Lucía González-Barandiarán. Foto: Lucía González-Barandiarán

“Pensaba que iba a ver una película y se encontró orando con Dios”. Entrevista a la distribuidora de la película “Vivo”

Entrevista a la directora de la película VIVO, una de las más taquilleras en las salas de cine en México.

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(ZENIT Noticias / Madrid, 07.12.2021).- Es una película sobre la Eucaristía. En eso se diría todo. Pero dicho así y considerado el tema, nadie esperaría que la cinta se convirtiera en una película taquillera. Y sin embargo lo es. El pasado mes de noviembre fue una de las películas más vistas en México. Hay quien ha salido de la sala como si hubiera estado en la más maravillosa adoración eucarística en lugar de viendo una cinta. Y por eso en ZENIT entrevistamos a Lucía González-Barandiarán, directora de la película.

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Pregunta: ¿Cómo se fue dando tu encuentro con Cristo en la Eucaristía durante la filmación?

Respuesta: El origen de esta película, de esta historia, es un grupo de gente joven que empezó haciendo Adoraciones Eucarísticas, después de estar en la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil. Ellos volvieron con una sed enorme de hacer cosas juntos, de aprender y de estar más llenos de Dios.

Hubo un sacerdote que se llama José Pedro Manglano, que además es escritor, que empezó a organizar unas Adoraciones Eucarísticas para esta gente joven. Esas Adoraciones fueron creciendo cada vez más, se fueron expandiendo en distintas iglesias de Madrid y luego de España. Ese grupo de jóvenes original empezó a componer canciones para acompañar esas Adoraciones Eucarísticas; crearon el grupo “Hakuna Group Music”, que cada vez es más conocido dentro del entorno católico.

Lo que sucede es que hay un punto en el que ya empieza a haber frutos más allá de los católicos que empiezan a estar enamorados ya no por tradición, sino por convicción. Empieza a haber gente que viene de un mundo completamente ajeno a los que algún otro católico los lleva de la mano a una adoración, sin ellos saber a dónde estaban yendo, y hay momentos de transformación íntegra, de vidas transformadas, cambiadas, mejoradas, enamoradas.

Decide este sacerdote y este grupo de gente que esto se quede en algo que uno comente con uno de sus amigos al salir de una oración o con tu compañero de piso al llegar a casa o con tus padres; deciden que esto es algo que debe conocer todo el mundo. Y así nace el proyecto de hacer “Vivo”, que antes era un proyecto que no tenía nombre, era un proyecto sobre los frutos de Adoraciones Eucarísticas.

¿Cómo ha sido durante la filmación? Aquí hay un punto hermoso. El director, al que se le encargó este proyecto se llama Jorge Pareja. Él se declara agnóstico, pero es la persona escogida para contar esta historia, precisamente por esa visión, porque lo que se quiere es llegar a la gente por convencer; se quiere enamorar a los que ya creen y abrir una rendija para aquellos que no creen. El punto de partida es su mirada, la de alguien que no cree, y la de las cuatro historias que se cuentan en “Vivo”; es de personas ateas, sin formación y sin intención de buscar, pero que se encontraron con Dios cara a cara en una Adoración Eucarística.

Pregunta: ¿Qué experimentaste al saber y reconocer que Jesucristo está verdaderamente presente en la Eucaristía?

Respuesta: Mi experiencia es previa al documental. Testimonié en vivo, gracias a Dios. Pero es verdad que ha cambiado ligeramente: yo diría que la ha potenciado. Yo soy una persona que ha crecido en la fe. Tengo una familia católica. En el caso de mi padre, era una persona realmente implicada en la difusión y en la devoción a través de la prensa por todo lo que implicaba ser cristiano-católico. He crecido con esa necesidad de querer contar la misma Buena Noticia que mi padre trató de contar al mundo.

