Por: Enrique Villegas
(ZENIT Noticias / Roma, 21.11.2021).- Por medio de una disposición publicada el pasado jueves 18 en el Diario Oficial, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, retiró el título de “decano” del cuerpo diplomático al nuncio del Papa en ese país, el obispo Waldemar Stanislaw Sommertag.
Es práctica común que entre los diplomáticos acreditados ante un determinado país, el que más tiempo lleva en ese puesto se convierta en decano. Su función consiste esencialmente en hablar a nombre de todos los embajadores y, eventualmente, mediar entre conflictos.
Daniel Ortega ha tenido problemas con la Iglesia católica en el país, la cual se ha convertido en un fuerte crítico de sus políticas represoras, anti democráticas y de corte dictatorial. Sin embargo, la justificación para esta represalia contra la Santa Sede fue otra: “Con el fin de cumplir con la Convención de Viena, que en su artículo 14 establece que no se debe hacer distinción algunas entre los Jefes de Misión y que insta a un trato igualitario entre todos, se anula la figura del Decano del Cuerpo Diplomático”, dijeron.
El nuncio Stanislaw Sommertag ha mediado en conflictos internos en el país. La crisis entre la Iglesia y el gobierno comunista de Ortega llevó anteriormente a que monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, fuese sacado del país por seguridad. Actualmente reside en el Vaticano.