© Angelica Mendoza/Cathopic

Píldoras de esperanza: “¿Qué has aprendido de ti mismo en estos días?”

Martes Santo 2020

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Reflexión sobre los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo a mi vida llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender qué quieres decirme hoy con la Palabra de Dios. Amén.

 

Evangelio según San Juan 13, 21-33.36-38

Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: “Les aseguro que uno de ustedes me entregará”. Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. Uno de ellos –el discípulo al que Jesús amaba– estaba reclinado muy cerca de Jesús. Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: “Pregúntale a quién se refiere”.

Él se reclinó sobre Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es?”. Jesús le respondió: “Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato”. Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote.

En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: “Realiza pronto lo que tienes que hacer”. Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: “Compra lo que hace falta para la fiesta”, o bien que le mandaba dar algo a los pobres.

Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche. Después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto”.

Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: “A donde yo voy, ustedes no pueden venir”. Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿a dónde vas?”. Jesús le respondió: «A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”.

Pedro le preguntó: “¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”.

Palabra del Señor

 

¿Qué dice el texto?

Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”.

 

¿Qué me dice hoy este texto Bíblico?

Evidentemente esta Semana Santa del año 2020 quedará en nuestra memoria por siempre y la contaremos a las generaciones venideras. Este texto de la Santa Cena narrado por Juan tan explícitamente y que todos muy bien conocemos, nos recuerda que muchas veces hay un traicionero, pero también los que luego acusaron al traidor, terminaron negando a Jesús.

Tal vez hoy nuestra historia nos lleva a pensar en estos días de confinamiento cuánto hemos aprendido de nosotros mismos, tal vez esas actividades cotidianas que siempre hacíamos nuestra rutina, se han vuelto abruptamente interrumpidas de un día para el otro. Empezamos a ver estudiantes que quedaron en sus colegios, trabajadores que quedaron sin trabajo, viajeros que no han podido volver a su lugar. Y la lista continúa. Pero mi pregunta hoy va más allá:


¿Qué has aprendido de ti mismo en estos días?

Seguramente aprendiste a controlar tu carácter que los primeros días de encierro estuvo muy irritable, y tu familia y seres queridos se veían afectados. Tal vez aprendiste a jugar a las cartas o algún juego de mesa con quienes compartes tu vida. Empezaste a contar historias de ti que ya ni te acordabas, y sobre todo te encontraste contigo mismo, con tus miedos y tus ansias de seguir adelante.

Hoy quiero dirigirme a ti, que estás leyendo. ¿Cuántas cosas nuevas has encontrado en tu interior? ¿Cuánta fuerza de voluntad? ¿Cuánto amor has sabido dar en tu entorno? ¿Cuánto has servido y cuidado de ti? No vamos a acusar de traicionar la salud y la integridad física a nadie, sólo empezamos a tener más cuidado de nosotros mismos. Por eso, es preciso dar gracias a Dios, por la esperanza que nos une, por escuchar a ese amigo o familiar que hacía mucho que ni lo llamábamos por teléfono por tantas obligaciones diarias y ahora hemos podido reconectar.

Como este texto habló de traición, vamos a ponerle una contraparte que es la fidelidad. Te invito a que donde estés te tomes un tiempo de serenidad y repitas una frase que se dice frecuentemente en la Liturgia de las Horas:

En la Fidelidad a Ti, Señor, encuentro la paz.

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

 

 

 

 

www.fundacionpane.comwww.cristonautas.com

Print Friendly, PDF & Email
Share this Entry

Ricardo Grzona

Apoye a ZENIT

Si este artículo le ha gustado puede apoyar a ZENIT con una donación