(zenit – 2 julio 2020).- El Equipo de sacerdotes de Villas y Barrios Populares del AMBA (Ciudad de Buenos Aires y Conurbano) solicitó al gobierno de Argentina la presencia de ambulancias en las villas y barrios populares y proponen al Estado que brinde “unidades de traslado” a los barrios “que cuentan con la capacidad de organizarse como comunidad y asistir a los pacientes necesitados”.
En representación de los “curas villeros” –como son conocidos localmente–, los presbíteros Lorenzo De Vedia y José María Di Paola, junto con el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Gustavo Carrara, presentaron la declaración “La imperiosa necesidad de la ambulancia en las villas y barrios populares” el pasado 28 de junio de 2020 en el Hospitalito Masantonio, cerca de la parroquia Virgen de Caacupé en el barrio de Barracas de la ciudad de Buenos Aires.
Trágica muerte de Ramona Collante
La declaración se anuncia en el marco del fallecimiento de la señora Ramona Collante, vecina de la villa 21-24. Su familia esperó dos horas la ambulancia y al llegar ya había fallecido. A raíz de esta trágica situación, los curas villeros denuncian que“el servicio de emergencias médicas es insuficiente y hasta deficiente” y sugieren que el Estado proporcione “una unidad de traslado”.
“Este hecho, como tantos otros, por caso cito a pibes que han muerto desangrados cuando la ambulancia tardó horas en llegar, nos evidencia la emergencia médica en la que vivimos en nuestros barrios de Capital y en provincia también, en el Gran Buenos Aires”, denunciaron los sacerdotes.
Denuncia de “algo histórico”
A pesar de que la ausencia de ambulancias en estos barrios es “algo histórico”, como declaró Mons. Gustavo Carrara, indican que durante este tiempo de pandemia y cuarentena “se han visibilizado retrasos con consecuencias indeseables” y aseguran que “sigue habiendo retrasos escandalosos de ambulancias, tanto en CABA como en el Conurbano, muchas veces con resultados nefastos”.
Con el objetivo de subsanar esta problemática, los curas presentaron una propuesta concreta: que el Estado proporcione una unidad de traslado en aquellas villas o barrios populares que muestran capacidad de organización, pues esto “podría acelerar traslados de personas con afecciones menores, quedando las afecciones más complicadas a cargo de la emergencia médica estatal”, aclararon.
“Algunas de nuestras parroquias y capillas u otras organizaciones pueden comprometerse a coordinar esto. En cada barrio, de acuerdo con sus características, se puede ver cómo organizar este servicio. Esto podría favorecer la aceleración de ciertos traslados de personas con afecciones menores”, aseveran los sacerdotes explicando que las afecciones más complicadas (por ejemplo, un herido con lesiones severas) quedarían exclusivamente para el servicio de emergencia médica del Estado y señalando su “disponibilidad para conversar en mesa de trabajo los detalles de esta propuesta”.