(zenit – 24 abril 2020).- Una pandemia golpea con más fuerza a los más débiles. Esto está sucediendo con la comunidad hispana en Estados Unidos. Muchos inmigrantes vienen de situaciones gravísimas de violencia, persecución y pobreza extrema. Al llegar a Estados Unidos son los más vulnerables porque no tienen estabilidad de ningún tipo.
La Iglesia, desde hace varias décadas, está implementando una amplia pastoral de servicio integral, apoyando en las necesidades materiales, de salud, legales y, por supuesto, las espirituales. La evangelización llega al hermano necesitado en toda su dignidad, cumpliendo las palabras del Papa Francisco: “Se reza así. Se pide por el hermano, y después se le asiste. Así funciona la oración”.
Ofrecemos aquí la tercera edición (leer primera y segunda edición) sobre el drama de los hispanos en Estados Unidos ante la pandemia del coronavirus y la solidaridad de los miembros de la Iglesia.
Pastoral Migratoria: pastoral de escucha
Yohan García, mexicano, coordinador nacional de Formación de Pastoral Migratoria, reporta desde la arquidiócesis de Chicago: “Una de las primeras cosas que hicimos en Pastoral Migratoria cuando se dio el brote de la pandemia del coronavirus fue hacer caso a la exhortación del Papa Francisco de poner en práctica la pastoral de escucha. Esta iniciativa nos ha permitido acercarnos a través de un servicio telefónico de acompañamiento espiritual, pastoral y psicológico a quienes están confinados en sus hogares en las distintas diócesis del país”.
Y agrega García que “gran parte de nuestros hermanos inmigrantes se han visto afectados por la pérdida de sus empleos, ingresos económicos y estabilidad emocional. En particular, su salud emocional se ha visto severamente impactada por una ola de estrés, incertidumbre y miedo al no saber cuándo podrán salir de esta situación. Sin duda, estos dos últimos meses han sido bastante difíciles para todos los que trabajamos en el campo pastoral. No solo escuchamos las penas y las angustias de nuestra gente, sino también somos su paño de lágrimas y los brazos que los sostienen cuando nos comparten la noticia de que alguno de sus familiares ha sido ingresado al hospital o tristemente, ha fallecido”.
Dreamers, héroes de la historia
Adriana Visoso, mexicana, presidenta de “La Red, National Catholic Network de Pastoral Juvenil Hispana”, comparte desde Maryland que “a través de las redes sociales podemos ser testigos de cómo los jóvenes se lanzan a la misión de servicio al prójimo, desempeñando con amor y valentía los trabajos esenciales que muchos reconocen hoy en día, como los nuevos héroes de la historia. Entre estos jóvenes se encuentran los dreamers, o soñadores, en español”.
Qué son los dreamers
Los soñadores son jóvenes que llegaron de niños al país, que han forjado su vida en Estados Unidos, que no tienen relación con su país de origen y que se han presentado para pedir una prórroga a cualquier acción de parte de Migraciones, para no ser deportados por un período de dos años, con la posibilidad de renovar la solicitud de exención. El 5 de septiembre de 2017 el Gobierno de Trump ordenó el fin de DACA, el sistema que daba estado legal temporal a los soñadores.
Los soñadores salen a servir
Sobre los desafíos de los soñadores, agrega Visoso que “quien tiene el estatus de soñador vive momentos de angustia y ansiedad desde el día que llenó su solicitud para acogerse a DACA. La COVID-19 es una carga adicional que afrontan con esperanza al acompañar a quien les necesita, compartiendo su fe en Dios y creando comunidades virtuales. Integran a quien se encuentra solo y muestran como, ante situaciones difíciles, la comunidad ‘nueva familia’ es un refugio de paz para afrontar juntos las situaciones que se presenten” y cierra con un pensamiento esperanzador, común en el liderazgo hispano de Estados Unidos, afirmando que “la comunidad hispana seguirá bregando con firmeza por los derechos de los soñadores y de los desplazados, desde todas las formas posibles, incluyendo el cabildeo ante los congresistas, como lo estamos haciendo con frecuencia”.
Haciendo frente a la angustia
Yohan García remarca que las “necesidades inmediatas y angustias nos han impulsado a desarrollar iniciativas claves para poder proveer el acompañamiento tan necesario en momentos como estos. Algunas de las iniciativas que hemos desarrollado son los entrenamientos virtuales de las plataformas de comunicación “Círculos de Paz” para atender a las necesidades de salud emocional que vive nuestra gente, creando un espacio donde se escucha y comparte y un Rosario virtual semanal donde nos congregamos como una sola familia nacional y alzamos nuestra plegaria al Padre Celestial pidiendo por el cese de este virus”.
La importancia de la pastoral virtual
Esta pastoral de escucha y acompañamiento virtual continúa fortaleciendo nuestros lazos con hermanos y hermanas en ciudades como Baltimore, Chicago, Fresno, Nueva York, Kansas City-St. Joseph, Stockton California, Salt Lake City entre otras. Siendo que somos el Cuerpo de Cristo y vivimos nuestra humanidad más plena a medida que nos relacionamos con los demás, cuando un miembro del cuerpo sufre, todos sufrimos con él. Esta solidaridad encarnada en el Hijo de Dios nos invita a salir de nosotros mismos para unirnos en cuerpo y alma con aquellos hermanos y hermanas que sufren las consecuencias de esta pandemia.
Desde la oficina de Asuntos Hispanos del Episcopado
El obispo Arturo Cepeda, presidente de Asuntos Hispanos por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, envía un saludo esperanzador de Pascua a la comunidad hispana del país en el que, haciendo alusión a la crisis actual, expresa que “a pesar de los tiempos en que vivimos en este año de incertidumbre, temor y angustia, el Señor nos sale al encuentro día con día. Recordemos el pasaje de los discípulos de Emaús, ellos también se sentían con dolor, angustia e incertidumbre. Sin embargo nuestro Señor resucitado salió para acompañarles, para escuchar sus angustias, sus historias, sus frustraciones y sus temores”. Y continúa: “¡Lo mismo hace con nosotros en estos momentos! Él nos acompaña y comparte de su vida para que lo reconozcamos y con corazones ardientes demos la buena nueva a los demás. Somos gente de fe y le pertenecemos.”
Participar del Censo 2020
Al respecto de la participación hispana en la vida civil de EEUU, Cepeda motiva a que “sigamos abiertos a su invitación de ser testigos gozosos del Evangelio y sin importar los retos a nuestro alrededor, seamos luz para los demás”. Así invita “a que tomemos estos pasos – de manera práctica – por ejemplo, al participar activamente en el proceso del Censo 2020. Es nuestra oportunidad para que seamos contados como comunidad. Es nuestra oportunidad para que nuestra presencia dé voz a los grandes dones que hemos aportado y seguiremos aportando a nuestra nación”. Y concluye: “Es nuestra oportunidad para que las nuevas generaciones sean incluidas en decisiones que les ayuden tanto a crecer en áreas de educación, salud pública y bienestar social”.
* Fotos de servidores: St. Francis International School