En mi caso, soy una persona que ha crecido con esta convicción, aunque es verdad, me faltaba el encuentro; tardé como unos 25 años en que llegara ese encuentro. Me costaba entender ciertas cosas, pero es verdad que hace unos 15 años alguien me llevó a una adoración eucarística y recuerdo ese momento como un momento transformador, en el que, de hecho yo iba acompañando a un actor, era una de las acciones que nos habían pedido; un actor converso nos pidió ir diario a misa dentro de la promoción de la película. Yo estaba acompañando y recuerdo esa adoración como una de las más hermosas de mi vida, quizás porque la primera realmente vivida. Yo no paraba de llorar. De hecho, durante un tiempo estuve yendo todas las semanas a adorar en las noches, porque era mi lugar de paz, el sitio donde mejor me encontraba.

Entonces, hace 4 años cuando llega a mis manos la propuesta de distribuir y estar en un primer momento en “Vivo”, cuando era sólo una idea. Dije que “sí”, ipso facto, porque era uno de los puntos clave de mi vida espiritual la adoración eucarística.

Gracias a los frutos que he estado viendo en esta película y gracias a las distintas versiones del montaje que he visto tantas veces, es casi como si fueras imperturbable. La realidad es que en mí debe ser un punto flaco, porque la pude haber visto unas 50 veces y cada una de esas veces lloro. Es el punto vital de todo católico, y “Vivo” lo que hace es descubrir ese poder transformador que hay en Dios en la Eucaristía.

Pregunta: Al conocer por primera vez las cuatro historias que se desenvuelven a lo largo del film, ¿qué te hizo valorar de la acción y misericordia de Dios?

Respuesta: Lo hermoso de este proyecto es que inicialmente no fueron cuatro. Se hicieron varias entrevistas a personas distintas, en situaciones distintas, que habían vivido una acción transformadora de Dios a través de Jesucristo Eucaristía, a través de una Adoración Eucarística, en una Hora Santa. De los cuatro testimonios que están al final, únicamente uno estuvo desde el principio, en ese guión inicial de las personas que a priori parecía que iban a protagonizar el documental. Pero Dios es el que realmente fue construyendo el guión y que fue haciendo que todas las piezas cuadrasen sin tener nada que ver, salvo Él, que es el eje central y el protagonista.

Conocer y reconocer en esas cuatro historias a Dios es algo que, todavía al día de hoy, me sigue penetrando. Hay veces que pienso que en las películas que trabajo o en las que estoy involucrada, inicialmente pienso que es para ayudar a los demás, pero luego me doy cuenta que es el modo en el que Dios me utiliza para egoístamente salvarme a mí. Porque a mí realmente “Vivo” me sigue transformando en la vez una, en la vez diez, en la vez cincuenta. Sé que va a ser una de las películas más importantes de mi vida, no sólo por lo que estoy viendo desde detrás, sino también para mí a nivel profundo y personal.

Pregunta: ¿Qué efectos ha producido la película en las personas en cuanto a los temas de conversión, replanteamiento de la fe personal y el retorno a la Iglesia?

Respuesta: Los frutos no tenemos por qué conocerlos nadie de las personas del equipo. Yo creo que la gente, cuando va a ver una película, no se plantea nunca quién está detrás de esa película; o pocas veces, si alguien va a ver una película de Marvel se moleta en conocer quién ha sido el director o quién la ha producido, o quién es la distribuidora para escribirle y decirle “gracias”. Pero es verdad que en este caso, en este tipo de cine con trasfondo y con alma, hay frutos, y la gente está tan agradecida porque hacemos esto. Así que intentar localizar a quien está detrás para darle las gracias. Eso nos permite conocer un poquito cuál es el impacto que ha tenido realmente en las personas.

Tenemos bastantes historias que contar. Recuerdo que una de las primeras sesiones en Madrid hizo que se tuvieran que abrir paralelamente otras dos salas de cine a la misma hora porque se llenaban, y al salir hubo una conversación con una madre y una hija: la hija había llevado al cine a la madre, la cual dijo: “Mañana vuelvo a misa”. Ese es un fruto enorme, porque también hay mucha gente que durante la pandemia se ha relajado en estas cosas y Dios está en donde está.

