María con Jesús y Juan Bautista - Achille Beltrame -

La Virgen María con el Niño Jesús y san Juan Bautista ( Achille Beltrame cc)

Solemnidad de Santa María Madre de Dios – 1 de enero

María es verdadera Madre de Dios, la Theotokos

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Ciclo A – Textos: Números 6, 22-27; Gálatas 4, 4-7; Lucas 2, 16-21.

Idea principal: María es Madre de Dios y Madre nuestra.

Resumen del mensaje: Como nuestros hermanos orientales de rito sirio, demos hoy los augurios y felicitaciones a María Santísima, por ser la Madre de Dios. Acerquémonos a Ella con estos sentimientos, pues también es nuestra madre en el plano de la gracia.

Aspectos de esta idea:
En primer lugar, esta verdad de que María es verdadera Madre de Dios, la Theotokos, la Iglesia la definió en el concilio de Éfeso en el 431. San Cirilo de Alejandría, que presidió el Concilio, escribía a continuación a sus fieles: «Sabéis que se reunió el santo sínodo en la gran iglesia de María, Madre de Dios. Pasamos allí el día entero… Había allí unos doscientos obispos reunidos. Todo el pueblo esperaba con ansiedad, aguardando desde el amanecer hasta el crepúsculo la decisión del santo Sínodo… Cuando salimos de la iglesia, nos acompañaron con antorchas hasta nuestros domicilios, porque era de noche. Se respiraba alegría en el ambiente; la ciudad estaba salpicada de luces; incluso las mujeres nos precedían con incensarios y abrían la marcha» (Epístola 24). San Ignacio de Antioquía llama a Jesús “el hijo de Dios y de María”. Esto coloca a María a una altura que da vértigo, al lado del Padre. Pero también, por ser de nuestra raza “nacido de una mujer”, está cercana a nosotros y se hace nuestra madre también, madre de la Iglesia. De esclavos que éramos pasamos a ser hijos en el Hijo (segunda lectura). Maravilloso intercambio éste como para felicitar a María y felicitarnos entre nosotros.

En segundo lugar, veamos la misión que tiene esta Madre, como toda madre. Una madre da a luz a su hijo con amor y acompaña a su hijo hasta el final. Así hizo María con su Hijo Jesús. Una madre amamanta a su hijo. Una madre cuida a su hijo. Una madre respeta la libertad de su hijo. Una madre acompaña a su hijo en sus momentos alegres y también en los momentos difíciles. María es madre de todos los hombres en el orden de la gracia. Al dar a luz a su primogénito, parió también espiritualmente a aquellos que pertenecerían a él, a los que serían incorporados a él y se convertirían así en miembros suyos. Ella desde el cielo intercede por nosotros, nos consuela, nos anima y nos apunta a su Hijo diciéndonos: “Haced lo que Él os diga”.

Finalmente, preguntémonos qué podemos imitar de María, nuestra Madre. El evangelio nos da dos secretos: “Ella conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón”. Seamos hombres que sabemos rumiar las cosas de Dios en nuestra vida, y como decía san Agustín, dado que no podemos imitarla en la primera Encarnación física, imitémosla en la segunda encarnación espiritual “concibiendo el Verbo con la mente”. Y segundo, salgamos de la Navidad como los pastores que salieron “dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto”, es decir, seamos testigos de esta Encarnación del Hijo de Dios y de esta Maternidad divina de María.

Para reflexionar: ¿Tengo a María como madre de mi fe, esperanza y amor? ¿Rezo continuamente a María? Puedo, como María, recibir la palabra, custodiarla en mi corazón, hacer de ella la luz para mis pasos, alimento de mi vida espiritual.

Para rezar: recemos el famoso “Acordaos”.

Acuérdate, oh Piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu asistencia y reclamando tu socorro, haya sido abandonado de ti. Animado con esta confianza, a ti también acudo, oh Virgen Madre, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante tu Presencia Soberana; no deseches, oh Purísima y Santísima Madre de Dios mis humildes súplicas, antes bien escúchalas y atiéndelas favorablemente. Amén”.

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Antonio Rivero

El padre Antonio Rivero nació en Ávila (España) en 1956. Entró a la congregación de los Legionarios de Cristo en 1968 en Santander (España). Se ordenó de sacerdote en Roma en la Navidad de 1986. Es licenciado en Humanidades Clásicas en Salamanca, en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma y en Teología por la Universidad de santo Tomás también en Roma. Es doctor en Teología Espiritual por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) donde defendió su tesis el 16 abril del año 2013 sobre la dirección espiritual en san Juan de Ávila, obteniendo “Summa cum laude”. Realizó su ministerio sacerdotal como formador y profesor de Humanidades clásicas en el seminario en México y España. Fue vicario parroquial en la ciudad de Buenos Aires durante doce años. Durante diez años fue director espiritual y profesor de teología y oratoria en el Seminario María Mater Ecclesiae en são Paulo (Brasil), formando futuros sacerdotes diocesanos. Actualmente es profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y ayuda en el Centro Logos, en la formación de sacerdotes y seminaristas diocesanos. Ha dedicado y dedica también parte de su ministerio sacerdotal a los Medios de Comunicación Social. Ha publicado catorce libros: Jesucristo, Historia de la Iglesia, Los diez mandamientos, Breve catequesis y compendio de liturgia, El tesoro de la Eucaristía, El arte de la predicación sagrada, La Santísima Virgen, Creo en la Vida eterna, Curso de Biblia para laicos, Personajes de la Pasión, G.P.S (Guía Para Santidad, síntesis de espiritualidad católica), Comentario a la liturgia dominical ciclo A, Comentario a la liturgia dominical ciclo B, Comentario a la liturgia dominical ciclo C. Ha grabado más de 200 CDs de formación. Da conferencias en Estados Unidos sobre pastoral familiar, formación católica y juventud. Y finalmente imparte retiros y cursos de formación a religiosas, seminaristas y sacerdotes diocesanos en México, Centroamérica y donde le invitan.

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