(zenit – 6 marzo 2020).- El Papa Francisco aceptó la renuncia del cardenal Philippe Barbarin como arzobispo de Lyon el 6 de marzo de 2020, anunció la Santa Sede.
El cardenal fue puesto en libertad en apelación el 20 de enero, tras su juicio por no haber denunciado el abuso sexual de menores en el caso del ex sacerdote Bernard Preynat. Sin embargo, cuando fue absuelto, había presentado de nuevo su renuncia al Papa, cuya respuesta se esperaba.
Con esta decisión, dice un comunicado del Presidente de la Conferencia Episcopal Francesa (CEF), la Diócesis de Lyon espera un nuevo pastor. “El 24 de junio de 2019, el obispo Michel Dubost fue nombrado Administrador Apostólico para dirigir la diócesis, mientras que el cardenal Barbarin se retiró de la oficina de gobierno”.
Mons. Éric de Moulins-Beaufort espera que después de “las pruebas de los últimos meses”, la diócesis de Lyon pueda “continuar la obra de verdad y reconciliación que ha iniciado y renovar su impulso misionero con un corazón puro”.
La CEF agradece al cardenal Philippe Barbarin “por lo que ha aportado a la Iglesia en Francia durante su servicio episcopal en Moulins y Lyon desde 1998. Le expresa su amistad fraternal al comenzar un nuevo tiempo en su ministerio al servicio de Cristo y de la Iglesia”. También espera “que el resultado de los procedimientos emprendidos contribuya a la curación de las víctimas, a las que reitera su profundo pesar por lo que hayan podido sufrir”.
El primado de los galos, nombrado arzobispo de Lyon en 2002, había estado implicado desde 2016 por la “no denuncia” de agresiones sexuales por parte de un sacerdote de su diócesis, el padre Bernard Preynat, que abusó de unos 70 menores en el contexto de la exploración en los años setenta y ochenta (en la época del cardenal Albert Decourtray, cuyos sucesores inmediatos fueron los arzobispos Jean Balland y Louis-Marie Billé). El 7 de marzo de 2019, el cardenal fue declarado culpable de “no denunciar los malos tratos a un menor entre 2014 y 2015” y condenado a seis meses de prisión con suspensión de la pena. Apeló la sentencia, así como la fiscalía de Lyon, que obtuvo su absolución. En virtud de la presunción de inocencia, el Papa Francisco no aceptó su renuncia durante el juicio.
