Colinas de las Cruces, Lituania

Colinas de las Cruces, Lituania

Colina de las Cruces: Lugar santo, símbolo de la lucha para mantener viva la fe

Durante el dominio comunista

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Para ser llamado una «colina» en Lituania, un montículo necesita tener solo unos pocos pies de alto, ya que el paisaje, los bosques, y los prados son planos hasta donde alcanza la vista. La ubicación de la Colina de las Cruces no está lejos de la norteña ciudad de Siauliai. Un viajero que visita Lituania que quiera entender el país, no puede ignorar a la Colina de las Cruces.

Y de hecho «muchas personas, muchos peregrinos, vienen de todo el mundo, incluso de Polonia, España, Italia e incluso de Asia. Vienen aquí para sentir la santidad del lugar», dice el Padre Andrius Dobrovolska, un sacerdote involucrado en su historia desde la visita del Papa San Juan Pablo II.

Hoy, las cruces acumuladas en esta pequeña colina son aproximadamente 100.000, aunque no se pueden contar las que fueron removidas muchas veces durante el comunismo y luego reemplazadas, poco a poco, una y otra vez.

Dejando a un lado los números, es la historia lo que cuenta, especialmente porque los comienzos del lugar son bastante inciertos. Tal vez una ofrenda votiva por una recuperación milagrosa fue la primera ‘cruz’ plantada aquí. Pronto las cruces se convirtieron en decenas, cientos. Se continuaron acumulando hasta después del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando Lituania cayó bajo el control comunista soviético y ateo.

Símbolo de la lucha por la independencia 

«La Colina de las Cruces es, desde un punto de vista, un lugar sagrado y, por otro, un lugar simbólico, que representa la lucha de los lituanos durante el período comunista, para mantener viva su fe. Se convirtió en una especie de campo de batalla porque los comunistas intentaban destruirlo constantemente, derribar las cruces, pero la gente las devolvía en la noche. Es por eso que es un símbolo de la lucha por la independencia».

Por lo menos cuatro veces, cuando estaban bajo el régimen comunista, los comunistas eliminaron todas las cruces. Pero cada vez que sucedía había un nuevo florecimiento de cruces. El pueblo no fue desalentado. Cuando la tan esperada independencia trajo consigo la libertad religiosa, el Papa polaco Juan Pablo II decidió que una fe tan tenaz merecía el homenaje del Papa, con una visita histórica en septiembre de 1993; y las fotos del Papa polaco caminando entre esas miles de cruces han hecho que la historia de esa visita sea extraordinaria.

«Juan Pablo II vino aquí, celebró misa, era otoño como ahora, pero hacía mucho frío, por lo que pensó que sería bueno tener un lugar para los peregrinos, para que tuvieran un poco de refugio, incluso en el caso de frío y lluvia…», recordó el Padre Andrius.

De ahí la petición a los Franciscanos de construir el convento que ahora se encuentra junto a la Colina, donde el Padre Andrius vive junto con otros dos Franciscanos, que están ocupados recibiendo a cientos de visitantes cada día. La historia cuenta que la idea del convento le llegó al «Papa viajero» una semana después, visitando el Santuario de La Verna, en Italia.

Aprecio por la libertad religiosa

«Los estigmas son el símbolo de la cruz –explica el Padre Andrius– así que San Juan Pablo II pensó que había una relación entre estos dos lugares, porque esta es la colina de las cruces, y el Santuario de la Verna el lugar donde San Francisco recibió los estigmas».

Con el paso de los años, este sitio sagrado fue mejorado. Se agregaron estacionamientos, baños, tiendas de objectos religiosos; ahora, todas las guías turísticas recomiendan una visita aquí. Entre otras cosas, con muchas de las cruces que son artísticamente de valor, la colina es también un sitio del patrimonio mundial de la UNESCO. Sin embargo, su verdadero valor siempre estará en lo que significa para la fe y el aprecio por la libertad religiosa en Lituania.

Traducción de Richard Maher

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Deborah Castellano Lubov

Deborah Castellano Lubov is Senior Vatican Correspondent for Zenit and its English edition. Author of 'The Other Francis,' now published in five languages, she gave a personal, in-depth look at the Holy Father, through interviews with those closest to him and collaborating with him, featuring the preface of Vatican Secretary of State, Cardinal Pietro Parolin. Lubov often covers the Pope's trips abroad, and often from the Papal Flight, where she has also asked him questions on the return-flight press conference on behalf of the English-speaking press present. Deborah Castellano Lubov, who also serves as NBC Vatican Analyst and collaborator, also has done much TV & radio commentary, including for NBC, Sky, EWTN, BBC, Vatican Radio, AP, Reuters and more. She also has written for various Catholic publications.

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