China: Relaciones con la Santa Sede

Bandera de China (C) Pxhere

La peligrosa influencia china en las organizaciones internacionales

¿Cómo ha llegado China a ocupar posiciones dominantes en el escenario mundial? Este artículo sintetiza y ofrece un panorama-respuesta.

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Por: Luca Pingani

(ZENIT Noticias – Osservatorio Van Thuan / Roma, 11.12.2021).- En este artículo se intentará describir, con la debida síntesis, la influencia de la República Popular China en las principales organizaciones internacionales. En particular, se intentará describir las condiciones que han permitido a China alcanzar posiciones dominantes en algunos de ellos y cuáles son las razones por las que ha decidido realizar esta escalada.

Organizaciones internacionales y Naciones Unidas

Las organizaciones internacionales son todas aquellas instituciones creadas por dos o más Estados con el objetivo de llevar a cabo de forma coordinada determinadas actividades de interés o necesidad compartida. Por lo general, estos organismos se crean mediante tratados fundacionales destinados a subrayar la autonomía de la institución con respecto a los Estados que participaron en su creación. La organización internacional lleva a cabo sus tareas gracias a la presencia de un sistema jurídico permanente que establece los métodos y las normas para alcanzar los objetivos propuestos remitiéndose al derecho internacional y no al derecho interno de los distintos Estados miembros.

A la luz de esta definición, es evidente que el número de organizaciones internacionales actualmente presentes en la escena mundial es realmente impresionante: sólo en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano se describen 153.

La aparición de estas instituciones se asocia principalmente al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los Estados vencedores sintieron la necesidad de evitar que surgieran nuevos conflictos.

Entre ellos, las Naciones Unidas desempeñan un papel importante. Fue creada el 24 de octubre de 1945 por 51 naciones con el objetivo de «preservar la paz y la seguridad colectiva mediante la cooperación internacional». Hoy en día, 193 países son miembros de la ONU, cada uno de los cuales decide adherirse al Estatuto de la ONU, que se basa en cuatro principios fundamentales: mantener la paz y la seguridad internacionales; desarrollar relaciones amistosas entre las naciones; cooperar en la resolución de problemas internacionales y promover el respeto de los derechos humanos; representar un centro de armonización de las diferentes iniciativas nacionales.

La estructura de las Naciones Unidas cuenta con seis órganos principales: la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría de las Naciones Unidas. El poder de deliberación lo tiene la Asamblea General, en la que se sientan los representantes de todos los Estados miembros. Sin embargo, cabe destacar que la facultad de tomar decisiones vinculantes recae exclusivamente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que tiene la responsabilidad primordial de mantener y lograr la paz. Está compuesto por cinco miembros permanentes con derecho a veto (China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos de América) y diez miembros no permanentes elegidos por la Asamblea General de forma rotativa durante dos años.

Las Naciones Unidas, a través del Consejo Económico y Social, coordinan una serie de organismos intergubernamentales que tienen objetivos específicos y son, al menos sobre el papel, independientes de ella. De las quince agencias existentes, la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) son sólo algunos ejemplos. Además de las «agencias especializadas», hay diez programas y fondos, como el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que dependen de la Asamblea General. Hay cinco instituciones dedicadas a la investigación y la formación, entre ellas el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia (UNICRI) y el Instituto de Investigación de las Naciones Unidas para el Desarrollo Social (UNRISD).

Además de promover actividades de ayuda y apoyo, estas diversas instituciones también orientan las políticas de los sectores específicos en los que operan y, a pesar de mantener una lógica supranacional, tienen un profundo impacto en los Estados individuales y en las decisiones que deben tomar: no se le habrá escapado al lector que poder orientar a estas agencias constituye un poder político profundo y decisivo.

Posiciones estratégicas de la República Popular China en las organizaciones internacionales

En la actualidad, la República Popular China ha adquirido posiciones muy importantes en numerosas organizaciones internacionales. Además, ha promovido la aparición de nuevas organizaciones que, naturalmente, encuentran en ella un faro y un poderoso apoyo.

Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)

El actual Director General es Qu Dongyu que, como se describe en su biografía oficial, «ha pasado su vida trabajando en cómo garantizar la alimentación del mundo». Sin embargo, este alto nivel de compromiso ha ido acompañado de una importante carrera política en su propio país: vicepresidente de la Academia China de Ciencias Agrícolas, vicepresidente de la Región Autónoma de Ningxia y viceministro de Agricultura.

