misma dignidad, precisa que los Bektashi no cubren a las mujeres con el burka u otro tipo de indumentarias, porque “el hombre es imagen de Dios y la dignidad del hombre no debe ser cubierta”. Igualmente se manifiestan contra todo tipo de violencia y terrorismo.
Para concluir aprovecha la ocasión para asegurar que apoyan y siguen al Santo Padre, el papa Francisco, “una guía que lleva la bandera de la paz, de la convivencia pacífica entre las religiones, entre los pueblos y las naciones”. Y se reconocen “orgullosos de tener también a Madre Teresa como un ejemplo concreto de cómo se puede encarnar y vivir el amor de Dios en los gestos concretos hacia el prójimo”.
Baba Edmond Brahimaj, líder espiritual de la comunidad musulmana Bektashi. (Foto Wikicommons - Guerric Poncet)
El encuentro de Francisco con el jefe de los Bektashi de 'hermano a hermano'
Se trata de una confraternidad musulmana defensora de la paz, de derivación sufí, difundida sobre todo en Albania