(zenit – 20 mayo 2020).- El Movimiento de Schoenstatt lanza una iniciativa solidaria por el coronavirus: ofrecerle a María una corona en sus casas como iglesias domésticas.
El Movimiento eclesial se reunió internacionalmente online el 15 de abril pasado, para ofrecerle a María una corona. Más de 150.000 usuarios únicos se conectaron por redes sociales desde sus casas, desde sus santuarios hogares, con el Santuario Original en Schoenstatt, Alemania, participando así de una Misa y de una emotiva ceremonia.
Todos ellos coronaron a María en sus casas como iglesias domésticas, luego de haber ofrecido especialmente sacrificios y oraciones por más de un mes, pidiéndole a la Virgen que se manifieste como Reina de la Salud Física y Espiritual, solicitándole que detenga la pandemia, y que acompañe a cada uno y a cada familia en el camino de santidad.
Como en las bodas de Caná, se trata de apelar al poder intercesor de María, quien le dice a Jesús: “No tienen vino”, y a la vez, a sus hijos: “Hagan lo que Él les diga”, motivando la apertura total a la voluntad de Dios.
Descubrir a Cristo en los pobres
Una experiencia espiritual debe tener indefectiblemente una consecuencia de solidaridad en la vida práctica. El Papa Francisco lo expresa en sintonía con san Juan Pablo II, en Gaudete et Exsultate (#96): “Decía san Juan Pablo II que ‘si verdaderamente hemos partido de la contemplación de Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el rostro de aquellos con los que él mismo ha querido identificarse’.
El texto de Mateo 25,35-36 ‘no es una simple invitación a la caridad: es una página de cristología, que ilumina el misterio de Cristo’. En este llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta configurarse”, concluye el Papa.
El texto en cuestión es: “Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber. Fui forastero y me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver”.
Las tres gracias del Santuario
Hay más de 200 santuarios de Schoenstatt en todo el mundo, todos similares al Original en Schoenstatt. Desde allí María regala sus gracias, especialmente la de cobijamiento, el sentirse amado por ella y por Dios; la gracia de la transformación interior, por la cual María educa y renueva el corazón; y la gracia del envío apostólico. Quien tiene un tesoro, quiere compartirlo con los hermanos. Así, desde los santuarios de Schoenstatt surgen proyectos sociales de asistencia a los más necesitados, y de educación integral.
Coronar a Jesús en el hermano
En este tiempo de pandemia, esos programas, centros de asistencia, casas de niños, en zonas de escasos recursos, son esenciales para el sostenimiento de las comunidades barriales y para quienes dependen de estos proyectos. Por eso, Schoenstatt ha lanzado una iniciativa internacional que consiste en invitar a todos a que ofrezcan un don para asistir a los más necesitados, lo que significa coronar a Jesús y María en el hermano que sufre, bajar la coronación espiritual al cuerpo sufriente, herido, hambriento, rechazado, maltratado de Jesús, en el pobre.
El tema social: esencia del cristiano
La caridad es absolutamente esencial para la renovación del mundo y para el servicio a los más vulnerables. Se quiere motivar ese amor por el hermano que más sufre, a través de esta iniciativa de aportes. Hay muchos que se encuentran en el frente, atendiendo a personas carenciadas y la idea es sostenerlos y motivar la conciencia de que la asistencia al más necesitado depende de todos.
Pero la mirada de la Iglesia va mucho más allá. Con cada trozo de pan que se ofrece, cada paquete de harina, cada manta, cada sonrisa, cada visita, cada escucha, debemos ser conscientes de que estamos construyendo el nuevo orden social, que hace a la esencia del cristiano, como nos enseña Jesús, como nos lo transmite la doctrina social de la Iglesia y como nos interpela el Papa Francisco en su exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
Un nuevo orden social como meta
Cuando el padre Kentenich, al fundar Schoenstatt, en 1914, hablaba del hombre nuevo, una persona libre, recia y apostólica, tenía muy clara la importancia del crecimiento espiritual. Pero a la vez, veía a esa nueva persona comprometida seriamente en la construcción de un nuevo orden social, basado en valores cristianos de la dignidad de la persona, la cual ilumina y libera todas las realidades humanas del individuo, en una armoniosa relación con la comunidad.
