Charo Sádaba

Charo Sádaba, decana de la Facultad de Comunicación en la UNAV (C) CECE

Entrevista a Charo Sádaba: Conectar con las personas en una sociedad tecnologizada

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Decana de Comunicación en la UNAV

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(zenit – 20 sept. 2020)-. Es evidente que vivimos en una sociedad tecnologizada y que la situación de pandemia actual y el confinamiento han magnificado esta realidad. En los últimos meses, tanto en el ámbito laboral como en el educativo y en el personal, la dinámica y las relaciones se han transformado y mediatizado a través de múltiples dispositivos y plataformas.

Para profundizar sobre las implicaciones y los retos de este nuevo panorama, zenit ha conversado con Charo Sádaba Chalezquer, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra (UNAV), en España.

Sádaba es doctora en Comunicación y profesora titular de Publicidad en la Facultad de Comunicación de la UNAV. Su docencia ha estado siempre vinculada a las áreas de Comunicación Digital, Publicidad y Marketing tanto en grado como en posgrado.

Conjuga su actividad docente e investigadora con una intensa labor de divulgación en el ámbito de los niños y adolescentes en el entorno digital. Es autora de libros y artículos sobre el tema, asesora a empresas e instituciones educativas y ha impartido numerosas conferencias y talleres en todo el mundo para educadores, padres y madres y adolescentes.

Entender la realidad

Recientemente en su intervención en la I Jornada Online de Actualización del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra, la decana señaló la importancia de entender “cómo se percibe la realidad en una sociedad tecnologizada para poder enseñar y también aprender”.

En la entrevista, explica que para afrontar esta tarea “es preciso saber, primero, que la realidad es compleja, y que por tanto no es posible sintetizar o conocer de modo simple. También ser consciente de que los puntos de vista son diversos y que convivimos con percepciones de la realidad diferentes: a veces son complementarias, pero en ocasiones pueden colisionar”.

Asimismo, “hay que aproximarse a esta búsqueda de comprensión con cariño, con esfuerzo y de modo constante. Cuestionarse las propias ideas y visiones, preguntar a nuestros amigos las razones de su modo de ver la vida y escucharlos con atención. Leer, intentar comprender qué hay detrás de determinadas conductas o acciones que nos llaman la atención”.

Conectar con las personas

La profesora defiende que es preciso “conectar con gente para poder hablar con ellos”, pero la generalización de los encuentros virtuales puede en ocasiones convertirse en un obstáculo para lograr esa “conexión” real con la otra parte, tanto en ámbitos laborales como familiares y amistosos.

En este sentido, señala que la conexión con las personas se logra “con una aproximación de interés auténtico por su vida, sus preocupaciones y sus aspiraciones, con cariño. También, cuando nos sea posible, podemos ofrecernos ayudar, aunque muchas veces lo que más se agradece es alguien que escuche de verdad, sin juzgar”.

Y esto es algo que “requiere por nuestra parte una disposición generosa de tiempo, y salir de nuestras propias preocupaciones”.

Ver y mirar a las personas

“Es cierto que las nuevas circunstancias cambian el modo y el medio para esas conversaciones, que en muchos casos se han trasladado al entorno digital”, pero, “nos puede ayudar pensar que lo que no ha cambiado, me atrevería a decir que incluso ha crecido, es la necesidad que tenemos de los demás”.

“La tecnología puede ser una ayuda excelente para acompañar en la distancia o en el confinamiento. No hay que tenerle miedo, y tenemos que aprender a ver y a mirar a las personas que hay al otro lado de las pantallas”, apunta.

Comprender a cada uno

Por otro lado, al ser preguntada sobre el modo en el que sería posible sacar el máximo partido a las posibilidades de las nuevas tecnologías sin que los intercambios se conviertan en demasiado fríos, lejanos, poco humanos, resalta que “es lógico que al principio nos cueste, que estemos preocupados de si se oye o se ve adecuadamente, o de si la conexión a la wifi es débil o no”.

No obstante, “cuando de verdad hay un interés o una necesidad, somos capaces de atravesar todas estas barreras que no desaparecen, pero se hacen invisibles”.

Para ello, “tenemos que entender a cada uno, a cada una: algunos prefieren una llamada telefónica, a otros les pone nerviosos no ver la cara de aquel a quien habla, hay quien prefiere una conversación vía Whatsapp que le deje margen para pensar qué contestar, o el texto escrito en un correo electrónico”.

La virtud, en el justo medio

En cuanto al hecho de que el exceso de tecnología pueda llevar a sustituir por norma el contacto real por la videollamada, sin olvidar que, siempre que las condiciones sanitarias lo permitan, existen situaciones o cuestiones que es mejor “vivirlas” en persona, Sádaba, recuerda que “en el justo medio está la virtud”.

