Padre Christian Carlassare. Foto: Tomada facebook del Padre

Con 44 años, el 25 de marzo será ordenado el que será el obispo más joven del mundo

La decisión fue tomada «tras las debidas consultas» con el arzobispo Bert van Megen, nuncio apostólico en Kenia y Sudán del Sur, así como con el propio padre Carlassare.

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(ZENIT Noticias – Il Gazzatino / Padua, Italia, 03.03.2022).- Ahora la fecha es oficial: el 25 de marzo el padre Christian Carlassare será consagrado obispo de Rumbek, en Sudán del Sur. Este hombre de 44 años, natural de Piovene Rocchette, en la provincia de Vicenza y diócesis de Padua, se convertirá así en el prelado católico más joven del mundo. Así pues, se ha superado el impasse sobre el nombramiento, después de que el misionero comboniano recibiera un disparo en la pierna durante una emboscada el 26 de abril del año pasado, que se ha aclarado en los últimos días. Según las informaciones de la prensa africana, los dos miembros del comando confesaron haber actuado en nombre del coordinador diocesano local, el padre John Mathiang Machol.

El anuncio

El anuncio del giro lo hizo el martes 1 de marzo el reverendo Matthew Remijio Adam Gbitiku, obispo de Wau y administrador apostólico de Rumbek: «La consagración del obispo electo, el padre Christian Carlassare, tendrá lugar en la solemnidad de la Anunciación del Señor, el 25 de marzo de 2022, en Rumbek. Acompañémosle con nuestras oraciones».

El prelado precisó en su nota, relanzada también por el Centro Misionero Diocesano de Padua, que la decisión fue tomada «tras las debidas consultas» con el arzobispo Bert van Megen, nuncio apostólico en Kenia y Sudán del Sur, así como con el propio padre Carlassare.

El atentado

Este último había sido nombrado por el papa Francisco el 8 de marzo de 2021 para sustituir al obispo de Brescia, Cesare Mazzolari, fallecido durante una celebración en 2011. Sin embargo, la toma de posesión, prevista para el 23 de mayo, había sido cancelada un mes antes, cuando el obispo nacido en Vicenza recibió un disparo en las piernas y una paliza en la cabeza por parte de dos pistoleros, hasta el punto de que tuvo que ser atendido por Médicos con África Cuamm y luego trasladado al hospital de Nairobi.

Tras el episodio, el sacerdote veneciano regresó a Italia, hasta que el domingo publicó una foto en su perfil de Facebook en la que aparecía de espaldas a un camino en África. Fue una imagen simbólica que impactó a muchos fieles, que se alegraron de verle «caminar de nuevo».

El desarrollo de las cosas

La noticia llegó junto con los avances en la investigación del atentado. Ayer, el periódico sursudanés The City Review hizo un balance de la investigación: «El martes, los sospechosos del tiroteo contra el obispo electo Carlassare confesaron haber tramado el tiroteo para asustarle y que no volviera a Rumbek. Dijeron que el tiroteo fue ideado por el padre John Mathian, antiguo custodio de la diócesis de Rumbek, que había estado observando el lugar». Este sacerdote, uno de los seis sospechosos, negó su implicación: «No soy parte de lo ocurrido».

Sin embargo, el sospechoso número 6, Laat Makur Agok, declaró ante el juez del Tribunal Superior, Alexander Sabor Subek, que fue el padre Mathian quien supuestamente les ordenó a él, al número 2, Samuel Maker, y al número 5, Morris Sebit, que atacaran al obispo electo para que abandonara Rumbek y el clérigo pudiera convertirse en el primer prelado sursudanés de la diócesis. «Laat dijo que el padre Mathian les había prometido protección, una vez cumplida la misión solicitada, porque era conocido por los funcionarios del gobierno», especificó el medio. Durante el interrogatorio, el hombre señaló que fue su teléfono móvil el que se encontró dentro de la valla de la iglesia, lo que desencadenó la investigación. Morris, por su parte, admitió ser el autor material, mientras que su cómplice permaneció fuera de la puerta.

El perdón

En los diez meses transcurridos desde el incidente, el padre Carlassare ha dicho repetidamente que ha perdonado a sus agresores. Estas son sus últimas declaraciones a la agencia de información religiosa SIR: «Este incidente ha trastornado, como mínimo, mis planes y expectativas. He experimentado mi debilidad. No sólo el físico debido a la lesión sufrida y la lenta rehabilitación que, gracias a Dios, ha dado buenos frutos y me ha permitido recuperarme bien. Pero también la debilidad por el hecho de no haber podido promover la paz, la unidad y la cooperación a las que tanto aspiraba.

Traducción del original en lengua italiana realizado por ZENIT.

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Redacción Zenit

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