(zenit – 2 junio 2020)-. Ante la crisis de COVID-19, que afecta de manera especial a indígenas, la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos (CLAR), promueve la campaña #TodosSomosAmazonía, haciéndose eco de la denuncia de la Red Eclesial Panamazónca (REPAM).
Se trata de una iniciativa que busca recaudar fondos para la compra de insumos hospitalarios y kits de protección para las comunidades indígenas en la Amazonía, así como profesionales en el área de la salud que se dispongan para hacerse presentes, en calidad de voluntarios, en los lugares desprovistos de atención sanitaria, indica una nota de la CLAR en mayo.
“Armar nuestra tienda” en la Amazonía
Con respecto a la labor de los religiosos y religiosos en la Amazonía, un artículo publicado ayer, 1 de junio de 2020 en L’Osservatore Romano, destaca las palabras de Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la CLAR, de la Orden de la Compañía de María Nuestra Señora, que en la asamblea especial del Sínodo de la Amazonía dijo: “Los religiosos y religiosas estamos convencidos de que, como hombres y mujeres consagrados, debemos ‘armar nuestra tienda’ en el Amazonas”.
Hoy, continúa la religiosa, “es realmente urgente reanudar esa vocación profética…Como personas consagradas, tenemos y entendemos que estamos llamados a una vida que tiene tres características fundamentales: la interculturalidad, es decir, la capacidad de realizar la pedagogía del encuentro y del diálogo; la itinerancia en un mundo que se mueve, y finalmente la dimensión intercongregacional, porque hoy debemos practicar el camino de la comunión, de la sinodalidad, y esto requiere que nos comprometamos a trabajar juntos como hermanos y hermanas”.
Todo esto es algo a lo que los consagrados de este continente están llamados a hacer “porque la vida sigue gritando y nos necesita”, y especialmente en tiempos de pandemia, donde la proximidad a los demás supone una dedicación aún más intensa a los que se encuentran inmersos en la emergencia sanitaria y carecen de los medios para combatirla.
Situación en Brasil
En Brasil, la situación es cada vez más difícil “día tras día”, dijo el padre Darío Bossi, superior provincial de los Combonianos de Brasil y miembro de REPAM y de la Red de Iglesias y Minería, en una entrevista con Vatican News.
“En Piquiá de Baixo, en el estado de Maranhão, y en la región del Amazonas, tenemos la situación más delicada”, relata el sacerdote. Allí casi la mitad de los habitantes viven con unos noventa dólares al mes.
A ello se añaden las dificultades crónicas para acceder al agua y a servicios sanitarios e higiénicos decentes, con todas las consecuencias imaginables sobre la salud de los indígenas, que están más expuestos al contagio debido a sus bajas defensas inmunológicas.
Red de solidaridad
Frente a este panorama, la red de solidaridad activada por la Iglesia local está tratando de aliviar las carencias de una situación complicada a través de intervenciones a nivel general, explicó el religioso.
“Justo el día de Pascua”, describe, “la Conferencia Episcopal Brasileña, junto con Cáritas, lanzó una campaña a largo plazo. Y es una campaña que busca no sólo abordar la emergencia inmediata sino también estructurar la solidaridad de manera permanente”.
Una presencia de esperanza que también permanece en las diversas celebraciones en línea para no dejar solos y hacer sentir en las “iglesias domésticas” creadas en los hogares de las familias, “el sabor de la Palabra de Dios”, concluye Bossi.
Efectivamente, tal y como señala la CLAR en el mencionado comunicado, en la región panamazónica “hay tinajas vacías que esperan de nuestra agua” y “el compromiso con el sufrimiento de nuestros hermanos de la Amazonía puede adelantar el milagro, hacer que fluyan las redes de la solidaridad, desde una cooperación significativa en favor de la vida amenazada”.