Sin embargo, la victoria de Qu Dongyu el 23 de junio de 2019 gracias a 108 votos (37 más que su rival, la francesa Catherine Geslain-Laneelle, apoyada por Europa y Estados Unidos) no estuvo exenta de críticas y recelos. El apoyo al candidato chino por parte de muchos votantes puede haber sido el resultado de las habilidades diplomáticas de Qu Dongyu más que de su currículum: no es casualidad que el candidato camerunés abandonara la carrera después de que el gobierno chino perdonara a su país una deuda de 62 millones de euros (algunas fuentes hablan incluso de soborno). Además, muchos afirman que China obtuvo los votos de varios países sudamericanos amenazando con bloquear las exportaciones de productos agrícolas de Brasil y Uruguay.

Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT)

Houlin Zhao está en su segundo mandato de cuatro años, que comenzó en 2019, como Secretario General de la agencia que se ocupa de las tecnologías de la información y la comunicación. En la sociedad actual, el papel de los medios de comunicación, de la comunicación y de todo lo que se engloba bajo el paraguas de la web es cada vez más importante y está cada vez más conectado. En la actualidad, de hecho, como se describe acertadamente en el blog «The Walking Debt», se han desarrollado dos corrientes de pensamiento diferentes dentro de la UIT, que apoyan distintas formas de interpretar el futuro de «internet».

Por un lado, Estados Unidos tiene una visión multipartita de este proceso: la gobernanza debe repartirse entre varios actores, incluidos los privados o los que representan a la sociedad civil, para que no haya necesidad de que un solo organismo o, peor aún, un solo Estado domine. La dinámica que persigue en cambio la UIT, y por tanto la ONU, es multilateral, es decir, responde a la necesidad de enjaular y centralizar la red para que tenga que responder ante un foro intergubernamental, en este caso la propia ONU. Por supuesto, cuando hablamos de Internet, hablamos de estructuras tecnológicas, de telefonía, de plataformas y, sobre todo, del principal motor para la realización de la globalización: quien mande en Internet, muy probablemente mandará en la globalización y en el pensamiento que la promueve.

En 2022 se celebrará en la India la Asamblea Mundial de Normalización de las Telecomunicaciones promovida por la UIT: lo más probable es que se produzca un escenario de fuerte conflicto entre las dos diferentes perspectivas descritas anteriormente, y un papel fundamental será el de los países en vías de desarrollo, que ya en la anterior asamblea de 2012 habían exigido un mayor peso en las decisiones sobre tecnología.

Administración de la Aviación Civil Internacional (OACI)

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) es el organismo especializado de las Naciones Unidas que se ocupa de la regulación y el desarrollo de la aviación civil. En particular, desarrolla y difunde normas internacionales para la navegación aérea.

El cargo de Secretario General lo ocupa la Sra. Fang Liu, cuyo segundo mandato expiró en julio de 2021. Su carrera profesional, tal y como se describe en la página web de la OACI, se ha desarrollado en dos líneas. En primer lugar, trabajó para la Administración General de Aviación Civil de China, donde escaló una serie de puestos, principalmente administrativos: asesora jurídica, subdirectora, directora y subdirectora general del Departamento de Asuntos Internacionales y Cooperación. Posteriormente, trabajó en la OACI como Director del Departamento Administrativo.

En esta agencia tampoco faltó la polémica sobre los métodos de gestión adoptados por el Secretario General. Una de las primeras decisiones adoptadas fue dejar de invitar a Taiwán a las reuniones de la agencia. Aunque la isla no tiene asiento en la ONU desde 1971, siempre ha sido invitada a las reuniones de la OACI. Este movimiento decisivo se interpretó como un acto de fuerza de la República Popular China para aislar diplomáticamente a Taiwán.

Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)

Esta agencia especializada de las Naciones Unidas, cuyo objetivo es fomentar la actividad creativa y promover la protección de la propiedad intelectual, ha sido el escenario de uno de los enfrentamientos diplomáticos más fuertes entre Estados Unidos y la República Popular China.

Desde octubre de 2020, el Director General de la OMPI es el singapurense Daren Tang (apoyado por Estados Unidos y Europa), mientras que China había propuesto a Wang Binying para el mismo cargo.

Esta elección tuvo una profunda repercusión política en la escena internacional, teniendo en cuenta que, durante los dos últimos años, China ha sido el país que ha presentado el mayor número de patentes ante la OMPI.

Como señaló Richard Gowan, del International Crisis Group, representó un freno de facto para que la República Popular China obtuviera altos cargos en diversas organizaciones internacionales. Tras la punzante derrota de la secretaría de la FAO (ya comentada), Estados Unidos inició un esfuerzo diplomático mayor y más preciso que, en un principio, pareció escapársele de las manos a la administración Trump. Además, en esta ocasión, Europa también «dio un golpe», demostrando que no le gustaba especialmente la tregua de Pekín.

Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI)

La Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial se fundó en 1966 y tiene como objetivo promover el desarrollo industrial de los países miembros de forma sostenible.

El Director General es Li Yong, que fue elegido por primera vez en junio de 2013. Antes de desempeñar este papel, se dedicó a la política al más alto nivel del gobierno de Pekín, donde ejerció durante diez años (2003-2013) como viceministro de Finanzas y, de 1996 a 1998, como director ejecutivo para China del Grupo del Banco Mundial.

Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (UNDESA)

El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales es un departamento de la Secretaría de las Naciones Unidas que coordina los organismos de las Naciones Unidas que se ocupan de cuestiones económicas y sociales. El cargo de Secretario General Adjunto lo ocupa Liu Zhenmin, experto político y diplomático de la República Popular China. Antes de trabajar aquí, fue Viceministro de Asuntos Exteriores de su país y, posteriormente, su Representante Permanente ante las Naciones Unidas en Ginebra.

El papel que desempeña el UNDESA es, en efecto, de gran interés, ya que participa en la producción y el tratamiento de datos (económicos, medioambientales, sociales, demográficos, por citar algunos) que luego pone a disposición de sus países miembros. El pasado enero, por ejemplo, publicó un informe titulado «International Migration 2020 Highlights», dedicado a desarrollar el tema de la migración internacional.

Organización Mundial del Comercio (OMC)

«La Organización Mundial del Comercio es la única organización internacional de ámbito mundial que se ocupa de las reglas del comercio entre naciones. Su objetivo es garantizar que los negocios puedan llevarse a cabo de forma fluida, previsible y libre».

La directora de esta institución, que forma parte de la Junta de Jefes Ejecutivos del Sistema de las Naciones Unidas para la Coordinación, es la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, cuya elección no estuvo exenta de fuertes contrastes entre Washington y Pekín.

Durante la presidencia de Trump, la primera no apoyó su candidatura, que, por el contrario, fue respaldada por la Unión Europea y China. En particular, Estados Unidos exigió una reforma radical de toda la organización internacional: «Este es un momento muy difícil para la OMC y el comercio internacional. No ha habido negociaciones arancelarias multilaterales en 25 años, el sistema de resolución de disputas se ha descontrolado y muy pocos miembros cumplen con las obligaciones básicas de transparencia. La OMC necesita desesperadamente una reforma radical». Para ello, apoyaron la candidatura del surcoreano Yoo Myung-hee.

El nuevo gobierno de Biden ha decidido levantar sus vetos y abandonar su dinámica obstruccionista apoyando la candidatura de Ngozi Okonjo-Iweala. Antes de ocupar este prestigioso cargo, formó parte de los consejos de Danone, Standard Chartered Bank, Twitter, el Instituto Mandela de Estudios para el Desarrollo, la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, el Instituto Georgetown para la Mujer, la Paz y la Seguridad, One Campaign, la Alianza Mundial para las Vacunas y la Inmunización, la Fundación Rockefeller, Results for Development, African Risk Capacity y Earthshot Prize. Su biografía oficial se puede encontrar en la página web de la OMC, pero los cargos anteriormente mencionados no aparecen.

Comisión Electrotécnica Internacional (CEI)

Fundada en Londres en 1906, su objetivo es evaluar y definir las normas en materia de electricidad, electrónica y tecnologías afines. Cuenta con el apoyo de 88 miembros, entre ellos Italia (Comitato Elettrotecnico Italiano).

El Presidente es Shu Yinbiao, de nacionalidad china, que fue elegido para el mandato de tres años 2021-2024.  Además de este cargo, es Presidente del Grupo Huaneng (una de las cinco mayores empresas estatales de generación de energía de China) y de la State Grid Corporation of China (empresa estatal de electricidad de China). Esta última es la mayor empresa de servicios públicos del mundo.

Organización Mundial de la Salud (OMS)

Cerramos esta ronda de organizaciones internacionales con un fuerte sesgo chino con una institución que no tiene un representante de Pekín a la cabeza. El Director General es el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, que permanecerá en el cargo hasta 2022. Ha tenido que responder a numerosas críticas, entre ellas la evidente dificultad para hacer frente a la pandemia de COVID-19.

