Obispo Mario Dorsonville/ Voluntarios en Baltimore con el arzobispo Lori © Enrique Soros

Estados Unidos: ¿Cómo viven la crisis los migrantes hispanos? (2)

Necesidades primarias y liderazgo solidario de la Iglesia

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(zenit – 23 abril 2020).- La pandemia del coronavirus provoca situaciones de extrema necesidad entre los más vulnerables y a la vez despierta al máximo el espíritu de servicio de aquellos que sienten que su vida tiene la misión de brindarse a quien le necesita, porque ve en esa persona al mismo Jesús sufriente.

zenit brinda, a través de distintas presentaciones, un panorama del mapa de la crisis que provoca el coronavirus en Estados Unidos entre la comunidad hispana y la respuesta de la misma comunidad ante los más desvalidos. A estos efectos hemos solicitado a líderes nacionales su visión sobre esta realidad acuciante.

Washington, DC: necesidades primarias acuciantes

El obispo Mario Dorsonville, colombiano, presidente de la Comisión de Migración de la Conferencia Episcopal de EEUU y obispo auxiliar de Washington, expresa que “en la arquidiócesis de Washington las 43 parroquias al servicio de la comunidad hispana e inmigrantes han acompañado a esta gran familia de los hijos e hijas de Dios. Las necesidades primarias ya comienzan a ser constantes, como la de los alimentos, salud y muchas veces pagos de alquileres y servicios”.

Al respecto de los servicios que brinda la Iglesia, el obispo manifiesta que “hemos organizado una línea de servicios a todos y cada uno de los habitantes de diferentes condados en Maryland como en la ciudad de Washington, DC, para hacernos presentes y responder a los más necesitados de nuestras comunidades”. Y explica que “las parroquias de la arquidiócesis, como Catholic Charities (Caridades Católicas) y el Centro Católico Hispano, están respondiendo con jornadas de repartición de alimentos en combinación de esfuerzos con diferentes condados del Estado de Maryland y el Distrito de Columbia (Ciudad de Washington, DC). Se está procurando ayudar a pagar partes del alquiler y ofrecer servicios y asistencia médica por teléfono desde las clínicas y servicios de salud del Centro Católico Hispano de Caridades Católicas”.

Por último, el obispo Dorsonville invita a que aquellos que estén interesados en vincularse a esta obra de servicio humanitario, se contacten con su parroquia o llamen a Caridades Católicas en la arquidiócesis de Washington al teléfono de emergencias para la COVID-19: 301-453-5560.

En el norte: fortaleza del pueblo

Por su parte, Estela Villagrán-Manancero, uruguaya, directora del Ministerio Latino de la arquidiócesis de San Pablo y Minneapolis, en Minnesota, comparte sus sentimientos al ser testimonio de la fortaleza del migrante hispano: “La realidad de nuestro pueblo latino en medio de esta nueva era de vivir me provoca admiración y respeto por la resiliencia del pueblo pobre, el indocumentado, el de las periferias, que lo más preciado que tienen es la fe a ese Dios que nos los abandona. Ahora sí que la comunidad tuvo la oportunidad de ser comunidad unos de otros”.

Y agrega: “En esta parte del país, las industrias en las que trabajan los latinos son las de servicio, hoteles, restaurantes y empresas de limpieza. Por supuesto, esas fueron las primeras que cerraron. Tenemos familias que viven de semana a semana con lo que cobran. Hay hogares en los que ambos perdieron el trabajo, los niños están en la casa y asistiendo vía cibernética las clases de la escuela. Se les hace bien difícil a los padres ayudarlos con sus tareas desde la casa”.

Liderazgo en acción del arzobispo Hebda

Sobre el compromiso de la Iglesia con quienes más sufren, explica Villagrán: “Nuestras parroquias son el centro seguro para ir a pedir ayuda. Ninguna de estas familias califica para la ayuda del Gobierno. Tampoco pudieron ir al seguro de paro por perder el trabajo. Fuimos bendecidos con el liderazgo de nuestro arzobispo Hebda, que inmediatamente llamó a un equipo de líderes claves para que comenzaran a buscar fuentes de dinero con el fin de ayudar a las parroquias y escuelas católicas: un comité para obtener dinero para nuestras familias indocumentadas. El ejemplo de la Iglesia católica movió a los alcaldes de Minneapolis y San Pablo a dedicar un monto del presupuesto a nuestras familias latinas indocumentadas”.

Y explica que “en algunas parroquias, abrieron puestos de entrega de comida y, a ciertas horas del día, respetando todas las reglas de distanciamiento social, la gente pasa sin bajar del auto y se les alcanza una bolsa con comida”.

Nueva York: 34% de muertos son hispanos

Desde el Santuario de Schoenstatt en Nueva York, Mercedes Bueno reporta que “es de todos bien sabido que las epidemias no hacen distinción entre ricos y pobres. Todos somos vulnerables sin importar nuestro estatus social, cuenta bancaria, religión y/o etnia social. Pero el coronavirus expone otra realidad. Los aterradores números de contagios revelan las grandes desigualdades en nuestra sociedad. La notoria escasez económica, que lleva al hacinamiento en las casas y a la falta de seguro médico ha sido un factor determinante en esta pandemia”, manifiesta Blanco.

Y agrega: “según los datos estatales publicados el 8 de abril, del total de defunciones en la ciudad de Nueva York, los hispanos han alcanzado el mayor porcentaje de ellas, siendo este de un 34%. La comunidad hispana, altamente formada por inmigrantes obreros, que trabajan principalmente en la construcción, hostelería, servicio de limpieza y mantenimiento, constituye el porcentaje más alto de fallecimientos y es una de las comunidades más afectadas económicamente por la pandemia del coronavirus”.

Angustia y ayuda

Al respecto de la crisis y la ayuda que se suscita, Mercedes Blanco manifiesta  que “desde llorar a sus muertos hasta la preocupación de cómo mantener a sus vivos, las familias latinas se encuentran en situaciones de extrema dificultad y necesidad. Este es el punto de partida para las respuestas de solidaridad social, entre las cuales se destaca la iniciativa de jóvenes hispanos en Long Island, que pagando de su propio bolsillo compran y distribuyen comida entre las familias afectadas en sus comunidades, como los 170 millones de dólares que la ciudad de Nueva York va a donar para alimentar a sus residentes necesitados durante la crisis. Ciertamente este tipo de respuestas son una bocanada de aire fresco en un tiempo en el que respirar se ha convertido en un artículo de lujo”, remata.

* Fotos del servicio voluntario: Cortesía del Ministerio Hispano de la Arquidiócesis de Baltimore

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Enrique Soros

Enrique Soros es comunicador social, escritor, actúa como agente pastoral en la Arquidiócesis de Washington, en proyectos pastorales y comunicacionales en Latinoamérica, colabora con el CELAM, Consejo Episcopal Latinoamericano, y es Consultor de la Comisión de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

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