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Píldoras de esperanza (10): “Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte”

Jueves Santo 2020

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Reflexión sobre los Evangelios diarios

Invocamos al Espíritu Santo

Espíritu Santo, ven a mí en este día tan especial, llena de alegría y paz mi corazón y da sabiduría a mi mente para poder entender la Palabra de Dios. Amén.

 

Evangelio según San Juan 13, 1-15

Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.

Durante la Cena, cuando el demonio ya había inspirado a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de entregarlo, sabiendo Jesús que el Padre había puesto todo en sus manos y que él había venido de Dios y volvía a Dios, se levantó de la mesa, se sacó el manto y tomando una toalla se la ató a la cintura.

Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.

Cuando se acercó a Simón Pedro, este le dijo: “¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?”.

Jesús le respondió: “No puedes comprender ahora lo que estoy haciendo, pero después lo comprenderás”.

“No, le dijo Pedro, ¡tú jamás me lavarás los pies a mí!”. Jesús le respondió: “Si yo no te lavo, no podrás compartir mi suerte”.

“Entonces, Señor, le dijo Simón Pedro, ¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!”.

Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque está completamente limpio. Ustedes también están limpios, aunque no todos”.

El sabía quién lo iba a entregar, y por eso había dicho: “No todos ustedes están limpios”.

Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: “¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.

Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.

Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”.

Palabra del Señor

 

¿Qué dice el texto?

“¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy.

Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros.

Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes”.

 

¿Qué nos dice hoy Dios a través de este texto?

Creo que nos identificamos mucho con estos Apóstoles de Jesús, que se han quedado admirados y también desconcertados. La misma pregunta nos la hace Jesús hoy a nosotros “¿comprenden lo que acabo de hacer con ustedes?” Y debemos ser honestos, nos cuesta mucho comprender en el real sentido de la Palabra. Para eso encuentro una gran claridad entre entender y comprender:

Entender es percibir el significado de algo, aunque no se comprenda.
Comprender es hacer propio lo que se entiende y actuar congruentemente con ello.

Entiendo el Evangelio, entiendo que el Señor vino a servir, entiendo que Él me pide ser un servidor, entiendo que vivimos en un momento muy especial de la humanidad, en esta pandemia que nos asusta a todos. Pero ahora quiero pedirle al Señor que me ayude a ser la mejor versión de lo que Él pensó para mí.

Abriéndome a querer comprender y llevar a la práctica este servicio de ser mensajero de esperanza, me propongo animar a personas que están desconsoladas, acompañándolas, aunque sea por teléfono, mostrando mi interés por ellos. Que no se sientan solas. Que vivan en paz.

Te invito hoy a repetir varias veces estas frases de la oración de San Francisco de Asís. Y de esta manera nos adentramos en el misterio cristiano.

¡SEÑOR, HAZ DE MÍ UN INSTRUMENTO DE TU PAZ!

donde haya desesperación, ponga yo esperanza;

Te invito a conocer más de nuestro trabajo diario sobre la Lectura Orante de la Biblia

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Ricardo Grzona

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