Presentación Vademécum Ecuménico

Presentación del nuevo Vademécum ecuménico (C) Vatican Media

Presentación del nuevo “Vademécum ecuménico”

Síntesis de las intervenciones

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(zenit – 4 dic. 2020).- Esta mañana a las 11:30 horas se ha celebrado la presentación del documento “El obispo y la unidad de los cristianos. Vademécum ecuménico” en la Sala de Prensa de la Santa Sede.

Veinticinco años después de la Encíclica Ut unum sint del papa san Juan Pablo II, el Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha publicado este Vademécum. Se trata de una guía para los obispos para orientarles a la hora de asumir mejor su papel de líderes en la misión ecuménica de la Iglesia Católica y para que, a través de su ministerio, promuevan la unidad de los cristianos.

En la rueda de prensa de presentación del mismo han intervenido: el cardenal Kurt Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos; el cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos; el cardenal Luis Antonio G. Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos; y el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación de las Iglesias Orientales.

Cardenal Sandri

El cardenal Sandri ha señalado que este Vademécum expone, entre otras cosas, “consejos prácticos que pueden favorecer la experiencia de la vida de comunión entre Oriente y Occidente”.

Para el purpurado, este documento, dirigido principalmente a los pastores de las Iglesias, “es una ulterior afirmación de que ya no es legítimo para nosotros el desconocimiento del Oriente cristiano. No podemos fingir haber olvidado a los hermanos y hermanas de esas venerables Iglesias que junto a nosotros constituyen la familia de los creyentes en el Dios de Jesucristo”.

“El Occidente necesita del Oriente para que sea devuelta a la Iglesia de Cristo y al mundo la plena manifestación de la catolicidad eclesial”, añade.

Asimismo, el compromiso ecuménico de los obispos “es un deber y una obligación, como se desprende claramente del Título 18 del Código de Cánones de las Iglesias Orientales”. Y “es de este compromiso que el Vademécum ofrece indicaciones preciosísimas, sobre todo desde la perspectiva del camino que las Iglesias de Oriente y Occidente deben recorrer juntas en la búsqueda de la unidad”.

De este modo, “las indicaciones doctrinales y pastorales de este Vademécum pueden dar a los hombres y mujeres de hoy una ulterior razón sólida para creer y para esperar la gracia de la comunión plena y visible entre las Iglesias de Oriente y Occidente”.

Cardenal Koch

En su intervención, el cardenal Kurt Koch, ha repasado brevemente el propósito, la preparación y el contenido de este nuevo documento del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

El prelado, considera que el obispo “no puede considerar la promoción de la unidad de los cristianos simplemente como una de las muchas tareas de su ministerio, una tarea que podría o debería aplazarse ante otras prioridades, aparentemente más importantes”. El compromiso ecuménico del obispo “no es una dimensión optativa de su ministerio, sino un deber y una obligación”, insiste.

El prefecto ha descrito que el proceso de preparación del Vademécum llevó unos tres años. A lo largo de los mismos, los oficiales del Consejo Pontificio prepararon un primer borrador con el asesoramiento de expertos, y luego lo presentaron durante la sesión plenaria del Dicasterio en 2018.

El nuevo texto, ha indicado, se basa en el documento Unitatis redintegratio del Concilio Vaticano II, la Encíclica Ut unum sint, y dos documentos del Consejo Pontificio: el “Directorio Ecuménico” y “La dimensión ecuménica en la formación de los que se dedican al ministerio pastoral”.

No obstante, no se trataba, “de repetir estos documentos, sino más bien de proponer una breve síntesis, actualizada y enriquecida por los temas tratados en el curso de los últimos pontificados, y adoptando siempre el punto de vista del obispo: una guía que inspirase el desarrollo de la acción ecuménica y que fuera fácil de consultar”.

El purpurado también ha destacado que el Santo Padre aprobó el documento y se refirió a él en su carta del 24 de mayo pasado con motivo del veinticinco aniversario de la encíclica Ut unum sint (1995). “Recordando que ‘el servicio de la unidad es un aspecto esencial de la misión del obispo’, el Papa Francisco ha expresado la esperanza de que el Vademécum sirva de ‘estímulo y guía’ para el ejercicio de las responsabilidades ecuménicas de los obispos”.

