(zenit – 19 marzo 2020)- “Con la Virgen Madre, suplica al Señor que libere al mundo de cualquier forma de pandemia”, pide el Papa Francisco a san José.
Mediante un videomensaje, el Santo Padre invoca a san José para que proteja al mundo y exhorta a todos a la esperanza y al ejercicio de la proximidad en familia, a través de la caridad, la comprensión, la paciencia y el perdón.
Unión del Papa
Esta noche a las 21 horas, el Santo Padre se unirá desde Santa Marta al Rosario promovido por los obispos italianos, tal y como se anunció ayer durante la audiencia general.
El Papa introducirá la oración con un mensaje en el que invita a cada familia, a cada creyente, a cada comunidad religiosa a dirigirse al Señor para que guarde de manera especial a cada familia, especialmente a los enfermos y a las personas que los cuidan”, informa en un comunicado Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El rezo del Rosario de los obispos italianos será transmitido por TV2000, así como el mensaje de video del Papa Francisco. También se distribuirán a través de los canales de Vatican Media: satélite Hispasat para las Américas; Ses satélite para el África subsahariana; y satélite Hot Bird para Europa y Oriente Medio. Además, la agencia zenit compartirá la emisión en directo a través de su página de Facebook.
Iniciativa de los obispos italianos
Este gesto surge, efectivamente, después de que la que Conferencia Episcopal Italiana (CEI) promoviera hoy en todo el país, el rezo del Rosario, los Misterios Luminosos, desde casa, en un acto de unión simbólica.
Así lo explica el Papa en el video: “Queridos hermanos y hermanas, me uno a la oración que la Conferencia Episcopal ha querido promover, como un signo de unidad para todo el país”.
Disponibilidad y acogida
“En esta situación sin precedentes, en la que todo parece fallar, ayudémonos a mantenernos firmes en lo que realmente importa. Es una indicación del camino que encuentro en muchas cartas de sus pastores que, al compartir un momento tan dramático, intentan sostener son su palabra vuestra esperanza y vuestra fe”, continúa.
El Pontífice resalta que el Rosario “es la oración de los humildes y de los santos” y recuerda que debemos hacer que esta experiencia que estamos viviendo a causa del coronavirus nos acerque más a nuestros allegados: ”La verdad de esta experiencia se mide en la relación con los otros, que en este momento coinciden con los familiares más cercanos: acerquémonos unos a otros, ejerciendo ante todo caridad, comprensión, paciencia, perdón”.
Asimismo, añade: “Por necesidad, nuestros espacios pueden haberse reducido a las paredes de la casa, pero tengan un corazón más grande, donde el otro pueda encontrar siempre disponibilidad y acogida”.
Rezar unidos
A continuación, el Obispo de Roma solicita que esta noche: “Recemos unidos, encomendándonos a la intercesión de San José, Custodio de la Sagrada Familia, Custodio de cada una de nuestras familias. También el carpintero de Nazaret experimentó la precariedad y la amargura, la preocupación por el mañana; pero ha sabido caminar en la oscuridad de ciertos momentos, dejándose guiar siempre sin reservas por la voluntad de Dios.”
Finalmente, el Obispo de Roma expone a san José la siguiente súplica.
Súplica del Santo Padre
Protege, Santo Custodio, este país nuestro.
Ilumina a los responsables del bien común, para que ellos sepan – como tú – cuidar a las personas a quienes se les confía su responsabilidad.
Da la inteligencia de la ciencia a quienes buscan los medios adecuados para la salud y el bienestar físico de los hermanos.
Apoya a quienes se sacrifican por los necesitados: los voluntarios, enfermeros, médicos, que están a la vanguardia del tratamiento de los enfermos, incluso a costa de su propia seguridad.
Bendice, San José, la Iglesia: a partir de sus ministros, conviértela en un signo e instrumento de tu luz y tu bondad.
Acompaña, San José, a las familias: con tu silencio de oración, construye armonía entre padres e hijos, especialmente en los más pequeños.
Preserva a los ancianos de la soledad: asegura que ninguno sea dejado en la desesperación por el abandono y el desánimo.
Consuela a los más frágiles, alienta a los que flaquean, intercede por los pobres.
Con la Virgen Madre, suplica al Señor que libere al mundo de cualquier forma de pandemia.
Amén.