(ZENIT – 8 febrero 2019).- El Santo Padre Francisco ha recibido esta mañana a las 11 horas en la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, a los miembros de la Fundación Galileo y les ha dirigido el siguiente discurso.
«Desempeñáis un papel valioso dando a conocer el mensaje salvífico del Evangelio a las personas de nuestro tiempo, especialmente a nuestros hermanos y hermanas más vulnerables», les ha agradecido el Pontífice.
Fundación Galileo
La Fundación Galileo existe para promover iniciativas basadas en la fe con un espíritu católico y cristiano. Su objetivo es apoyar proyectos especiales del Santo Padre a través de la filantropía, con un énfasis especial en el trabajo de las Academias Pontificias de Ciencias y Ciencias Sociales.
También busca ampliar las relaciones ecuménicas existentes entre la Iglesia Católica y la Comunión Anglicana, así como el apoyo a las comunidades cristianas en Tierra Santa, cuya existencia se encuentra bajo una amenaza grave.
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Discurso del Santo Padre
Queridos amigos,
Un cordial saludo a vosotros, fideicomisarios y benefactores de la Galileo Foundation y con mucho gusto aprovecho esta oportunidad para expresar mi agradecimiento por vuestro generoso compromiso con la misión pastoral de la Iglesia. Vuestro patrocinio de una amplia variedad de proyectos muestra de alguna manera la universalidad de la Iglesia misma.
Como fieles laicos, según las formas de secuela del Señor propias de las vocaciones y responsabilidades específicas de cada uno, desempeñáis un papel valioso dando a conocer el mensaje salvífico del Evangelio a las personas de nuestro tiempo, especialmente a nuestros hermanos y hermanas más vulnerables. Os animo a proseguir ofreciendo con generosidad un testimonio tan importante.
Quisiera subrayar especialmente vuestra contribución a la sensibilización sobre la situación de las personas que sufren pobreza y explotación, especialmente de los que son presa de la trata de seres humanos. Es una tarea urgente y esencial para los cristianos de hoy. Y ciertamente no es una coincidencia que nos encontremos en la fiesta de Santa Josefina Bakhita, patrona de las víctimas de la trata de seres humanos. Ella conoció por su dolorosa experiencia personal la realidad de la esclavitud y sus consecuencias violentas y humillantes. Y sin embargo, por la gracia de Dios, llegó a conocer la verdadera libertad y la verdadera alegría. Su santidad de vida es un llamado no solo a enfrentar con mayor determinación las formas modernas de esclavitud, que son una herida abierta en el cuerpo de la sociedad, una llaga en la carne de Cristo y un crimen contra la humanidad (cf. Discurso a los participantes en la Conferencia internacional sobre la trata de personas, 10 de abril de 2014), sino también aprender de su gran ejemplo. ¿Qué nos dice? Ella nos enseña cómo dedicarnos a los pobres con ternura, delicadeza y compasión.
Queridos amigos, en los proyectos y actividades que estáis preparando, os sostenga un arraigo cada vez más profundo en la oración, la intercesión de Santa Josefina Bakhita y la fuerza que solo el Espíritu Santo puede dar. Y mientras servía al Señor, invoco de Él sobre vosotros y vuestras familias bendiciones de gozo y paz. Os agradezco vuestras oraciones y os pido, por favor, que sigáis rezando por mí. Gracias
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