(zenit – 30 abril 2020)-. Con motivo del Día del Trabajo, que se celebra el 1 de mayo, en esta época particular de la pandemia del coronavirus, las comisiones y pastorales de la Iglesia en diferentes puntos del mundo, envían sus mensajes de reflexión y análisis de la situación.
A continuación, se ofrece un resumen de los respectivos comunicados ofrecidos por las Iglesias locales de varias partes del mundo. En concreto, los de Chile, Uruguay, España e Italia.
Chile
La Pastoral de Trabajo de Chile destaca cómo la COVID-19 ha eliminado “uno de los últimos velos que le quedaba a un modelo social, cultural, ambiental y económico basado en la desigualdad, la desprotección y los abusos”.
Los trabajadores, siempre víctimas de este modelo, no solo han tenido que cambiar sus hábitos y encerrarse en “su individualidad” dentro de casa, sino que se ven amenazados por la pérdida del empleo y con ello “a la falta de su remuneración” y de “la mantención de su familia”.
Frente a esta situación, el Gobierno y su equipo económico presentó un proyecto de ley “que permitirá que los trabajadores y trabajadoras puedan contar con recursos para enfrentar la obtención de alimentos, pagar servicios mínimos, sus cuentas y otros”. Aquella persona que no reciba su salario por ningún motivo, según esta proposición, podrá utilizar un fondo de despido.
No obstante, el texto denuncia que el trabajador “deberá recurrir a sus propios ahorros para una futura cesantía y solventar con ello sus carencias, ¡vaya solución!”, ya que se trata de una medida que, en la práctica, no le costará nada al Gobierno ni a los empleadores.
Desde el parlamento la oposición ha intentado frenar esta disposición y “construir una iniciativa que sea más justa para ellos y sus familias”, enzarzándose en meros litigios políticos con el Gobierno.
Uruguay
El presidente de la Pastoral Social- Cáritas Uruguay, mons. Pedro Wolcan Olano, obispo de Tacuarembó, junto con los obispos uruguayos, dirigió un saludo en el que “alienta a la esperanza a los trabajadores y trabajadoras uruguayos, al tiempo que les agradece su solidaridad y capacidad de responder a los desafíos cuando la vida está amenazada”.
“En apenas una semana miles de trabajadores quedaron sin trabajo, pidiendo ser acogidos al seguro de desempleo, mientras, los muchos trabajadores informales se vieron aún más desprotegidos”, apunta el texto, describiendo que “la respuesta del pueblo no se hizo esperar” y rápidamnente “florecieron ‘ollas populares’ y ‘canastas solidarias’ por todo el país, atendiendo las más urgentes necesidades”.
En el mensaje se alude a la carta que el Papa Francisco envió el Domingo de Pascua a los Movimientos Sociales, en la que les decía: “Si la lucha contra el COVID es una guerra, ustedes son un verdadero ejército invisible que pelea en las más peligrosas trincheras. Un ejército sin más arma que la solidaridad, la esperanza y el sentido de la comunidad que reverdece en estos días en los que nadie se salva solo”.
“No estamos solos. Nos tenemos unos a los otros, ese es también el sentido y el mensaje hondo de celebrar el Día de los Trabajadores”, prosigue el prelado. “Pero, los cristianos tenemos además otra certeza que funda nuestra esperanza última y que hoy queremos compartir junto con este saludo: Jesús Resucitó, Él Vive y rema con nosotros”, clarifica.
España
En el caso de España, las entidades promotoras de la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) han aportado un manifiesto que recoge la situación del trabajo en España y las principales reivindicaciones.
Estas giran en torno a situaciones como la calidad del empleo, los niveles de desempleo, la pobreza laboral existente, las redes de protección social, los salarios, la seguridad y la salud laboral, la participación de los trabajadores y las trabajadoras en la empresas, el descanso, etc.
Todas estas cuestiones “configuran el concepto de trabajo decente, y son una preocupación y una prioridad de la Iglesia, en palabras del Papa Francisco”, indica la organización eclesial en un comunicado.
En este año del gran confinamiento, la ITD incorpora a su manifiesto “una realidad muchas veces silenciada como es el trabajo escasamente valorado de trabajadores que pese a sus condiciones laborales débiles y precarias, son esenciales para el cuidado de la vida”, así como “una serie de reclamaciones para dar respuesta a esta crisis socioeconómica”.
Italia
La Conferencia Episcopal Italiana, por su parte, han difundido un mensaje titulado “El trabajo en una economía sostenible”.
En él, los miembros del episcopado subrayan que la emergencia que siguió a la propagación de la COVID-19 “nos enseña que los eventos de la existencia barajan las cartas a veces repentinamente, revelando nuestra realidad más frágil” y “nos ha hecho comprender lo importante que es la solidaridad, la interdependencia y la capacidad de trabajar en equipo para ser más fuertes ante el riesgo y la adversidad”.
Ante la crisis económica y social que enfrenta el país, los obispos sostienen que construir una economía sostenible, diferente, “no solo es posible, sino que es la única manera de salvarnos y estar a la altura de nuestra tarea en el mundo”. “La lealtad al plan de Dios para la humanidad está en juego”, advierten.