(ZENIT Noticias / Roma, 06.02.2021).- “Diario de prisión” es uno de los frutos del Cardenal George Pell en sus 404 días de prisión. El libro fue presentado recientemente en Italia y ZENIT acudió a la presentación la tarde del jueves 4 de noviembre en una de las salas del Senado Italiano.
Fue ahí que el Cardenal Pell, acusado falsamente de abuso sexual en Australia, país en el que pasó en la cárcel más de un año de su vida, contó que durante el periodo de cautiverio recibió numerosas cartas (más de 4 mil en ese periodo). Una de ellas venía del Vaticano, sin firmar, y entre otras cosas decía: “Ud ha ayudado a la Iglesia católica en Australia a salir de un liberalismo destructivo, guiándola hacia la profundidad y la belleza de la fe católica… Temo que ahora deberá pagar también por su catolicidad, pero de este modo estará muy cerca del Señor”. Y el autor concluía la epístola asegurando una “continua cercanía en la oración”. Por primera vez el cardenal Pell revela, de propia voz, que el autor de esa carta es Benedicto XVI.
“Nunca pensé terminar en la cárcel. Sabía cómo iban las cosas, ningún testigo había dado pruebas corroboradoras, mi acusador cambió de versión 24 veces: sabía que no podía ser condenado. Sin embargo, la condena llegó y con ella 404 días de prisión, algo único para un pastor de la Iglesia en una democracia occidental”, dijo Pell. Esos 404 días los pasó en una celda de 7 por 8 metros, sin poder celebrar la santa misa.
El cardenal, ex prefecto del “ministerio de economía” de la Santa Sede es actualmente un obispo retirado por razón de edad. Durante su periodo de prefecto del dicasterio que se ocupa del dinero de la Iglesia se metió a fondo. Y tras salir de la cárcel ya no ha tenido problema en llamar a las cosas por su nombre, hablando con claridad y franqueza. Cuando estuvo en el Vaticano, cuenta él mismo, “nosotros introdujimos la metodología de verificación que hoy todo el mundo utiliza. Descubrimos millones distribuidos en diferentes dicasterios. Preparamos por primera vez un Budget antes del inicio del año financiero. Estas son cosas fundamentales”.
Según sugiere el cardenal Pell, hay una extraña relación entre su proceso y estancia en prisión en Australia con su anterior trabajo en el Vaticano. En una entrevista al Corriere della Sera, el cardenal Pell cuenta que es verdad que la Secretaría de Estado puso oposición a las medidas de control financiero por parte de él: “sí. Esto es público. Teníamos la autoridad para hacerlo, pero nos lo han impedido” (cf. 04.11.2021, p. 25). Y en entrevista a La Stampa añade de modo específico: “Becciu decía que el revisor de cuentas no tenía autoridad para entrar en la Secretaría de Estado. Esto era falso” (04.11.2021, p. 19).
Y relacionando el tema de su condena inicial y el mundo de las finanzas vaticanas dice en otra respuesta al Corriere della Sera: “Algunos hablan de una conexión posible entre los problemas en el mundo de las finanzas aquí y mis problemas en Australia, pero no tenemos pruebas. Sabemos que del dinero, fueron a parar desde el Vaticano a Australia 2 millones 230 mil dólares, pero hasta ahora ninguno ha explicado por qué”. Y cuando es interrogado en particular por el cardenal Becciu sólo se limita a decir: “Él tiene derecho a un proceso justo. Veremos”.
El cardenal Pell pudo salir de la cárcel porque llevó su caso al Tribunal Supremo de Justicia en Australia. El veredicto fue a su favor. No era culpable de abuso. Sin embargo, los 4040 días en la cárcel ya nadie se los devolvería. De hecho, ahora carga a las espaldas no sólo el peso de ese tiempo “perdido” sino también el coste del juicio que ahora debe pagar. El libro es uno de los medios para conseguir el dinero.
En el aula del senado, al final de la presentación del libro, el director editorial de ZENIT preguntó al cardenal Pell si había perdonado al acusador: “Decides perdonar, no siempre te sientes a favor de este ejercicio, pero decides. Y una vez que decides, es como la fe: tienes que mantener esta decisión, no es suficiente una vez. A veces me siento más enojado, a veces no, pero el perdón es una decisión de la voluntad”.
Como cuenta The Catholic Weekly, una exhaustiva investigación realizada por peritos especialistas en derecho australiano, muestra que el proceso del cardenal Pell se trató de una venganza.