A los miembros de la Asociación "Anima per il sociale nei valori d'Impresa". Papa Francisco. Foto: Vatican.va

Un consejo del Papa a empresarios para ser “alma” en el mundo de los negocios (y 4 reflexiones sobre la empresa)

Empresarios romanos y de la Región del Lazio fueron recibidos en audiencia por el Papa. El Papa dio un discurso que bien se puede catalogar como “para empresarios” con un consejo de obispo y cuatro reflexiones.

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(ZENIT Noticias / Ciudad del Vaticano, 14.03.2022).- Este lunes 14 de marzo el Papa recibió en audiencia a miembros de la Asociación “Anima per il sociale nei valori d’Impresa». Se trata de una asociación sin ánimo de lucro creada en 2001 y promovida por la Unión de Industriales y Empresas de Roma y el Lacio. La Asociación reúne a un grupo de directivos y empresas que comparten la misión de difundir la cultura de la responsabilidad social corporativa y la sostenibilidad, en términos económicos, sociales y medioambientales, entre las empresas locales.

El Papa inició dirigiendo un saludo a la presidenta de la Asociación y dando una cálida bienvenida a todos los asistentes. Ofrecemos a continuación la traducción al español de las palabras del Papa con los encabezados en negrita añadidos por ZENIT.

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Hace veinte años, en el marco de la Unión de Industriales y Empresas de las Provincias del Lacio, usted creó esta Asociación, con el fin de promover la ética y el bienestar social. Por eso ha elegido la palabra «alma»: ¡una palabra muy exigente! Te hace pensar en una realidad que no tiene visibilidad propia, pero que desde el interior estimula y motiva tu entorno de trabajo. A ustedes, los directivos, les corresponde sobre todo hacer un balance de lo que han conseguido en los últimos veinte años. Por mi parte, me gustaría animarles y ofrecerles algunos elementos de reflexión.

1) Política y economía al servicio de la vida humana y de la creación, no de la muerte

Hoy, con la mirada puesta en el bien común, es necesario que la política y la economía, en constante diálogo entre sí, se pongan firmemente al servicio de la vida, de la vida humana y de la vida de la creación, nuestra casa común (cf. Laudato si’, 189), y no al servicio de la no vida o de la muerte, como desgraciadamente ocurre a veces.

La gran crisis financiera de 2007-2008 debería habernos empujado en esta dirección. Sí, hubo una reacción positiva, pero me parece que esencialmente el mundo ha seguido y sigue rigiéndose por criterios obsoletos. Por no hablar del ámbito geopolítico-militar, en el que las diversas guerras regionales y, sobre todo, la guerra en curso en Ucrania, demuestran que quienes rigen el destino de los pueblos aún no han captado la lección de las tragedias del siglo XX.

2) Los criterios sociales y ético no son una jaula que mortifica la libertad y la creatividad económica

Ustedes, que representan principalmente a las pequeñas y medianas empresas, saben lo difícil que es desarrollar y crear puestos de trabajo en un contexto de valores éticos y responsabilidad social. Pero no debemos desanimarnos ni resignarnos. Algunos piensan que los criterios sociales y éticos son como una «jaula» que mortifica la libertad y la creatividad económica. En realidad, es lo contrario, o al menos puede serlo.

3) Una economía concreta, no líquida ni gaseosa

De hecho, si queremos que el mundo futuro sea habitable y digno del hombre, la economía debe ser más libre del poder de las finanzas y más creativa en la búsqueda de formas de producción orientadas hacia una ecología integral. La economía debe ser concreta, no «líquida» o «gaseosa», como es el peligro de las finanzas. Hay que «gobernar» la globalización para que lo global no vaya en detrimento de lo local, sino que ambas dimensiones permanezcan en una conexión virtuosa y fructífera.

4) Los pequeños empresarios frente a Goliat

Muchos dirán, comprensiblemente, ¿qué podemos hacer los pequeños empresarios frente al «gigante Goliat» del poder financiero y tecnocrático? Creo -y espero- que la construcción de una nueva economía que respete la dignidad humana y el medio ambiente puede y debe empezar desde abajo. Por el contrario, como sabemos, ya ha empezado desde abajo: en todo el mundo hay muchas experiencias de empresa ética y sostenible que marcan un camino. Hay que fomentar la comunicación y el intercambio entre estas experiencias, para que se forme una red que pueda tener un impacto a una escala cada vez más amplia. Hablé de este tema de la nueva economía, la economía concreta, en el libro -el último que escribí- Let us dream. Me detuve en un análisis de este problema de la concreción de la economía y de la visibilidad de la economía, para evitar lo que llamé «liquidez» o «gaseosidad». Tal vez pueda ilustrar lo que quiero decir aquí.

Un consejo de obispo para ser “alma” en el mundo de los negocios

Por último, permítame darle un consejo como obispo: si quiere ser un «alma» en el mundo de los negocios, no se olvide de cuidar su propia alma, la que nos viene de Dios. Y para ello debes resistir la tentación del activismo y encontrar tiempo para reflexionar, para pensar, para contemplar. A veces el activismo destruye nuestra interioridad; no hablo de la religiosidad sino de la interioridad humana. No me refiero a la religiosidad, sino a la interioridad humana. Por eso también puede ser útil la asociación, con propuestas. Pero es sobre todo una exigencia personal: cada persona, si quiere ser animada, debe dejarse animar interiormente por lo bueno, lo bello y lo verdadero. Así lo demuestran los testimonios de empresarios italianos que han podido aumentar no sólo sus beneficios sino también su vida, la calidad de vida, la calidad del trabajo, con libertad y creatividad, porque tenían una conciencia iluminada, una interioridad iluminada. Y esto lleva a la creatividad, lleva -si se me permite decirlo- a la poesía. El trabajo del hombre también es poesía: hacer cosas.

Estimados empresarios, gracias por su visita. Le deseo lo mejor en su trabajo y en el de la Asociación. Que el Señor os bendiga a vosotros y a vuestras familias. Y reza por mí, porque lo necesito. Y si alguien no reza o no puede rezar o no quiere rezar o no sabe rezar, al menos que me envíe buenos pensamientos y buenas «ondas». Gracias.

Traducción del original en lengua italiana realizado por el director editorial de ZENIT.

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Redacción Zenit

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