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Carta del obispo de Córdoba: 'Para el Curso 2016-2017'

Mons. Demetrio Fernández. «Todo este curso que ahora comenzamos estará marcado por la presencia de María Santísima, al cumplirse el primer centenario de las apariciones de Fátima»

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(ZENIT – Madrid).-  Publicamos a continuación la carta pastoral del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández.
La misión de la Iglesia es evangelizar, anunciar la buena noticia del Evangelio a todos los hombres, pregonar que Dios ama al hombre concreto, sea cual sea su situación, y quiere salvarlo, llevarlo a la plenitud de hijo disfrutando de los dones de su Casa. El Evangelio predica el amor de hermanos, para parecernos a nuestro Padre del cielo, el perdón hacia quienes nos ofenden, la misericordia hacia los están necesitados material o espiritualmente.
Nos encontramos en la última etapa del Año de la misericordia (que concluirá el 20 de noviembre). Nuestra diócesis de Córdoba peregrina a Roma del 16 al 20 de octubre para alcanzar las gracias del jubileo, cruzando la puerta santa, visitando las principales basílicas romanas, acudiendo con el Papa a escuchar su palabra y expresarle nuestra plena comunión eclesial como Sucesor del apóstol Pedro, sobre el que Cristo ha fundado su Iglesia. Más adelante, del 4 al 11 de noviembre, peregrinación diocesana a Tierra Santa.                                                                           Todo este curso que ahora comenzamos estará marcado por la presencia de María Santísima, al cumplirse el primer centenario de las apariciones de Fátima. “Como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo” (Is 66,13), es el lema de este año. La Virgen de Fátima ha sido el gran consuelo de los cristianos perseguidos a lo largo del siglo XX y seguirá siéndolo. En nuestra diócesis muchas personas han peregrinado a Fátima alguna vez y han podido captar el sencillo mensaje de oración y penitencia que desde allí nos transmite la Virgen. Un mensaje que hemos de actualizar este año entre nosotros. Una imagen peregrina recorrerá las parroquias y las instituciones que lo deseen. María visita a su pueblo y nos trae siempre la alegría de Jesús y de su Evangelio.
Durante el presente curso nos prepararemos para el gran Encuentro Diocesano de Laicos, que tendrá lugar el 7 de octubre de 2017, para que valoremos cada vez más la presencia de los laicos en la vida de la Iglesia, en nuestra diócesis de Córdoba. Son varios miles los que colaboran habitualmente en la parroquias, muchos de ellos con presencia significativa en la vida pública y en el tejido social. El Encuentro tiene como objetivos vivir y manifestar la alegría del Evangelio en este momento, expresar nuestra pertenencia a la Iglesia, en la que nos sentimos fieles hijos, y nuestra actitud de comunión con los pastores y con los demás miembros de la Iglesia, para afrontar juntos los retos del presente y del futuro con la luz y la sal del Evangelio: el ámbito de la familia y de la vida, el ámbito de la educación de nuestro hijos en los valores del Evangelio, el ámbito de los pobres en el que la Iglesia se juega su credibilidad.
Evangelizar a través del arte es tarea propia de quienes han recibido grandes monumentos fruto de la fe de los siglos anteriores, y hemos de mostrarlo a nuestros contemporáneos, que son más sensibles a este patrimonio espiritual y cultural. Pongamos todo este patrimonio al servicio de la evangelización en todas las parroquias e instituciones de la Iglesia, especialmente en la Santa Iglesia Catedral, monumento único en el mundo por su condición de antigua mezquita.
Queremos afrontar decididamente un itinerario de varios años para alcanzar la autofinanciación de la Iglesia. Ya se han dado grandes pasos, pero hemos de avanzar por ese camino de manera que nuestros fieles caigan más en la cuenta de que la Iglesia hemos de sostenerla entre todos los católicos, sin despreciar las ayudas que puedan venirnos de otras entidades públicas o privadas, pues los católicos somos ciudadanos que cumplimos pagando nuestros impuestos.
Y no nos cansemos de pedir a Dios más sacerdotes, más vocaciones entre los jóvenes de nuestra diócesis, para que no falten los ministros de Cristo que nos lleven por el camino de una vida santa.
Son objetivos que, en medio de la pastoral ordinaria, podremos acentuar entre todos como signo de comunión eclesial en nuestra diócesis de Córdoba. Dios nos asista, y María Santísima de Fátima nos acompañe especialmente en este Año dedicado a ella.
Recibid mi afecto y mi bendición: + Demetrio

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ZENIT Staff

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