Beatitud, Sviatoslav Shevchuk. Foto: liberandouncontinente

Cartas desde la guerra (décimo quinto día): les pido misas y oraciones por las almas los que son enterrados en fosas comunes

“La ciudad de Mariúpol cuenta unos 400.000 habitantes y está completamente rodeada desde hace casi dos semanas. La gente se está muriendo de hambre, la gente se está muriendo de frío, misiles, granadas y bombas caen sobre sus cabezas”, dice el líder greco-católico en esta nueva carta desde la guerra.

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(ZENIT Noticias / Kiev, 10.03.2022).- Un llamado de intercesión por corredores humanitarios para las ciudades ucranianas, especialmente para la ciudad de María, es lo que pide Su Beatitud, Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de los greco-católicos, en esta nueva comunicación que reproducimos traducida al español.

***

¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo,

Hoy, 10 de marzo de 2022 estamos viviendo el 15º día de esta terrible guerra. Hoy mi conciencia, la conciencia de todo cristiano, nos obliga a alzar la voz para decir un «NO» tajante al mundo. Para hacer una protesta categórica contra el asesinato masivo de personas que se está realizando en Ucrania.

En particular, estos últimos minutos hemos visto la masacre que se está llevando a cabo en la ciudad rodeada de Mariúpol. Esta ciudad, fundada por la comunidad griega como la ciudad de María, se ha convertido ahora en un cementerio para decenas de miles de personas.

Ayer vimos las horribles imágenes del bombardeo de un hospital de maternidad, y también vimos imágenes de fosas comunes, tumbas sin nombre que contienen cientos de cuerpos sin vida.

Hoy debemos decimos al mundo entero: ¡No! ¡No a la masacre en Ucrania! Desde los tiempos del nazismo, desde los tiempos de las represiones de Stalin, Ucrania no ha visto semejantes fosas comunes ni sepulturas de personas enterrados sin el debido respeto, sin siquiera una oración cristiana. Hoy debemos decir a todo el mundo: ¡Detengan el asesinato masivo de personas!

La ciudad de Mariúpol cuenta unos 400.000 habitantes y está completamente rodeada desde hace casi dos semanas. La gente se está muriendo de hambre, la gente se está muriendo de frío, misiles, granadas y bombas caen sobre sus cabezas.

Hoy debemos recordarlos y en su nombre hablar a la conciencia del mundo. Pedimos: ¡abran los corredores humanitarios! Denles la posibilidad a las mujeres, a los niños y a los ancianos la posibilidad de salir de esta ciudad fría y sitiada. Dennos la oportunidad de entregarles alimentos, medicinas, denos la posibilidad de salvar a la gente.

En nombre de la ciudad de Mariúpol, hacemos un llamamiento al mundo entero: ¡Salven el cielo de Ucrania! ¡Hagan todo lo posible para cerrar el cielo ucraniano a las armas rusas, a los aviones rusos que lanzan bombas sobre los civiles!

Hoy queremos alzar la voz en defensa de los que mueren cada día ante los ojos del mundo entero. En estos momentos, millones de personas abandonan sus hogares en el sur, el este, el centro y el norte de Ucrania y se trasladan a lugares más seguros.

Hoy hago un llamamiento a todos los habitantes de Ucrania a cuyas puertas golpean los refugiados que escapan. Les ruego: no se fijen en qué lengua hablan, a qué Iglesia van, qué costumbres tienen. Ábrenles sus corazones, ábrenles sus hogares, cobíjenlos en nombre de Dios.

Hoy ante nuestros ojos en Ucrania se está produciendo un terrible desastre humanitario. Pero nosotros juntos podemos hacerlo. Podemos detener este desastre, podemos parar esta guerra. Estamos rezando, estamos salvando la vida humana.

Hoy también quiero hacer un llamamiento a la comunidad ucraniana mundial, a todos nuestros obispos y sacerdotes: ¡hagan llegar a todos la verdad sobre el genocidio del pueblo ucraniano!

A todas nuestras iglesias les pido que se recen misas y oraciones por las almas de aquellos que son enterrados en fosas comunes sin oración ni entierro cristiano.

Con nuestra oración, con lo que podamos hacer para ayudar a las víctimas, con nuestra voz que se dirige a la conciencia del mundo: ¡paremos la locura de esta guerra!

¡Oh Dios, salva a Ucrania! ¡Oh Dios, salva a nuestros hijos e hijas! ¡Oh Dios, dale fuerza al ejército ucraniano para detener esta ola mortal que se abalanza sobre Ucrania! Oh Dios, bendice a tu pueblo y salva a tu gente.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.

¡Alabado sea Jesucristo!

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Redacción Zenit

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