(zenit – 5 mayo 2020)-. El Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha escrito “un mensaje de fe y esperanza al pueblo peruano” ante el aumento de contagiados y muertos por el coronavirus en el país.
El mensaje, titulado, “La vida, don de Dios y bien supremo de la humanidad: protejámosla”, fue difundido por la propia CEP ayer, 4 de mayo de 2020.
Según los datos del Ministerio de Salud peruano (MINSA), el país presenta 47. 372 casos de COVID-19 y la cifra de personas fallecidas asciende a 1.344.
“El dolor y el sufrimiento que padecemos por esta pandemia nos hace constatar que somos más frágiles de lo que creemos”, expresa el texto de los prelados del Perú, recordando que “no estamos solos; el Cristo resucitado y su Iglesia nos acompaña”.
Responsabilidad y dignidad
Los obispos llaman a “responder con responsabilidad y dignidad el momento que vivimos”, cumpliendo las disposiciones de las autoridades del país y los profesionales de la salud, “como una obligación de conciencia” y utilizando los medios “necesarios y adecuados para protegernos personal y comunitariamente y así evitar la expansión de este virus”, pues “la urgencia de hoy es salvar tu vida y la de los demás”.
Al mismo tiempo, consideran que esta pandemia “está socavando los cimientos de la convivencia universal; es una crisis biológica, económica y antropológica; así mismo, es una crisis comunicacional” y apuntan que el Papa Francisco “nos dice que nuestra civilización necesita hacer un cambio, necesita repensarse y regenerarse”.
Por tanto, invitan a asumir “nuestra responsabilidad y afrontar el desafío por un nuevo humanismo; es decir, una nueva manera de ser y de convivir”.
Caridad y solidaridad
En este contexto, subrayan que es necesario preocuparse por los demás, especialmente los adultos mayores, los enfermos, los pobres y marginados y “aquellos que requieran una atención especial, como los miles de compatriotas que están procurando llegar a su lugar de origen”. Es tiempo “de practicar la caridad hacia dentro de la familia y la solidaridad hacia afuera con los más necesitados y vulnerables”.
De este modo, sostienen que es preciso “concretizar acciones por los migrantes y las personas en ‘situación de calle’ que son los más expuestos”: “No permitamos que los miles de personas contagiadas con el COVID-19 queden en el abandono”, exhortan.
Personas sin trabajo y presos
El mensaje remarca la urgencia de atender la situación de los que están perdiendo su trabajo, “cuya gran mayoría ’vive el día a día’”, algo que requiere la “acción decidida del Gobierno con políticas económicas donde prevalezca el gran valor de la vida tanto en su dimensión humana y social”.
Igualmente, el episcopado expresa su dolor frente el hacinamiento que sufren los presos y la sobrepoblación penitenciaria “que hacen imposible el aislamiento social necesario, lo que está llevando a un grave desenlace” e invoca a “una rápida atención en el marco de las recomendaciones que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dado en el contexto de esta pandemia”.
Gratitud y compromiso
“Debemos tener gratitud y orar por quienes están ‘en primera línea’ al frente de esta batalla: los médicos, las enfermeras y los trabajadores de los hospitales y clínicas; también las fuerzas armadas, la policía nacional, el personal penitenciario, el de limpieza y todos quienes están protegiéndonos”, añaden.
Por último, la CEP reafirma su compromiso “de servicio y ayuda a nuestros hermanos más necesitados a través de las Cáritas Diocesanas, las Cáritas parroquiales, las congregaciones religiosas, el voluntariado, y con el servicio de apoyo espiritual telefónico a los fieles y a toda persona que lo solicita”.