Está claro que tal pretensión suena utópica, pero no por ello deja de ser la meta por la cual todo cristiano está llamado a luchar, desde los hechos más simples o de mayor responsabilidad, pero siempre teniendo claro en la mente y el corazón el alto ideal que motiva.
Un carisma para la Iglesia
El padre José Kentenich (1885-1968) vivió en una época en que la Iglesia acentuaba desproporcionadamente las obligaciones religiosas y no era común ver que su cumplimiento tuviera consecuencias coherentes relativas al testimonio de vida y el compromiso solidario. Así, el sacerdote fue descubriendo que el carisma de Schoenstatt era un don del Espíritu Santo para ofrecer a la Iglesia. También fue reconociendo esto la Iglesia en Alemania. Un tercio del clero alemán asistió a sus retiros en Schoenstatt.
¿De qué sirve hablar tanto?
De entre los temas que trataba en retiros y jornadas, sobresalían los espirituales, pedagógicos y sociales. Estos dieron una impronta esencial a la forjación de personas comprometidas con la realidad del mundo. Así, remarcaba el padre Kentenich en 1930 en la Jornada Pedagógica sobre el Problema Industrial, “si no hacemos un esfuerzo en gran escala para resolver la cuestión social, si no descendemos para ayudar a los pobres y conseguir amor y justicia para ellos, nunca llegaremos a ser una Iglesia que esté junto al pueblo. Debe quedar claro que como católicos no solo hemos recibido un don, sino también una ardua tarea”.
Y más tarde exhortaba a bajar la conquista espiritual, a la vida real en el mundo: “¡Hay que salvar el orden social! ¿De qué sirve hablar tanto? ¡Tienen que venir hechos concretos! ¿De qué sirve pensar tanto? ¡Nosotros actuamos!”.
Iniciativa solidaria: Argentina y Bolivia
La iniciativa social que organiza Schoenstatt en tiempos de esta pandemia incluye el aporte a diversas entidades en distintos países. En Argentina, por ejemplo, las donaciones pueden beneficiar tanto a la Casa del Niño Padre José Kentenich, que asiste diariamente a 300 niños, como al Centro de Desarrollo Humano La Nazarena. Ambos proyectos se encuentran en un barrio humilde de Florencio Varela, en el Gran Buenos Aires, y ofrecen comida, actividades recreativas, integración familiar, consultas médicas, proyección laboral, entre otros servicios.
En Bolivia el proyecto se llama Arco Iris. Su fundador es el alemán, padre José Neuenhofer. Arco Iris atiende a unos 6.300 niños y niñas, jóvenes y madres solteras, abandonadas en las ciudades de La Paz y El Alto. Tiene ocho hogares funcionando y un hospital, que atiende gratuitamente a los pacientes. Dice Neuenhofer que estos niños y jóvenes “nunca le han dicho ‘papá’ o ‘mamá’ a alguien, y son considerados desechables”. Todos ellos encuentran en Arco Iris un hogar, un refugio donde son amados y donde se les ofrece la oportunidad de ser personas dignas.
Chile y Burundi
En Chile, el padre de Schoenstatt Hernán Alessandri fundó en 1986 María Ayuda, que trabaja “para y por los niños, niñas y adolescentes vulnerados en su dignidad y derechos, para darles un buen presente y asegurarles un mejor futuro”, según reza su misión. Atiende a 500 niños, niñas y adolescentes en 17 programas, en 13 ciudades de Chile.
En 2007 la obra social se fundó en Burundi, África, donde Schoenstatt se arraigó en muchas escuelas de todo el país, llevando una perspectiva cristiana de valores espirituales y sociales. Este espíritu mueve a María Ayuda en Burundi, al servicio de los más necesitados.
En Chile también participa de esta iniciativa la Fundación Arde. En este tiempo de pandemia brinda ayuda en tutorías online para los niños, en recaudación de cajas de alimentos, computadores e internet para familias que no tienen. De esta forma pueden aprender desde la casa.
Brasil
En Brasil se puede contribuir con dos entidades. Una de ellas es el Centro de Referencia Familiar Recanto do Sol, CEFASOL, que acompaña a las familias de bajos ingresos, que no tienen trabajo o que han perdido sus fuentes de ingresos, distribuyendo alimentos y materiales de higiene, así como ofreciendo acompañamiento espiritual.
