(ZENIT – 16 nov. 2018).- La ciencia en la era de la modernidad se ha beneficiado rutinariamente de la orientación y sabiduría que provee la Iglesia, no solo en la necesidad de la ciencia de ser purificada intelectualmente, sino también en el recordatorio de que su trabajo, como el de todas las disciplinas académicas, debe orientarse siempre hacia el bien común.
Con estos dos fines, la sesión plenaria de 2018 de la Academia Pontificia de las Ciencias, fue convocada como un foro para la discusión de los principales científicos de las cuestiones pertinentes que más impactan al mundo y su población.
La sesión plenaria, que se llevo acabo los días 12 y 14 de noviembre en Casina Pío IV en la Ciudad del Vaticano, se convocó bajo el principio de que “Saber no es suficiente, debe ser aplicado; estar dispuesto no es suficiente, se debe hacer».
La sesión consistió en tres bloques de reuniones organizados según los siguientes temas: 1) «Evaluación científica de un conjunto de grandes temas de humanidades globales»; 2) “Fronteras en las disciplinas científicas”; y, 3) “Los rollos transformadores de la ciencia en la Sociedad global”.
Los discursos y las presentaciones se intercalaron con momentos para el debate y una audiencia con el Santo Padre el día de la apertura. Según el programa, se esperaba que asistieran más de 53 expertos destacados en el campo de la ciencia y el diálogo entre religión y ciencia.
Una ciencia libre de intereses sectarios
Los parámetros de esta sesión plenaria se organizaron bajo el principio que el Papa Francisco desarolló en un discurso de 2016 en la Academia Pontificia de las Ciencias, «corresponde a los científicos, que trabajan sin intereses políticos, económicos o ideológicos, desarrollar un modelo cultural … que el vasto potencial de productividad no estará reservado solo para unos pocos”.
Así, al comienzo de la sesión, se establecieron tres ideales que guiaran los procedimientos: 1) las ciencias básicas siguen siendo fundamentales para generar un modelo del mundo válido y basado en la evidencia; 2) las ciencias se interconectan cada vez más entre otras disciplinas, incluidas entre ellas las humanidades; y, 3) los científicos y los creadores de políticas científicas deben comprometerse con la sociedad para mantener (fomentar) la confianza en la ciencia. Los temas de cada discurso fueron, entonces, centrados alrededor de estos principios.
La ciencia y el bien común
Las búsquedas cristianas están necesariamente orientadas y determinadas hacia el bien común; el fin de cada hombre es Dios. Así, los presentadores hablaron extensamente sobre muchos asuntos científicos, enfatizando la interconexión de toda la creación. Algunos de los temas incluían, “Salvando las plantas de la extinción: ¿cómo y por qué?” y “¿Adónde nos estamos dirigiendo: el plioceno o el mioceno?”, temas que se presentaron como urgentes para que los aborden los científicos, no por su propio bien, sino por el bien del hombre.
La verdad en la ciencia también fue una consideración importante para la sesión plenaria. De hecho, el folleto oficial citó como una preocupación la necesidad de «contrarrestar la propagación de declaraciones que no se basan en información científica (noticias falsas)». Las sesiones sobre métodos de investigación, los límites de la ciencia, y los desafíos históricos fueron programadas para discutir estos temas que obstaculizan tanto el progreso científico como el bien común, en lugar de promoverlos.
Una ciencia que transforma la sociedad
El impulso detrás de esta sesión plenaria fue que la ciencia fuera pertinente en la vida de las personas y las sociedades. Así, el bloque final se centró en los medios para lograr estos cambios para el mejoramiento del hombre. Por lo tanto, los asistentes se centraron en cómo una ciencia correctamente ordenada puede influir las políticas, la educación, y el discurso social al tiempo que sigue produciendo cambios positivos para desafíos como el tratamiento de enfermedades y el supuesto «cambio climático».
El tema inicial de este bloque final se tituló «Política de ciencia futura y Discusión entre líderes de organizaciones científicas, responsables políticos, comunidades religiosas y catedráticos: Wolf Singer y Joachim von Braun”. La intención es incorporar los temas anteriores en un enfoque holístico de cómo la ciencia puede realmente formar una sociedad, con un mayor énfasis en cómo las disciplinas externas a las ciencias físicas expresan una contribución significativa.
El último evento público del encuentro fue la discusión sobre las conclusiones y los frutos de esta sesión plenaria, incluso una exploración de las nuevas ideas obtenidas por el intercambio de esta sesión plenaria. Antes de terminar, los asistentes resumieron sus conclusiones y exploraron las oportunidades para efectuar cambio. Se estableció que la declaración final se basaría en las contribuciones de las presentaciones, las discusiones, y las ideas presentadas durante estos dias.
© Pontifica Academia de las Ciencias
Academia Pontificia de las Ciencias: "Roles transformadores de la ciencia en la sociedad"
Sesión plenaria celebrada del 12 al 14 de noviembre