(ZENIT- Ciudad del Vaticano).- “Aquí estoy”. Sobre estas palabras ha reflexionado el papa Francisco en la homilía de la misa celebrada en Santa Marta este martes. De este modo, ha asegurado que hacer la voluntad de Dios no significa no discutir o no enfadarse con el Señor, lo importante es ser verdaderos y no falsos.
El Santo Padre ha explicado que la historia de salvación es una historia de “aquí estoy”. Después de Adán, que se escondió porque tenía miedo del Señor, Dios comienza a llamar y a escuchar la respuesta de los hombres y mujeres que dicen: “aquí estoy. Estoy dispuesto. Estoy dispuesta”. Desde el “aquí estoy” de Abrahán, Moisés, Elías, Isaías, Jeremías, hasta llegar al gran “aquí estoy” de María y finalmente el “aquí estoy” de Jesús. Una historia de “aquí estoy” pero no automáticos, porque “el Señor dialoga con aquellos a los que invita”, ha explicado el Santo Padre.
Tal y como ha asegurado el Pontífice, el Señor “tiene mucha paciencia”. Y la vida cristiana –ha proseguido– es un constante aquí estoy para hacer la voluntad del Señor. La liturgia de hoy invita a reflexionar sobre nuestros “aquí estoy”. ¿Voy a esconderme, como Adán, para no responder? ¿O cuando el Señor me llama, en vez de decir “aquí estoy” o “¿qué quieres de mí?”, huyo, como Jonás que no quería hacer lo que el Señor le pedía? ¿O finjo hacer la voluntad del Señor, pero solo externamente, como los doctores de la ley que Jesús condena duramente?
Y el “aquí estoy” va acompañado de un “conversación” con Él. El Pontífice ha aseverado que a Dios le gusta “discutir con nosotros”. Es más, ha asegurado que “enfadarse con el Señor”, también es oración. “A Él le gusta cuando tú te enfadas y le dices a la cara lo que siente, porque es Padre”, ha exclamado el Papa.
Para finalizar el Santo Padre ha pedido que el Espíritu Santo, “nos dé la gracia de encontrar la respuesta” a cómo es nuestro “aquí estoy” al Señor para hacer su voluntad.
El Papa en Santa Marta - © Osservatore Romano
El Papa en Sta. Marta: Cuando el Señor me llama, ¿respondo 'aquí estoy'?
En la homilía de este martes, el Santo Padre asegura que “enfadarse con el Señor” también es oración