A su vez, en Río de Janeiro, las Hermanas de María, desde CEFAF, Centro de Formación y asistencia a Familias, asisten a 200 familias que viven en comunidades necesitadas de la región, cubriendo las necesidades biopsíquicas, sociales y espirituales, entregando alimentos, medicinas y ropa en cuatro comunidades.
Ecuador
En Ecuador hay dos proyectos que participan de la iniciativa. Uno de ellos es la Fundación de Niños María. Esta institución atiende a 300 niños que tienen la oportunidad de salir de los ciclos de extrema pobreza.
Su misión es rescatar a los niños en riesgo y presentarlos a la sociedad como jóvenes líderes y transformadores de su entorno social a través de una educación de calidad. El otro proyecto es “Compartir”, que está dedicado al servicio social para los grupos vulnerables de la ciudad de Guayaquil. Su misión esta orientada al desarrollo de acciones de ayuda integral a las comunidades mas necesitadas.
India
En India son dos los proyectos a los que se puede apoyar. Desde Jeevalaya Social Service Centre se asiste a las familias necesitadas con kits de alimentos, dado que muchos han perdido el trabajo por la crisis del coronavirus. En Sunrise Children’s Village, centro de desarrollo infantil, se atiende a huérfanos y a niños marginados. Se ofrece también asistencia a sus familias. Los padres de Schoenstatt llegan a las familias pobres, que no tienen medios de vida y les proporcionan kits de comida y provisiones.
Paraguay
En Paraguay participa de la iniciativa la Fundación Dequení, dedicada a generar acciones de promoción y protección de los derechos del niño, especialmente contra todo tipo de violencia y discriminación. Trabaja en el campo de la educación y articula esfuerzos para impulsar acciones que colaboren con la subsistencia de la vida de los niños, con provisión de kits de alimentos y artículos de higiene, y con ollas populares en comunidades de extrema pobreza.
También en Paraguay participa la Casa Madre Tuparendá, junto al Santuario Nacional de Schoenstatt. Se trata de un programa de inclusión sociolaboral y desarrollo personal destinado a jóvenes varones que, habiendo estado en conflicto con la ley y recluidos en un penal, han obtenido su libertad, ya sea definitiva o condicional. Tiene como centro la preparación, formación y capacitación en talleres y cursos a fin de insertarlos en el mundo laboral formal.
Allí reciben formación para el mundo del trabajo, capacitaciones en distintos oficios, terapia ocupacional en talleres productivos, atención psicológica, mediación familiar y orientación jurídica, pero por sobre todo, estos muchachos encuentran un hogar, donde reciben la motivación para salir del círculo vicioso de la miseria en que vivieron toda su vida.
Cómo participar de la iniciativa solidaria
Ingresando a esta página: schoenstatt-int.com, se puede acceder a los detalles de la iniciativa solidaria, donde figuran los datos de cada institución, a través de textos, fotos y videos motivadores. Todas estas instituciones brindan ayuda a personas que sufren especialmente la crisis del coronavirus. La mayoría de aquellos a quienes las organizaciones brindan sustento, se encuentran en extrema pobreza. Diversas personas han informado que su gente se encuentra en grave crisis, con hambre, enfermedad y carencias primarias de todo tipo.
Todos pueden dar algo
La idea de la iniciativa es que todos pueden dar algo. No es necesario que sea mucho.
Un kilo de harina para quien tiene hambre, una manta para quien tiene frío, 10 litros de gasolina para el transporte de quien está sirviendo, o lo que cada uno pueda, hará una gran diferencia en vidas concretas, en Cristos sufrientes.
24 de mayo: Concierto internacional
Como parte de este iniciativa, el domingo 24 de mayo tendrá lugar un concierto internacional con músicos de más de 30 países. Todos están invitados a participar desde las plataformas de Schoenstatt Internacional.
En el mismo se presentará el proyecto solidario en cuestión. El horario del concierto y más detalles se explican en este video: www.bit.ly/schconc.
A la vez, como compromiso de amor a María, y como parte de esta iniciativa, se ofrecen a la Virgen en el mes de mayo oraciones y sacrificios especiales como Flores de Mayo, una tradición en Schoenstatt, por ser en el hemisferio norte el tiempo en que los paisajes se visten de flores, las cuales pueden entregarse espiritualmente a María.