Cardenal Ouellet

El cardenal Ouellet, por su parte, ha insistido en la idea de que “los obispos son los principales responsables de la unidad de los cristianos no sólo en sus diócesis sino también a nivel universal como miembros del Colegio de los Sucesores de los Apóstoles”.

En esta calidad “son corresponsables con el Papa de la tarea de reconciliación de los cristianos para ofrecer juntos el testimonio de unidad que el Señor espera de sus discípulos (Jn 17, 21)”. De ahí la importancia “de promover en primer lugar la oración por esta intención, especialmente durante la Semana de Oración que se celebra cada año en preparación de la fiesta litúrgica de la conversión de san Pablo”.

Asimismo, a todos los prelados “se les pide que construyan su comunidad local con una actitud positiva, abierta y fraternal hacia las otras confesiones cristianas, cualesquiera que sean las actitudes contrarias que encontremos, y cualesquiera que sean los fracasos que pudieran incitarnos a cejar en el empeño”. Un católico “no se cansa de dar el primer paso hacia el acercamiento, porque la caridad que lo habita lo obliga a perdonar, a compartir y a perseverar en su compromiso”.

Cardenal Tagle

En nombre de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos (CEP), el cardenal Tagle ha resaltado algunos aspectos del Vademécum “que son relevantes para el trabajo de la CEP”.

En primer lugar, considera que “es bueno que en muchas secciones del vademécum se describa el ministerio de unidad del obispo como un servicio a la identidad y misión de la Iglesia”. En los lugares donde los cristianos son una minoría y donde los cristianos bautizados se están alejando de la Iglesia, “la falta de unidad entre los seguidores de Jesús, manifestada a veces públicamente como animosidad mutua, socava la evangelización y oscurece la persona de Jesús”.

En algunos lugares, explica, “los no cristianos no conocen la distinción entre luteranos, presbiterianos, anglicanos, ortodoxos, católicos y demás. Pero su mala experiencia con un cristiano hiere el rostro de Cristo y de todos los cristianos. Mientras que una buena experiencia con un cristiano lleva a la apertura a Cristo y a la comunidad cristiana”.

En segundo lugar, el cardenal filipino señala que el texto afirma “que el compromiso ecuménico del obispo requiere que sea una persona de diálogo”: “Para nuestro dicasterio, esto es una llamada a explorar más a fondo el diálogo como un modo de evangelización. Dado que la Iglesia local es el sujeto de la evangelización, todos los bautizados, agentes pastorales, educadores, catequistas, religiosos, religiosas y ordenados necesitan formación en el diálogo como modo de evangelización”.

El obispo, continúa, “debe asegurarse de que haya espacios para el diálogo pastoral y misionero en la diócesis. Debe encontrar un mecanismo por el cual la riqueza de la enseñanza de la Iglesia, los acuerdos y las experiencias en el diálogo ecuménico sean compartidos y recibidos por los diferentes sectores de los fieles”.

En tercer y último lugar apuntó que “en la formación de los obispos recién nombrados y en la formación continua de los obispos, tal vez sea necesario incluir seminarios o sesiones prácticas sobre cómo manejar o gestionar las diferencias y los conflictos y cómo promover la sanación de los recuerdos y el perdón”.

Y que “la amistad forjada por los obispos con los líderes y miembros de las comunidades no católicas ayuda a eliminar los prejuicios, pues, “las buenas relaciones que cultivamos ahora serán más tarde los buenos recuerdos que sanarán las heridas del pasado”.

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Larissa I. López

Larissa I. López es licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla, Máster en Artes de la Comunicación Corporativa y Doctora en Comunicación por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Su trayectoria profesional ha transcurrido entre el ámbito de la comunicación y el de la docencia. Como redactora, ha colaborado con medios como Aceprensa, Pantalla 90 o CinemaNet. Como profesora, por su parte, ha impartido clases en la universidad y en centros de FP y bachillerato. En estos últimos realizaba también tareas relacionadas con la comunicación (redes sociales y edición de contenidos). Cordobesa de nacimiento también ha vivido en Sevilla, Madrid y Roma.

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