(ZENIT – 6 mayo 2019).- En la mañana del lunes, 6 de mayo de 2019, segundo día de la visita apostólica del Santo Padre a Bulgaria y Macedonia del Norte, después de abandonar la Nunciatura Apostólica en Sofía, el Papa se trasladó hasta el Centro de Refugiados de Vrazhdebna, situado a 8,2 km de capital de Bulgaria, que acoge a refugiados de Siria e Irak.
A su llegada, a las 8:25 horas (7:25 horas en Roma), Francisco fue recibido por el Director del Centro y el Director de Caritas en la entrada principal de la estructura. Luego fue al refectorio, donde se reunieron unas 50 personas entre padres e hijos. Los niños que residen en este centro provienen de Siria e Irak.
Después del breve saludo de una voluntaria, el canto realizado por los niños y el regalo de los dibujos de los niños al Papa, el Santo Padre saludó a las familias que le recibieron en el Centro y les dirigió algunas palabras, agradeciéndoles su «bienvenida», y a los niños por su «hermoso canto»: «Traen alegría para vuestro camino», les dijo.
«Vuestro camino no siempre es bello, y luego está el dolor de dejar la patria y tratar de encajar en otra patria… Siempre hay esperanza… Hoy en día, el mundo de los migrantes y los refugiados es de alguna manera una cruz, una cruz de la humanidad, es la cruz que tantas personas sufren», reconoció el Pontífice.
«Os agradezco vuestra buena voluntad y os deseo lo mejor a vosotros y a vuestros compatriotas que habéis dejado en vuestro país de origen», así, el Santo Padre, dio su bendición y se despidió de ellos. A continuación, se dirigió en automóvil al Aeropuerto Internacional de Sofía para ir a Plovdiv, donde ha celebrado la Santa Misa y ha dado la Primera Comunión a 245 niños.
Regalo del Papa
El Papa Francisco ha entregado a los dirigentes del centro de refugiados «Vrazhdebna» como recuerdo de su visita un icono de la Virgen. Se trata de un elegante icono de la Virgen María con el niño fue hecho, según Según técnicas artesanales antiguas, en el campo de la cultura.
Campo de refugiados
El campo fue abierto en 2013 en el viejo edificio de una antigua escuela de la periferia de Sofía, indica Vatican News en español. Es uno de los tres centros para refugiados en la capital búlgara. Los otros campos son Ovcha Kupel y Voenna Rampa.
Los campos sobreviven gracias a la ayuda de la Cruz Roja Internacional, ONGs y de la Cruz Roja Suiza. Importante también, es la ayuda de la Agencia Estatal para los Refugiados, Catholic Relief Services y UNICEF.