En las circunstancias actuales “hay muchas personas para las que la tecnología es el único modo de relacionarse con sus amigos o sus familiares: países donde todavía hay confinamientos severos, personas mayores que están especialmente aisladas, etc. En estos casos tenemos que volcarnos con ellos a través de los medios a nuestro alcance, esperando que pronto podamos complementarlo con abrazos y presencia física”.

Vencer la comodidad

Con los demás, en cambio, existe “el reto de vencer la comodidad de lo que algunos investigadores han dado en llamar la ‘sofalización’, una manera gráfica de decir que es mucho más sencillo hablar con la gente desde nuestra casa, en pijama, sin pasar frío o incomodidad”.

“Con prudencia, tenemos que valorar cuando un encuentro personal será más eficaz, o es más necesario, para ayudar a alguien, para hacerle sentir escuchado”, añade.

Retos para las familias

Durante la pandemia el uso de las pantallas ha inundado la realidad de niños, adolescentes y jóvenes, tanto para acceder a las clases como para el ocio (consumo de películas y series, de redes sociales, de videojuegos…).

En este sentido, frente a las evidentes limitaciones que se encuentran en los hogares, como investigadora de los niños y adolescentes en el entorno digital, la profesora opina que los padres “tienen un papel muy complicado en este momento. La tecnología en casa ha sido necesaria para que los niños pudieran seguir su escolarización desde casa, pero también para que los padres puedan trabajar allá”.

Asumir compromisos

“La convivencia de estas dos esferas, la escolar y la laboral, en un entorno familiar ha generado muchos conflictos. Ahora que en muchos países tenemos de nuevo más apertura, las familias tienen la ocasión de reflexionar sobre el papel que la tecnología ha jugado en su caso particular, y les animaría a hacerlo también con sus hijos, y a decidir qué tipo de familia quieren ser”, reflexiona.

Y esto “puede llevar a asumir una serie de compromisos (comer sin pantallas, por ejemplo) que ayuden a todos, pero, sobre todo, al proyecto de vida familiar”.

Flexibilidad en el trabajo

En lo referente a los cambios que la pandemia ha provocado en el ámbito laboral, dado que la mayoría de las empresas han tenido que adaptarse, sin más remedio, al teletrabajo, la entrevistada sostiene que las circunstancias nos han enseñado que “una mayor flexibilidad es buena, y que bien gestionada puede ser beneficiosa tanto para la empresa como para los empleados”.

“La política de tener a todos en la oficina para poder ‘controlarles’ ha sido sustituida, por necesidad, por la de confiar en que la gente está haciendo su trabajo desde casa, en muchos casos con éxito”.

Del mismo modo, reconoce que, “también en otros casos hay pérdidas claras de productividad o de otros valores, sentimiento de equipo, motivación, que son relevantes para todos. O trabajos donde esto no funciona de ninguna manera”.

En definitiva, cree que “un formato intermedio, donde con flexibilidad podamos elegir trabajar en casa asegurando el tiempo de oficina adecuado, puede ser una buena solución”.

Adaptación de la enseñanza

En cuanto al área de la educación, la decana de la Facultad de Comunicación de la UNAV relató a zenit cómo está siendo la adaptación de profesores y alumnos a la “nueva normalidad” que ha provocado la pandemia.

“Ya en mayo comenzamos a barajar posibles escenarios para afrontar este curso. Nuestra apuesta es la presencialidad, por lo que desde el punto de vista sanitario se han implementado todas las medidas precisas para asegurar que el campus es un entorno lo más seguro posible”.

Una experiencia transformadora

De este modo, por el momento, “las clases, las actividades docentes y el asesoramiento se están desarrollando con la normalidad posible, y el principal reto es como lograr pronto ese contacto con los alumnos con una mascarilla de por medio”.

“Algunos profesores ya acusan, por ejemplo, que el humor no funciona igual cuando el lenguaje corporal está limitado. Tampoco cuando los alumnos están sentados con un metro y medio o dos de distancia”.

“Asegurar que este año es una experiencia transformadora para todos es nuestro objetivo”, concluye la decana.

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Larissa I. López

Larissa I. López es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla, Máster en Artes de la Comunicación Corporativa y Doctora en Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Su trayectoria profesional ha transcurrido entre el ámbito de la comunicación y el de la docencia. Como redactora, ha colaborado con medios como Aceprensa, Pantalla 90 o CinemaNet. Como profesora, por su parte, ha impartido clases en la universidad y en centros de FP y bachillerato. En estos últimos realizaba también tareas relacionadas con la comunicación (redes sociales y edición de contenidos). Cordobesa de nacimiento también ha vivido en Sevilla, Madrid y Roma.

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