Otro testimonio que nos ha llegado es la historia de una persona que llevaba mucho tiempo alejada de la fe, a la que le removió enormemente la película. Otro caso pasó tras el estreno de la película en España hace siete meses: un joven que decidió entrar a un seminario. Es fruto de esta película.

Conocemos al menos ya cinco casos de personas, de vidas de bebés salvadas gracias a la película. Cuando el espectador vea la película sabrá por qué digo esto. La verdad es que son muchos casos, pero prefiero contar estos tres ejemplos distintos de personas que efectivamente les ha transformado. Luego, miles de mensajes por redes sociales, por nuestro correo que alguien se ha molestado en buscar para decirnos “muchísimas gracias”. Y eso es impagable.

Pregunta: De entre los comentarios y el compartir nuevas historias por parte de los que han visto la película, ¿te han contado algún testimonio que también te haya impactado? Si es así, ¿te gustaría compartirlo?

Respuesta: He dado algunos testimonios en la pregunta anterior, pero hay uno que me ha dado mucha gracia. Hay una chica, a la que conocí gracias a Instagram. Es conversa y debe tener unos veintiún o veintidós años. Viene de una familia atea y ella también lo era hasta que, un poco al estilo de Ignacio de Loyola, se ve obligada a no poder moverse de la cama durante un tiempo. Empieza a leer libros de espiritualidad y va encontrando ahí la Verdad. Esta chica conversa, el fin de semana del estreno en España, compra entradas para un grupo grande de gente que ella quería que conociera a Dios: su familia, amigos, de todo.

Me hizo gracia, porque me escribió muerta de la risa diciendo que después de acabada la película, ella sin darse cuenta al salir de la sala hizo un gesto de genuflexión, fue algo involuntario, pero a ella le dio la sensación que durante toda la película había estado presente Dios: ¡hasta el punto de haberse olvidado que estaba en una sala de cine! Ese es uno de los efectos inmediatos.

Hay muchos comentarios que nos han llegado de este tipo: “Yo pensaba que iba a ver una película, pero en realidad me he dado cuenta que he venido a la sala a rezar, a orar y a encontrarme con Él”. Ese es uno de los frutos más hermosos, que es capaz de llegar directo a tu corazón en sólo 80 minutos.

Pregunta: ¿Qué mensaje les dirías a los jóvenes que se encuentran con Cristo en la Eucaristía para que permanezcan firmes en su nuevo camino en la fe y no desistan de seguir al Señor a pesar del sufrimiento y del rechazo de quienes están alejados o no creen?

Respuesta: Les diría que ir contracorriente es grande, es maravilloso. ¿Qué adolescente no ha deseado nadar contracorriente? Esto es más grande todavía. Tenemos una oportunidad enorme de nadar contracorriente por la mayor de las causas. Ser cristiano es ser vanguardista, es ir por delante de los demás. Llevamos dos mil años siendo completamente pioneros y modernos, porque vamos contra el mundo. Decimos que te va a hacer feliz perdonar, que te va a hacer feliz no querer compararte, que te va a hacer feliz hacer el bien y propagar el bien; eso es rompedor. Lo era hace dos mil y lo sigue siendo hoy. De ello tienes que sentirte orgulloso, de que sirves al más grande de los hombres, al que toda persona, crea o no crea, admira; ese es un punto de inicio muy grande para conversar sobre los demás trascendentes.

El hombre está necesitado de trascendencia, somos cuerpo, mente y alma, y toda persona dentro de su vida se plantea cuestiones. Fórmate bien y siéntete orgulloso de tu fe y si tienes una conversación importante o a alguna persona a la que le quieras transmitir a Dios, primero invoca al Espíritu Santo, escucha y luego ya habla. Estate orgulloso, búscale y ve a esas Adoraciones Eucarísticas, escúchale, quédate en silencio y deja que hable.

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Ana Paula Morales

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