(zenit – 5 de marzo 2020).- La Iglesia Católica de Chile promueve la Campaña “Cuaresma Fraternidad” que recaudará fondos para apoyar el trabajo con comunidades de migrantes a lo largo del país en la línea de la Acogida, Protección, Promoción e Integración.
“Cuaresma Fraternidad” es una iniciativa que la Iglesia de este país desarrolla desde el año 1982 a través del Área de Pastoral Social – Cáritas de la Conferencia Episcopal de Chile (CEC), con el objetivo de incentivar una vivencia más profunda de este tiempo litúrgico.
La campaña, que comenzó el Miércoles de Ceniza bajo el lema “Tu y nuestra contribución, esperanza para todos”, continuará hasta el 5 de abril, Domingo de Ramos, informa la CEC a través de una nota.
Promoción de la campaña
Los sacerdotes y las parroquias de las diócesis del país recibieron un folleto con indicaciones para promover la iniciativa entre los fieles, los movimientos eclesiales, las escuelas y las familias, invitando a todos a participar en el evento, “pensando en los hermanos y hermanas migrantes que nos necesitan”.
Desde la campaña también se anima a utilizar las redes sociales para compartir los materiales creados para la misma y ayudar a motivar y sensibilizar durante la Cuaresma.
39 proyectos para migrantes
Tal y como señala el episcopado en el comunicado, “durante los últimos años, el flujo migratorio hacia nuestro país ha crecido notablemente, sobrepasando las posibilidades de acogida y atención, especialmente de los migrantes más vulnerables, tanto a nivel gubernamental como de las organizaciones de la sociedad civil y de la pastoral de la Iglesia, constituyéndose en un gran desafío e interpelación compartida en América Latina y el Caribe”.
Por todo ello, se decidió que entre 2019 y 2021 la campaña de Cuaresma tuviera como sujeto prioritario a las comunidades de migrantes. Gracias a los fondos recaudados el año pasado, se han financiado 39 proyectos a nivel nacional.
Desafíos del país
L’Osservatore Romano, en un artículo de su edición del 5 de marzo de 2020, recuerda que, en el pasado y en presente, la Iglesia chilena se ha enfrentado a muchos desafíos sociales “con el objetivo de contribuir a la construcción de un país más justo y solidario, gracias también a una creciente colaboración con las autoridades gubernamentales, a las que, en los últimos días, se les hizo un llamado por parte de monseñor Luigi Infanti Della Mora” para decretar el agua como bien público.
Este pastor, pro-vicario apostólico de Aysén, en el sur de Chile, considera que una modificación en la Carta Fundamental sería “una señal realmente importante para facilitar cambios profundos también en otras áreas de la sociedad”, permitiendo así abordar adecuadamente todos los problemas actuales, incluido el de la consabida migración.
El problema del agua
En declaraciones a la agencia SIR, Mons. Infanti della Mora destacó que “en la Constitución de 1980 el agua es considerada objeto de consumo y el goce de sus derechos se entrega perpetuamente a la propiedad privada”. Esto favorece a las empresas multinacionales, que acaparan el 82% del agua dulce del país.
Además, recordó que muchas zonas de Chile aún presentan una gran sequía. De los 346 municipios del país, 134 han sido declarados en emergencia hídrica, 119 en emergencia agrícola y dos, Valparaíso y Coquimbo, como zona de desastre por falta de agua.
No obstante, el vicario tiene esperanza en que el objetivo final será logrado “fortaleciendo las motivaciones ético-espirituales vinculadas a estas cuestiones, con la participación de todas las personas de buena voluntad, y especialmente de los cristianos”, para llegar a decisiones resolutivas “que conduzcan a cambios profundos y eficaces”.