Publicamos a continuación la carta dominical del arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella, correspondiente a este domingo, 15 de mayo de 2016, solemnidad de Pentecostés.
Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor”. Así se invoca desde antiguo, en la Iglesia, al Espíritu Santo. Así invito a que lo hagamos todos nosotros, cristianos que peregrinamos en esta archidiócesis entrañable de Barcelona.
La Iglesia necesita, hoy más que nunca, cristianos confesantes. Cristianos que confiesen o reconozcan públicamente su condición de cristianos en la seguridad y en el gozo que la fe en Jesucristo les proporciona. Cristianos que confiesen el nombre del Señor Jesús en los ambientes en los que están insertos: la familia, el trabajo, la diversión, la política… Os invito a hacerlo con humildad, sin ninguna ostentación, pero también sin complejos; más con obras que con palabras, pero sin tener miedo a poner nombre a aquello que las obras predican. Y esa confesión humilde y valiente debe hacerse desde la coherencia de vida. Qué bien lo expresaba el papa Pablo VI cuando decía: “El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan y si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio”. (Evangelización del Mundo Contemporáneo, Evangelii Nuntiandi, 41)
La Iglesia necesita también apóstoles. “La evangelización del mundo actual se hará por medio de los cristianos laicos o no se hará”, decía la Conferencia Episcopal Española en el año 1992. Esto reclama de todos y cada uno de los que se confiesan discípulos de Jesucristo que asuman la misión de la Iglesia y se inserten en las tareas que realizan las parroquias. Sin vosotros, ninguna parroquia será capaz de evangelizar a los hombres, mujeres, jóvenes y niños. No sirve decir que valemos muy poco, que no estamos preparados, que somos mayores, que nos cansamos… Todos nosotros, jóvenes y mayores, sanos y enfermos, sabios y humildes, todos hemos sido invitados por el Señor, desde el día de nuestro bautismo, a trabajar en su viña. Sabemos que la obra no depende de nosotros. El Espíritu del Señor, el Espíritu Santo, es el alma de todo apostolado. Y el verdadero apóstol es aquel que, como María, se hace dócil a las palabras e inspiraciones del Señor y se entrega totalmente, sin reserva y sin poner objeciones, aunque la empresa sea ardua, contra corriente, porque para Dios nada hay imposible. Por eso, como la Virgen María, no pone pegas y dice siempre sí a Dios.
La Iglesia que peregrina en esta tierra de Barcelona precisa de laicos cristianos decididos a aceptar tareas de colaboración con el ministerio de los pastores, comoanimadores de la comunidad y responsables de sectores pastorales, para poder poner en marcha las nuevas unidades pastorales con las que poder servir en adelante más y mejor a nuestros pueblos y para poner en marcha una verdadera y profunda pastoral familiar, tan necesaria en nuestra sociedad moderna. La Iglesia pide, pues, a todos los bautizados un compromiso especial. ¡Ánimo! No tengáis miedo, el Señor resucitado nos acompaña. Hagamos lo que hagamos, si lo hacemos apoyados en el Señor, en su Palabra, los resultados estarán siempre asegurados aunque no siempre podamos ser testigos de ello.
Tengo la convicción profunda de que el Espíritu del Señor va a venir en este nuevo Pentecostés sobre cada uno de nosotros, sobre toda la Iglesia que peregrina en esta Iglesia de Barcelona. Estoy convencido de que nos animará y fortalecerá para responder con audacia cristiana y corazón generoso a los retos que hoy tienen nuestra Iglesia y nuestra sociedad. Permanezcamos en la oración con María, la Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, para recibir con apertura de mente y de voluntad la gracia que viene de lo alto y nos lleva a nacer de nuevo, aunque nos sintamos viejos. Hagamos nuestra la oración de la Iglesia en el día de Pentecostés: “Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu, Señor, y renueva la faz de la tierra”.
Que Dios os bendiga a todos.
+ Juan José Omella Omella
Arzobispo de Barcelona
Pentecostés - (Autor: Jean II Restout, 1732 - Wiki commons)
«Ven, Espíritu Santo»
Carta dominical del arzobispo de Barcelona, Mons. Juan José Omella. ‘El verdadero apóstol es aquel que, como María, se hace dócil a las palabras e inspiraciones del Señor’