La razón por la que hemos decidido incluir a esta organización es doble. En primer lugar, la OMS estuvo dirigida desde 2006 hasta 2017 por Margaret Chan, de nacionalidad china, quien, a su vez, fue criticada por sus excesivos gastos personales y su mala gestión de dos pandemias durante su mandato: la gripe aviar y el SARS. Cuando cayó, le sucedió, con el apoyo de China y de los países africanos, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien, como informó el New York Times, había sido acusado de encubrir las epidemias de cólera en su país y de ser cómplice de violaciones de los derechos humanos en su país, donde se encarcelaba y torturaba a los opositores políticos de su partido.

Además, el servilismo del médico etíope a la República Popular China en el tema de la pandemia de COVID-19, tanto para encubrir los errores cometidos al inicio de la pandemia (mala difusión de la información, corrección de los datos) como sobre la probable génesis del propio virus, es realmente notable. Artículo realmente interesante de abril de 2020 escrito por Kathy Gilsinan y publicado por The Atlantic.

Sin embargo, para no interrumpir el trabajo realizado hasta ahora, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha manifestado su intención de presentarse al próximo mandato.

Nuevos horizontes de conquista y estrategias para alcanzarlos

El marco descrito representa la política multilateral de Pekín, que, al tratar de imponerse en el contexto de las organizaciones internacionales, quiere expresar su hegemonía a nivel mundial. No me detendré más en este aspecto, que ha sido tratado de forma valiosa por el profesor Battisti en el ensayo que ha editado en el libro Il modelo cinese. Sin embargo, es interesante observar cómo la empresa de la República Popular China se dirige a otros sectores, también a nivel mundial, que podrían beneficiar mucho su ascenso.

Apoyo concreto y permanente a los países en desarrollo

Como describen excelentemente Alessia Amighini y Giulia Sciorati, del Instituto de Estudios de Política Internacional, «el interés de Pekín por las Naciones Unidas también está consagrado en la concepción de un nuevo orden mundial codificado en la estrategia de política exterior de Pekín, y va de la mano, en gran medida, de la posición ventajosa de China en el sistema. El control de los programas, proyectos y fondos tiene una gran influencia en los países en desarrollo». La posición que Pekín ha logrado forjarse en las organizaciones internacionales le permite aplicar políticas de apoyo a los países en desarrollo, a los que luego acudirá para que le apoyen en la ejecución de sus propios proyectos políticos y económicos (entre ellos, las «Nuevas Rutas de la Seda» – BRI). El pasado mes de mayo, por ejemplo, la firma del Memorando de Entendimiento elevó a 46 de los 54 países africanos que participan en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI).

Guardianes de la paz hasta el final

La nueva vocación de Pekín parece ser la de «pacificador». En los últimos años, la República Popular China ha trabajado y gastado mucho dinero en el mantenimiento de la paz, especialmente en África, donde tiene muchos intereses comerciales e industriales. Además, ha promovido dos foros sobre seguridad y paz en los que participan China y África.

El interés podría llegar a solicitar la dirección del Departamento de Mantenimiento de la Paz de la ONU, que actualmente gobierna el francés Lacroix. La política de Xi Jinping en este contexto ha sido realmente una escalada, dado el número cada vez mayor de soldados chinos empleados como cascos azules: sólo para dar una idea, hemos pasado de 98 en 2000 a 2534 en 2020. Como describe Richard Gowan: «Algunos diplomáticos y analistas occidentales temen que China quiera redefinir el mantenimiento de la paz reduciendo el enfoque de la ONU en el apoyo a los derechos humanos y los procesos democráticos… y utilizar las misiones de cascos azules para apoyar a los líderes pro-Pekín en África».

Conclusiones

En este artículo se ha intentado describir, de forma absolutamente sintética, la política expansionista presente (y futura) de Pekín en las distintas organizaciones internacionales.

La falta de una contraparte fuerte, que antes representaba Estados Unidos, ha permitido, de hecho, que la República Popular China ocupe cada vez más posiciones estratégicas en los diferentes contextos. Del mismo modo, una Unión Europea (Brexit) cada vez más frágil políticamente, con una identidad fluida y unos intereses comerciales muy elevados con China, corre el riesgo de dejar el campo libre a los objetivos expansionistas de la nación del presidente Xi Jinping.

Los objetivos expansionistas no sólo se dirigen a los aspectos económicos o políticos sino, es realista suponerlo, también a redefinir los parámetros de referencia de la globalización y a socavar todos aquellos valores y principios que siempre han caracterizado a la civilización occidental. De hecho, ha comenzado un choque de civilizaciones.

Traducción del original en lengua italiana realizado por el P. Jorge Enrique Mújica, LC

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Redacción Zenit

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