(zenit – 19 febrero 2020).- El Papa Francisco señaló que, frente al “pecado de la ira”, que puede arruinar la relación con un hermano, “la mansedumbre conquista los corazones, salva las amistades, hace posible que se sanen y reconstruyan los lazos que nos unen con los demás”.
Hoy, 19 de febrero de 2020, en la audiencia general celebrada en el Aula Pablo VI, el Santo Padre prosiguió con la serie de catequesis sobre las bienaventuranzas. En concreto, se ha referido a la que dice: “Felices los mansos, porque ellos heredarán la tierra” (Mt 5,4).
Francisco explicó que una persona “mansa” es aquella que “es dócil, suave, afable, a que no es violenta ni colérica” y que la mansedumbre se manifiesta sobre todo en “momentos de conflicto”, cuando estamos “bajo presión”. Igualmente, recordó que Jesús es nuestro modelo, pues, “vivió cada momento, especialmente su Pasión, con docilidad y mansedumbre”.
Después, el Papa aludió a que la consabida bienaventuranza afirma también que los mansos “heredarán la tierra”: “No la poseen ni la conquistan, la heredan. Esta tierra es una promesa y un don para el Pueblo de Dios”, puntualizó.
Y esta “tierra”, describió, “es el Cielo, hacia donde caminamos como discípulos de Cristo, promoviendo la paz, la fraternidad, la confianza y la esperanza”.