(zenit – 29 dic. 2020).- El mensaje común de los obispos de la Iglesia para el pueblo de Nicaragua, expresado durante la celebración de la octava de Navidad, fue: “vivir juntos el gran desafío de acompañar a la sociedad nicaragüense en el proceso de las elecciones generales para el 2021”.
El cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua, en un video enviado a la agencia misionera Fides y difundido en las redes sociales, anunció: “Hemos elaborado un programa de trabajo basado en la encíclica Fratelli Tutti del Papa Francisco, para aplicarlo a las diferentes situaciones del país, para vivir este 2021 como un año sin violencia”.
“No sabemos exactamente cómo será el 2021, pero queremos evitar cualquier tipo de violencia”, expuso el cardenal.
A continuación, reiteró que la Iglesia Católica cree que “la solución a la crisis sociopolítica en la que ha caído el país vendrá sólo a través del diálogo”.
Mons. Rolando J. Álvarez
De acuerdo a la misma fuente, monseñor Rolando José Álvarez, obispo de la diócesis de Matagalpa, durante la celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, el domingo 27 de diciembre, insistió en el concepto de que Nicaragua debe afrontar el 2021 como una gran familia: quizás con miembros que piensan diferente, pero siempre con respeto entre ellos.
“Porque cuando las diferencias se reconocen con respeto se puede desarrollar un progreso real, se puede promover un progreso real y los nicaragüenses tenemos que enfrentar grandes desafíos y dificultades”, explicó.
“En la familia se enseñan las virtudes domésticas: diálogo, no violencia, paz y justicia. Así en la gran familia nicaragüense podemos vivir con respeto, en paz y lograr educarnos en la libertad, en la distribución equitativa de la riqueza, en el desarrollo humano sostenible, siempre con la ayuda de Dios”, continuó el obispo de Matagalapa.
Mons. José Silvio Báez
Según Fides, Mons. José Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, al celebrar la Misa en la iglesia de Sant’Agatha, en Miami (Estados Unidos), donde se encuentra actualmente, habló de la persecución y violencia que sufrió por Herodes la familia de Nazaret.
“La familia de Nazaret fue amenazada por el gobernador, quien luego hizo matar a los niños de Belén. Jesús nació en una familia normal, con problemas económicos, obligado a huir y emigrar. Aquí podemos ver las similitudes con las familias de los migrantes”, remarcó el prelado.
“La familia debe ser siempre un espacio de cariño, de amor, para poder vivir relaciones de fe, de respeto, para que en el futuro puedan crearse otras familias que acojan a Jesús, portador del amor de Dios, y hacer crecer cristianos maduros, capaces de comprometerse con el otro, porque lo reconoce como su hermano”, finalizó.