(zenit – 4 mayo 2020).- Hoy, 4 de mayo de 2020, se cumple el primer aniversario de la beatificación de Conchita Cabrera de Armida, la primera mujer laica mexicana que llega a los altares.
La Santa Misa de beatificación, presidida por cardenal Giovanni Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, tuvo lugar tal día como hoy hace un año en el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en Ciudad de México (México).
A continuación, sigue el artículo del padre Antonio Rivero sobre la figura de la beata mexicana.
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¿Quién fue Conchita Cabrera de Armida, primera laica mexicana elevada a los altares el 4 de mayo de 2019?
Nació en San Luis Potosí (México) el 8 de diciembre de 1862. Desde niña se sintió atraída por Dios, especialmente en la Eucaristía, y se distinguió por su pureza, humildad y espíritu de sacrificio. Contrajo matrimonio con Francisco Armida en 1884, con el cual tuvo nueve hijos, quedando viuda en 1901.
Saberse amada fue para Conchita la clave de su vida, la experiencia que la mantenía vinculada, que le daba rumbo y que se hacía fuente de paz. Un día escribe: “De pronto me recogí para amar a Jesús y sentí un efecto divino y extraordinario, y fue que en lugar de sentir mi amor hacia Jesús como siempre, sentí su amor hacia mí. Ya sé que El me ama, pero sentir ese amor es cosa muy distinta a saberlo”.
En 1906 recibió la gracia de la Encarnación Mística, gracia de unión con Jesús Sacerdote y Víctima, que la asocia a su plan de Salvación. Jesús le dice: “Tomo posesión de tu corazón para no separarme jamás”. Y a partir de esta nueva presencia de Dios en su vida, se siente llamada a vivir cada hora una Cadena de Amor y de virtudes, ofreciéndose junto con Jesús al Padre, colaborando con Jesucristo en la salvación de la humanidad y la santificación de los sacerdotes. Otra consecuencia de esta gracia fue la llamada de Dios a vivir su relación con Jesús desde su amor maternal, relacionándose con El como madre, al modo de María. El clamor: “Jesús, Salvador de los hombres, sálvalos, sálvalos” sintetiza su vida y su misión.
Esta laica, mística y apóstol, transmitió la Espiritualidad de la Cruz a la Iglesia, a través de numerosos escritos y fundando las cinco Obras de la Cruz:
- El Apostolado de la Cruz (1894). Para laicos, sacerdotes religiosos, religiosas y obispos. Sencillas reglas de vida invitan a vivir plenamente el misterio de la fecundidad cristiana ejerciendo el sacerdocio bautismal. Descubrir en la vida diaria, el valor salvífico del dolor aceptado por amor.
- Las Religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús(1897). Religiosas contemplativas. Adoración perpetua. Oran y se entregan por los sacerdotes. Su lema: Por ellos me consagro.
- La Alianza de Amor con el Sagrado Corazón de Jesús(1909). Laicos con vida comprometida en la oración y las obras de misericordia, especialmente dirigidas en favor de los sacerdotes. Unidos a Jesús Sacerdote y Víctima, para consagrar el mundo a Dios.
- La Fraternidad de Cristo Sacerdote(1912). Es una asociación de sacerdotes y obispos, tanto seculares como religiosos que promueve la santidad del sacerdocio ministerial a través de la amistad, los encuentros y la vivencia común del espíritu de la Cruz.
- Los Misioneros del Espíritu Santoson Sacerdotes y religiosos que tienen, entre otras tareas, la de animar a las cinco obras de la Cruz y hacer efectivo el carisma sacerdotal heredado de la Sra. Cabrera y de su fundador, el padre Félix Rougier. Lema: Ante todo contemplativos y después hombres de acción.
Murió en la Ciudad de México el 3 de marzo de 1937.