(zenit – 24 dic. 2020)-. El Papa Francisco ha reconocido las virtudes heroicas del sacerdote Antonio Vicente González, natural de Canarias, España, lo cual le otorga el título de venerable.
El 21 de diciembre de 2020, el Santo Padre recibió en audiencia al prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro, a quien autorizó a promulgar un total de ocho decretos.
Antonio Vicente González
Nace en la Villa homónima, Islas Canarias, España, en 1817. Dada su gran maestría intelectual, desempeño tareas como párroco de Santo Domingo de Guzmán, fiscal de la diócesis de Canarias o secretario, vicerrector y catedrático de Teología fundamental del Seminario Diocesano.
Fue un gran orador, distinguido y elocuente, cuyas homilías eran escuchadas con admiración. Destacó en la virtud de la fe, que dio como fruto su testimonio vivencial de mártir de la caridad y de la obediencia. Su sacerdocio se caracterizó en gran parte por su amor a los pobres y enfermos.
Se ordenó sacerdote en 1845 en la Iglesia parroquial Puerto de La Orotava. Con la parroquia de Santo Domingo a cargo, tuvo que vivir épocas de hambruna y cólera, que dejó muchas muertes en la isla. Esta realidad hizo que se volcara con los apartados y enfermos. Contraída la enfermedad moral por su contacto constante con los afectados, murió a los 34 años.
Sacerdote entregado
En declaraciones a Vatican News, monseñor José Mazuelos, obispo de Canarias, destaca que la figura de “sacerdote entregado” de González “es actual en medio de esta pandemia que estamos viviendo y nos anima todos a seguir dando y ayudando, siendo generosos con los enfermos, siendo generosos con los pobres”
El prelado destaca “la dedicación del joven sacerdote de 35 años que murió ayudando a los pobres y a los enfermos, en plena epidemia de cólera”.
Además, recuerda que Antonio Vicente González Suarez “abrió también una casa para acoger a las personas enfermas y ahí dio su vida por amor a Jesucristo y por amor a los pobres y a los enfermos: esa es su fuerza”.
“Lo importante es ver eso: un sacerdote joven, que no tiene miedo a acoger a los más pobres, a los enfermos y al final morir por la transmisión del cólera”, indicó al medio vaticano.