(ZENIT – 23 nov. 2018).- Arriesgar, de hecho, significa involucrarse. «Esta es nuestra primera llamada», dic el Papa Francisco. «Conscientes de la responsabilidad que tenemos con todos nuestros hermanos, estamos llamados a estar atentos y en guardia para que ‘el riesgo de la libertad’ no pierda su significado más elevado y exigente».
El Santo Padre ha enviado un vídeo mensaje a los participantes en la 8ª edición del Festival de la Doctrina Social de la Iglesia sobre el tema El riesgo de la libertad, celebrado en Verona, del 22 al 25 de noviembre de 2018.
«Todos juntos debemos esforzarnos por eliminar lo que priva a los hombres y a las mujeres del tesoro de la libertad», expresa el Santo Padre en su mensaje. Al mismo tiempo, añade, debemos «redescubrir el sabor de esa libertad que sabe cómo custodiar la casa común que Dios nos ha dado».
Ser libre es un desafío
La libertad nunca mata los sueños, sino que construye en la vida lo que muchos desean pero no tienen el valor de perseguir –anuncia el Pontífice–. Ser libre es un desafío, un desafío permanente: fascina, encanta, da valor, hace soñar, crea esperanza, invierte en el bien, cree en el futuro. Por lo tanto, contiene una fuerza que es más fuerte que cualquier esclavitud. ¡El mundo necesita personas libres!
La libertad humana se descubre «en lo más profundo» –explica el Papa– «cuando comprende que es generada y sostenida por la libertad amorosa del Padre, que se revela en el Hijo en el rostro de la Misericordia».
De manera esquemática, el Papa ha subrayado en su discurso tres situaciones en las que «hoy en día, los hombres y las mujeres no pueden hacer que su libertad fructifique, no pueden arriesgarla», ha especificado: la indigencia, el dominio de la tecnología, la reducción del hombre al consumidor.
Indigencia
La indigencia –señala el Pontífice– causada por grandes injusticias, que se siguen cometiendo en todo el mundo, también en nuestras ciudades.
«Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes»» –parafrasea el Papa de su Exhortación Apostólica Evangelium Gaudium. «¡Es la cultura del descarte! Si un hombre o una mujer se reducen a ‘sobrantes’, no solo experimentan sobre sí los frutos malvados de la libertad de los demás, sino que se les arrebata la posibilidad de ‘arriesgar’ su libertad por ellos mismos, por su familia, por una vida buena, justa y digna».
Dominio de la tecnología
«La absolutización de la técnica puede volverse contra el hombre», advierte el Papa Francisco.
El desarrollo tecnológico, «cuando no está acompañado por un desarrollo adecuado de la responsabilidad, de los valores y de la conciencia» puede ser otra causa de la pérdida de libertad, indica Francisco. «Se pierde así el sentido del límite, con la consecuencia de no ver los desafíos trascendentales que tenemos ante nosotros».
Hombre como consumidor
«Tal paradigma hace creer a todos que son libres mientras tengan una supuesta libertad para consumir, cuando quienes en realidad poseen la libertad son los que integran la minoría que detenta el poder económico y financiero» son palabras del Santo Padre en la Encíclica Laudato si ‘, 203.
«Esto no es libertad, es esclavitud: la experiencia diaria está marcada por la resignación, la desconfianza, el miedo, el cierre», matiza el Papa.
A pesar de estas desviaciones, nunca desfallece en nosotros el deseo de «arriesgar» la libertad. Incluso en aquellos que han vivido y viven situaciones de esclavitud y explotación. Durante el Festival podréis escuchar testimonios de libertad reencontrada: por ejemplo, de la prostitución, de las garras de la usura, etc. Son historias que atestiguan una liberación en curso, que da fuerza y esperanza. Son historias que hacen que la gente diga: sí, ¡el riesgo de la libertad es posible!
El Papa concluye con el deseo de ser «personas libres» y que «no tener miedo de entregarse y de ensuciarse las manos para hacer el bien y ayudar a quien lo necesita».
Captura de pantalla Youtube
Video mensaje del Papa en el Festival de la Doctrina Social de la Iglesia
8ª edición sobre ‘El riesgo de la libertad’